Colombia está construyendo una economía resiliente al clima. Siga leyendo para obtener más información.
Con el creciente enfoque en el calentamiento global y la concientización de la sociedad, países de todo el mundo están adoptando nuevas medidas para edificar una economía resistente al cambio climático. En este escenario, un país que emerge como un líder poco convencional es Colombia, la rica nación tropical en biodiversidad cuyas estrategias únicas e integrales bosquejan un panorama inspirador para un futuro sostenible.
Paso 1: Impulsar la infraestructura de energías renovables
Colombia está preparándose para encarar el cambio climático y lo están haciendo a lo grande. Se está despegando de los combustibles fósiles y se enfoca en las energías renovables. Ya están sacándole jugo a la energía hidroeléctrica con su buena geografía y clima. ¡Pero no se queda ahí! También está incursionando en la energía solar y eólica, buscando más opciones verdes para su cartera energética.
Paso 2: Implementar políticas contundentes de conservación forestal
Al ser anfitriona de parte de la selva amazónica, el más grande sumidero natural de carbono del mundo, Colombia comprende la importancia crítica de este entorno único. El gobierno colombiano ha priorizado la conservación de sus densos bosques como un pilar fundamental para una economía resiliente al cambio climático.
Un componente esencial de la estrategia de Colombia para una economía resistente es también mantener un tipo de cambio estable. El Forex es crucial para una economía que se sustenta en gran parte de las actividades de importación y exportación, incluyendo el comercio de tecnologías verdes y recursos para proyectos de energías renovables. Un tipo de cambio bien orquestado puede propulsar la estabilidad financiera del país y apoyar sus ambiciosos objetivos medioambientales, ayudando a amortiguar los costos de estas acciones revolucionarias.
Paso 3: Revolucionar la movilidad en las ciudades
Colombia se encuentra en una etapa crucial para revolucionar la movilidad urbana. Un epicentro de esta transformación es Bogotá, la capital del país, reconocida por su innovador programa de “Ciclovía”. Cada domingo, se cierran alrededor de 120 km de vías a los vehículos motorizados, promoviendo que los residentes se desplacen en bicicleta o caminen. El impulso del transporte público eléctrico y las constantes labores para modernizar los sistemas de transporte recalcan la relevancia de una movilidad sostenible.
Paso 4: Apostar por la inversión en bonos verdes
Los bonos verdes representan una amplia veta de financiamiento para aquellos países que buscan migrar hacia fuentes de energía más limpias y renovables, y Colombia no es la excepción. En 2017, Colombia se destacó al ser el primer país latino en sacar un bono verde. ¡Captaron 200 millones de dólares para proyectos ecológicos que reducen emisiones de carbono y fortalecen la resiliencia climática! Eso muestra cómo el sector financiero tradicional se está esforzando en impulsar el desarrollo sostenible.
Paso 5: Establecer un marco jurídico que propicie la resiliencia climática
Colombia ha mostrado audacia al integrar la resiliencia climática en su marco jurídico. En 2018, se promulgó la «Ley 1931» que contribuye en la gestión y planificación territorial frente al cambio climático. Ahora, tanto las entidades públicas como las privadas están obligadas a tener en cuenta el cambio climático en todas sus decisiones.
Colombia está demostrando que el crecimiento económico y la conservación del planeta sí pueden ir juntos. Con su elección de energía renovable, protección de bosques, ideas para moverse en la ciudad, finanzas verdes y cambios en las leyes, se está volviendo un modelo a seguir en la lucha contra el calentamiento global. Es un ejemplo que todos deberíamos tomar en cuenta para frenar el cambio climático.
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