Llevamos solo un mes de este nuevo año y ya se sienten tiempos de incertidumbre en la economía global y, por ende, Colombia no es la excepción. Ante la complejidad del panorama internacional, el país enfrenta diversos retos que demandan una visión estratégica y un abordaje integral para impulsar el crecimiento y la estabilidad.
Desafíos internacionales
En medio de la coyuntura actual, las perspectivas económicas a nivel internacional reflejan una dicotomía entre Estados Unidos y la zona euro. Mientras Estados Unidos da indicios a un resultado modesto en su crecimiento económico para el 2023, la Reserva Federal mantiene en 5% la tasa de interés, buscando equilibrar el estímulo y la contención de la inflación. Por otro lado, la zona euro enfrenta desafíos adicionales, con tasas más moderadas y preocupaciones inflacionarias que han llevado al Banco Central Europeo a adoptar una postura cautelosa.
Desafíos nacionales
En el contexto colombiano, las perspectivas económicas para el próximo periodo presentan una dualidad de desafíos y oportunidades. En cuanto al crecimiento económico, se espera una recuperación gradual, con tasas que oscilan entre el 0,9% y el 1,8%, reflejando una clara desaceleración en este último tiempo.
La inflación, que cerró el año 2023 en un 9,28%, se mantiene como una variable de atención, y se proyecta que disminuya, situándose en un promedio de 5,42% para el año 2024, según diversas entidades del país. Paralelamente, las tasas de interés, tras experimentar fluctuaciones y cerrar en el 13% en 2023 (siendo diciembre, el mes donde hubo una reducción después de un largo periodo alcista), se espera que disminuyan hasta alrededor del 8% en 2024 según el promedio de analistas, reflejando esfuerzos por parte de las autoridades para estimular la actividad económica y mantener la estabilidad financiera. En este escenario, el desafío para las autoridades será encontrar el equilibrio adecuado entre medidas expansivas y la gestión prudente de la inflación.
El desempleo, aunque ha mostrado cifras alentadoras en algunos momentos, sigue siendo una preocupación latente. La pandemia agravó la situación, y la recuperación no avanza al ritmo deseado. Además, la tasa de informalidad laboral plantea desafíos estructurales que requieren atención inmediata. La generación de empleo de calidad es esencial para fortalecer la base económica del país.
Reformas y políticas públicas
El ambiente político y las Reformas pendientes generan expectativas y, al mismo tiempo, incertidumbre. La implementación de reformas fiscales y estructurales, aunque para algunos sea necesarias y para otros no, conlleva desafíos significativos. La capacidad de forjar consensos entre el sector privado y el Gobierno de diseñar políticas que impulsen en principio la inversión y la productividad del país será determinante en el camino hacia una pronta recuperación en la economía nacional.
Un futuro para construir juntos
En este escenario, la colaboración entre el sector privado y el público se torna crucial. Es el momento de diseñar estrategias que fomenten la competitividad, la inclusión y la sostenibilidad. La planificación a largo plazo, la adaptabilidad a las nuevas realidades globales y el compromiso con el bienestar de la sociedad son imperativos para construir un futuro económico sólido y próspero. Se debe afrontar estos desafíos como una oportunidad para reinventar y fortalecer el camino hacia el desarrollo económico de Colombia. Es necesario también que este año nuevo, que el Gobierno escuche realmente la necesidad que se tiene y tendrán a lo largo del año, prestando la debida atención eficiente y correspondiente. Este 2024 desafía a todos, pero con un optimismo por parte de todos y unas estrategias sólidas a nivel fiscal y monetario, se puede construir un futuro económico más robusto y sostenible.