Reflexión sobre las motos en Colombia

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Las autoridades han cedido ante la presión de los empresarios de ese sector, y se han hecho los ciegos ante un problema que cobra vidas todos los días.

¿Hasta cuando será esto?


Por: Andrés Felipe Gaviria

Para una reflexión seria, que luego nos lleve a un debate con argumentos y en el marco del bien común, no del particular, es menester echar mano a las cifras que son las que al final nos confirman el lamentable panorama que vive Colombia con este medio de transporte. Nadie podría poner en duda que hay una co-responsabilidad del Estado en este negativo fenómeno, pues al no montar un sistema de transporte público masivo; eficiente, decente y competitivo, confirió el espacio para que se convulsionara la movilidad de ciudades y municipios con las motos. Estas se venden sin mayor reparo, límite, casi sin impuestos y posterior a eso, un pase que se entrega casi por “obligación”, pues en Colombia tener una licencia no es un “premio” o algo para quienes sí saben conducir. Acá se volvió algo obligatorio de parte del Estado para con las personas.

Todo esfuerzo que se ha hecho por cuidar la vida de todos los actores en las vías, por igualar la tributación de la venta de estas motos, para que paguen peaje y un impuesto de rodamiento que apenas es normal, se han ido al trasto por cuenta del lobby que han hecho poderosos empresarios ante congresistas (los cuales financian) para que allá en el Congreso tumben todo artículo que trate de poner en cintura las motos. Hoy es inconcebible aceptar que la última reforma tributaria que entró al Congreso con el cobro de IVA a la venta de motos, haya salido a sanción presidencial sin ese artículo por que unos senadores y representantes a la Cámara pusieron por encima los intereses de empresarios y su bolsillo, antes que la seguridad, control, igualdad y estabilidad del país en varios frentes.

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El parque automotor en Colombia es de más de 12.500.000 de vehículos (carros-motos); las motos representan más de 8 millones. Sin contar per se las que se están vendiendo en este momento. Del 100% de accidentes que ocurren en el país, el 60% tienen relación directa con el uso de las motos de mala manera.  “Accidentes en moto son hoy un problema de salud pública”, presidente de Fasecolda. Esa frase la soltó quien habla con las aseguradoras todos los días y dejó caer la “buena” noticia de que hay empresas dedicadas a sostener el SOAT que están considerando abandonar ese negocio, pues el sistema está a punto de colapsar por cuenta de las cifras negativas de las motos.

En Medellín el panorama es más que pernicioso. Según la Secretaría de Movilidad de esa ciudad, este año 2017 van más de 24.130 accidentes y cerca del 61,3% de los casos involucraron motocicletas. El año 2016 la relación fue de 47.391 accidentes en los que hubo motos en el 60,5% de los casos. Lo anterior indica que diariamente hubo cerca de 130 accidentes y aproximadamente 78 estuvieron relacionados con motociclistas. Los accidentes en moto le cuestan más de $260.000 millones al año a Medellín. La cereza del postre: se estima que la media de reclamación diaria vía SOAT por accidentalidad de motos ascenderá este año a más $756 millones diarios en Medellín.

El gran problema de esto es que cada año es peor, siempre va en aumento el número de accidentes en las vías y el protagonismo de las motos en estos hechos. Si nos vamos al 2016, entre enero y septiembre de ese año habían fallecido 2.564 usuarios de motocicleta, lo que representa un aumento del 20%, frente al mismo período de 2015. Según el Ministerio de Transporte y varias secretarías de tránsito y movilidad de ciudades en donde el número de motos es alarmante, la mayoría de accidentes que son causados por las motocicletas están relacionados con el exceso de velocidad, irrespeto a las señales de tránsito o embriaguez. Valle del Cauca, Antioquia y Bogotá encabezan la lista de accidentalidad vial.

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Espero que por el bien del país y no muy tarde, el próximo presidente de la República sea consciente de este problema y reglamente en primer lugar el cobro de peajes a todas las motocicletas en las vías del país. En segundo lugar se debe cobrar el IVA a cada moto que se venda en el país. Por último, más que necesario, que también se les cobre el impuesto de rodamiento, pues las motos no van por el aire.

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