Avanza proyecto de trasfuguismo en el Congreso

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Confidenciales 360.


Actualmente, se está cocinando un proyecto de ley que busca autorizar el fenómeno del trasfuguismo. Esta figura permite que miembros de los partidos activen una reacomodación en los distintos movimientos políticos que hoy están vigentes en Colombia sin verse expuestos a una inhabilidad posterior por doble militancia.

En definitiva, los cambios del momento político han generado que la mayoría de congresistas estén buscando replantear sus opciones, que se les permita dirimir disyuntivas y sobre todo tomar una decisión que les permita subsistir y resistir en las arenas políticas. Ese proyecto de trasfuguismo se estaría tramitando para armar las coaliciones definitivas para los comicios legislativos y presidenciales del 2018.

El gran interés por este proyecto lo ha mostrado el bloque Caribe del Congreso de la República, específicamente del partido de la U, que está en vía de extinción y que sus piezas se están volviendo a posicionar poco a poco. En total serían cerca de siete congresistas los que están realizando ese movimiento, y en su mayoría hoy se ha podido establecer por parte de 360 que estarían buscando llegar al partido del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez.

En este bloque se encuentran Sandra Villadiegos, Miguel Amín, Musa Besayle, Bernardo ‘Ñoño’ Elías, Eduardo Pulgar y José Alfredo Gnecco. Estos, son congresistas de la llamada mermelada en su momento por el mismo uribismo donde ellos buscan llegar, candidaturas que tienen una votación demasiado abultada al ser congresistas que pasan sin ton ni son en su ejercicio legislativo durante los cuatro años.

También, es importante precisar que este bloque tiene gran resistencia hacia Roy Barreras, Mauricio Lizcano y Armando Benedetti, a quienes algunos senadores tildan de locos, desubicados y dobles, pues consideran que se han aprovechado de toda la atención de la Casa de Nariño para absorber todos los puestos burocráticos y los cupos indicativos a los que tienen derecho. Eso los ha aislado y los tiene pensando seriamente en hacerles oposición en las próximas elecciones. Por lo general, todos quieren cambiar a estos tres líderes pero ya habría un acuerdo con que la solución es simplemente apostar en distintas orientaciones y derrotarlos en las urnas.

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Ahora, el detalle más fuerte de este proyecto de trasfuguismo es el siguiente: si este sólido caudal electoral de Córdoba, Caribe y Atlántico llegan al Centro Democrático, habría que hacer una transición y casi un proceso de paz para que algunos militantes los reciban allí, luego de haberse increpado fuertemente durante campañas y en el Congreso. Pero si esto se llegara a cocinar, el uribismo fácilmente podría llegar a los 45 senadores de la República, lo que ocasionaría mezclar opinión, voto de maquinaria, la gasolina que ponen el expresidente Uribe y los votos amarrados y fuera de eso, lograr la mayor fuerza electoral del país, y sentar así un precedente de primera vuelta presidencial.

Lo más seguro es que este proyecto se apruebe y se haría con bastantes dificultades, pero es un propósito, un salvavidas que prácticamente es el último que queda en el mar y del cual tendrán que sacar provecho.

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