Colombia vs. Singapur, ¿qué modelo escoge usted?

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Confidenciales 360.


En Colombia, una de las causas de nuestro rezago, de nuestras pequeñas hazañas y del desorden en el que vivimos es por culpa de políticos ambivalentes, carentes de convicciones y fuera de eso sin ideologías propias, lo que los lleva al vaivén de las conveniencias políticas que solamente están buscando el beneficio propio en periodos de cuatro años. Después, se les olvidará y al final de su carrera se jubilan en Estados Unidos o Europa.

Quizá uno de los errores más recurrentes es que varios «pensadores» colombianos que se creen con el derecho adquirido de decir qué es lo malo y qué es lo bueno, se han lanzado a satanizar toda idea de origen conservador que busque recomponer el orden de un país descuadernado como Colombia y también estas personas incurren en ese error de omitir los modelos exitosos aduciendo que ya todo es como ellos digan.

El modelo de Singapur es quizá el más exitoso del mundo. Un país en donde la renta per capita ha pasado de solo USD 500 en 1959 a más de USD 56.OOO EN 2010 y rondará los USD 138.000 en el 2050. Un país en el que se ha establecido un orden donde todos los ciudadanos tienen que distinguir qué es lo malo y qué es lo bueno, y que sabe cuáles son los derechos y los deberes de cada uno.

Dejando lo anterior claro, Singapur se ha convertido en ese ícono mundial en materia de política económica y de orden público. El eje central de todo ese modelo ha sido una manera de libertad económica y una educación de élite.

Hoy, Singapur es uno de los países económicamente más prósperos de todo el mundo. Tiene 5.4 millones de habitantes, un PIB de USD 326.500 millones y la renta allí ha crecido por encima del 4.5% en los últimos 10 años. El desempleo hoy alcanza 1.9%. Si esto no es un país perfecto, ¿qué otro hay perfecto?, ¿el modelo de Venezuela o de Cuba que algunos piensan imponer en Colombia? No creemos.

A Colombia le harían falta millones de años luz de seguir como vamos para llegar si quiera a 1/4 de lo que es Singapur. Pero si decidiese cambiar el camino de 360 grados tendría que encaminarse a una nueva constituyente, a una nueva línea de leyes estrictas para castigar a quien no cumple con la ley, y paralelamente establecer beneficios a quienes son buenos ciudadanos.

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Por ejemplo, a nivel de economía: nuestros economistas del actual Gobierno creen que estableciendo más impuestos se garantiza que el país progrese, y hoy estamos viendo que es todo lo contrario: las carteras de los bancos están infladas, las personas no pagan porque no tienen con qué y que fuera de eso el crecimiento económico llegaría como punto máximo al 1.5%. La inflación sigue siendo alta, el desempleo está disparado y en general la economía colombiana hoy está desacelerada incluso casi por sufrir perjuicios por parte de las calificadoras en el año 2018.

A diferencia de esto, Singapur tiene una de las presiones fiscales más bajas del mundo. En términos coloquiales: no cobran tantos impuestos, ni la mitad de los que cobran en Colombia porque ellos entienden que a mayor cantidad de impuestos hay menores incentivos de crear empresa, de generar empleo y entienden que cuando un país tiene una carga impositiva tan alta las personas se dedican a vivir de subsidios o de trabajos informales.

El impuesto sobre la renta oscila entre el 0% para rentas inferiores a USD 20.000 y el 20% para rentas superiores a USD 320.000, nada que ver con el 34% que en Colombia le clavan a todas las empresas. Los impuestos sobre las ganancias de capital o herencias allí no existen. El impuesto de las sociedades es del 18% y además en este país hay una numerosa lista de exenciones para empresas que son nuevas, que van desde el 50% hasta el 100% de todos los impuestos, lo que significa que permiten la creación de empresas, las ayudan a crecer y no las asfixian al minuto con una cantidad de impuestos, sino que los exoneran hasta que alcancen buenos puntos de equilibrio.

La presión fiscal en total de Singapur es tan solo del 14% de todo el PIB. Por el contrario, si sumamos todos los impuestos en Colombia llegan al 74%. Miren ustedes los desequilibrios y qué país está mejor. Otro aspecto fundamental es que mientras en Colombia la Presidencia, las gobernaciones y las alcaldías insisten en ser más grandes, contratar más personas y aumentar la burocracia, en Singapur entienden el modelo mundial de que el Estado sea más pequeño de reducir la burocracia y de ser más eficientes.

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En Singapur, el total de la influencia o del gasto del sector público es irrisorio: asciende al 5% del PIB. En otros países de Europa, los Estados gastan aproximadamente el 45 %.

Hoy, la deuda externa de Colombia va disparada en niveles astronómicos. En febrero pasado sumó USD 120.692 millones de dólares, un 39.2% del PIB. Mientras en Singapur el endeudamiento público está absolutamente contralado, debido a que existen leyes que limitan que el Estado gaste más de lo que ingresa.

El pilar principal de Singapur desde su fundación prácticamente es que los ciudadanos tengan la mayor calidad de educación posible. En Colombia, la educación de alto nivel se ha quedado en solo dichos y en darle dinero a las universidades privadas con programas como Ser pilo paga|, mientras que las universidades públicas están abandonadas y hasta sus techos se caen.

El inglés, fue establecido en ese país asiático como lengua cooficial junto con otras tres, pero el inglés es la principal lengua utilizada en todos los colegios. Tienen un modelo muy similar al de Finlandia, que es quizá el referente de educación más grande de educación a nivel mundial. La investidura de los docentes es más respetada que la de los políticos, algo que es contrario en Colombia, y allí su remuneración es igual a la que reciben los científicos y los investigadores.

Para ponerle la cereza al pastel, llegamos a la corrupción, que en Colombia anda campante y ha desangrado las arcas públicas como ha querido en donde se cubren unos, no se pisan la manguera, no se hacen daño y se van aprovechando de dineros que no son de ellos; pero a diferencia, Singapur tiene una política de tolerancia cero que ataca la corrupción, y es que hoy esa nación soberana insular de Asia es de los países que tiene menores tasas de corrupción del mundo debido a que su tamaño del Estado es pequeño, el gasto público es poco y las leyes tan estrictas que incluso pueden contemplar la pena de muerte han hecho que Singapur sea un país, sin temor a decirlo, sin corrupción.

Como conclusión: nos falta mucho, demasiado; y si los colombianos se equivocan en mayo de 2018 terminaremos como Venezuela y muy lejos de ser Singapur.

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