…creemos que Gustavo Petro pudo entender que necesitaba pasar a través de la aplanadora del Congreso y sus aliados las principales reformas y lo logró con éxito en el capítulo de la tributaria, vendrá la política, la de salud, entre otras.
Nuestro editorial para hoy martes 15 de noviembre hace un balance sobre los 100 días del Gobierno de Gustavo Petro. Un Gobierno que llegó con una agenda claramente distinta a la que había tenido el país en los últmos 20 años con miles de propuestas disruptivas, ambiciosas, con intenciones en unos casos bastante loables, en otros muy cuestionables y altamente improbables de realizar. Lo cierto es que en cuanto a lo que se puede sentir en las calle es lo que indica qué está bien y qué está mal.
Como medio de comunicación siempre hemos sido enfáticos en que Colombia debe dar un salto hacia el acuerdo fundamental sobre unos preceptos básicos no solamente de convivencia sino también de construcción de país; incluso, el presidente Gustavo Petro habló de la importancia de este acuerdo sobre lo fundamental, cosa que al día número 100 no ha sucedido, pues creemos que Gustavo Petro pudo entender que necesitaba pasar a través de la aplanadora del Congreso y sus aliados las principales reformas y lo logró con éxito en el capítulo de la tributaria, vendrá la política, la de salud, entre otras.
Lastimosamente ha deshecho decenas de argumentos académicos, científicos, de ciencias exactas en donde claramente se demuestra que se están tomando decisiones equivocadas. En ocasiones, el ego y lo que puede producir recién instalado en la Casa de Nariño y contar con la luna de miel, con gran sector político y de la población -como lo indican las últimas encuestas- le pueden permitir estas facultades y tomarse las atribuciones de pasar por encima de todo al que se le atreve a cuestionarle algo.
Quisiéramos entender que Petro tiene buenas intenciones, pero hay que destacar que no podríamos esperar nada distinto de Petro a lo que prometió y a lo que ha venido expresando durante toda su carrera política. Consideramos que Petro tiene que respetar los cuatro años de periodo presidencial, la separación de poderes, la libertad de prensa, la defensa de la propiedad privada y una economía de libre mercado, que en este último se viene rajando de gran manera.
En varios aspectos negativos podríamos resumir estos 100 días. En primer lugar, hay una clara inestabilidad no solo jurídica sino económica en el país; lo podemos ver con la tasa de cambio, con lo que se ha suscitado en el sector minero energético por cuenta de la no firma de nuevos contratos de exploración y producción tanto en el sector petrolero como en el de gas, y amenaza a otras extensiones de esta industria.
La inseguridad se sigue viviendo en muchas regiones, más de 40 líderes sociales han sido asesinados y esta vez no se ha mencionado tanto por ser un gobierno de izquierda; existe incertidumbre en el mundo empresarial, de los mercados financieros, de las pensiones, de la salud pues no entienden hacia dónde se van a dirigir las principales políticas de estos sectores porque existe una desconexión entre lo que dicen los ministros, lo que piensa el presidente, lo que dicen algunos congresistas y lo que queda consagrado en documentos.
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Es espeluznante ver esta gran gabela que se les va a dar a los bandidos fomentando más la impunidad, la delincuencia, la ilegalidad; esto ligado a discursos que en el papel quedan muy bien, en la televisión mejor pero son irrealizables. Hablar del decrecimiento económico, que se tiene que dejar de usar petréleo y carbón mientras Colombia es un cero a la izquierda en el concierto mundial, no tiene otro tinte más que de populismo.
Preocupa que el presidente Petro no tenga un mensaje claro en lo que significan los pilares básicos de una sociedad.
Podríamos resaltar en aspectos buenos el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, la intención de rescatar Satena aunque lastimosamente con vuelos pagados por el erario público, lo que se ha hecho en ICETEX en cabeza de Mauricio Toro es bastante positivo, que se hable de la subasta del espectro 5G es positivo, que se haya nombrado una junta directiva de Ecopetrol con capacidades, credenciales, experiencia y responsabilidad es importante para este momento, pero no estuvo bien el cambio abrupto de la presidencia de la Junta Directiva, y mantener a Felipe Bayón es un buen signo.
Por último, creemos que Petro está respetando por ahora la principal estructura de la Constitución, esperamos que lo siga haciendo, igual que la libertad de prensa, que esta nunca se vea amenazada mucho menos que sufra retaliación por hacer cuestionamientos. También, esperamos que siempre vaya a mejor cada decisión que tome.