El taller de bicicletas que le regala sonrisas a los más necesitados

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El taller de bicicletas “La Rueda Popular” repara los vehículos y los dona a las familias necesitadas en Argentina


Por: Cristian Camilo Muñoz @CristianMunozma

“La Rueda Popular” ha emprendido la marcha alrededor de 700 veces y sigue contando.  Se trata de un taller de bicicletas propiedad de un argentino llamado Guillermo Gambetta cuya principal misión es reparar bicicletas para donarlas a personas de bajos recursos económicos.

La idea del taller habría comenzado el día que un hombre llamado Rubén se acercó a su establecimiento para donar la bicicleta  que su hija había abandonado. Tras repararla, el vehículo de dos ruedas pasó a una familia que lo necesitaba.

“Comprendimos que aunque sea solo una que podamos entregar, hace la diferencia para toda una familia”, por lo que “desde ahí, no paramos más” con la “Rueda Popular”, cuenta Gambetta en una entrevista con Efe en la que explica que la iniciativa consiste en “rescatar” bicicletas que quedaron deterioradas por falta de uso e invertir “lo que haga falta” para volver a ponerlas en marcha.

El objetivo final es que terminen en barrios marginales y con carencias en los que vive “gente humilde” y trabajadora que no sabe dónde adquirir una y a la que, sobre todo, no le llega el dinero para ello.

 

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Las “prioridades” del proyecto son tres: niños que quieren tener su primera bicicleta, aquellos que quieren utilizarla para ir al colegio y, por último, adultos a los que les hace falta como medio de transporte diario.

Sea quien fuera la persona que recibe el regalo, en todos los casos hay algo que nunca falta: emoción. Para los niños, es un “juguete” que les genera “mucha alegría”, pero “quizás es más profundo por los padres, que ven a su hijo recibiendo una bici cuando ellos no tuvieron la oportunidad de chicos de tener una” afirma el dueño del taller.

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El ver los rostros felices de tantas personas, fue la mayor motivación para Guillermo, y fue por eso que en el año 2012 decidió dedicarse completamente a ello e invirtió lo que había ahorrado durante los once años trabajando en el sector gastronómico para hacer felices a las personas.

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