La movilidad y el desarrollo en Bogotá y Cundinamarca en se enfrenta a desafíos críticos que afectan tanto la calidad de vida de sus habitantes como la competitividad económica de la región. En este contexto, se llevó a cabo una investigación que incluye entrevistas con expertas en el tema: Cristina Calderón Restrepo, concejal del Nuevo Liberalismo, y María Montejo Torres, socia de Energía e Infraestructura en Baker McKenzie. Ambas profesionales ofrecen una perspectiva integral sobre los problemas actuales y las soluciones propuestas desde los sectores público y privado.
Uno de los principales problemas que enfrenta la movilidad en Bogotá es la congestión vehicular. Según Cristina Calderón Restrepo, «la congestión es un fenómeno que afecta a todos los ciudadanos. No solo impacta los tiempos de desplazamiento, sino que también genera estrés y disminuye la calidad de vida.» En un informe de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, se estima que el 50% de los viajes realizados en la ciudad son en vehículo particular, lo que contribuye a un aumento significativo en los niveles de tráfico.
María Montejo Torres complementa esta perspectiva, destacando que «el tiempo de desplazamiento entre Bogotá y municipios cercanos puede superar las 2.5 horas en horas pico, lo que es ineficiente y perjudicial para la productividad laboral.» Esta situación se ha vuelto crítica, especialmente en áreas como Soacha, donde la cercanía geográfica no se traduce en conectividad efectiva.
La falta de integración entre los diferentes modos de transporte público es otro desafío significativo. Calderón enfatiza que «a pesar de tener diferentes opciones de transporte, la falta de una integración real dificulta la movilidad de los ciudadanos.» Esto se traduce en que los usuarios deben realizar múltiples transbordos, aumentando la complejidad de sus desplazamientos y contribuyendo a la frustración diaria.
Montejo Torres señala que «el sistema de TransMilenio debe conectarse no solo con el metro, sino también con otros medios de transporte, como Regiotrans,» para facilitar una interconexión más efectiva y mejorar la experiencia del usuario.
Finalmente, la infraestructura para modos de transporte sostenibles, como la bicicleta y el transporte peatonal, es limitada en Bogotá. Calderón menciona que «tenemos una infraestructura escasa para estos modos de transporte, lo que limita la posibilidad de optar por alternativas más ecológicas.» Según datos del Observatorio de Movilidad de Bogotá, solo el 6% de los desplazamientos se realizan en bicicleta, lo que resalta la necesidad de mejorar la red de ciclovías y promover el uso de este medio de transporte.
Retos de movilidad en Bogotá y Cundinamarca
Sector Público
Desde el sector público, diversas iniciativas están en marcha para abordar estos desafíos. Calderón menciona la construcción del metro de Bogotá como una de las soluciones más prometedoras: «La construcción del metro no solo mejorará la conectividad, sino que también facilitará el desplazamiento de miles de personas diariamente.» La tercera línea del metro, que conectará hasta Soacha, se presenta como un proyecto crucial para aliviar la congestión en las vías.
En cuanto a TransMilenio, María Montejo Torres destaca la expansión de las fases 2 y 3 hacia Soacha, que está en un 46% de avance: «Estas ampliaciones no solo aumentarán la cobertura del sistema, sino que también mejorarán la capacidad de transporte.» Además, se prevé la incorporación de buses eléctricos y biarticulados, lo que representa un paso hacia la sostenibilidad y la modernización del sistema.
Otra iniciativa relevante es la creación de un distrito aeroportuario alrededor del Aeropuerto El Dorado. Calderón afirma: «Queremos posicionar el aeropuerto como un centro logístico y de transporte clave en la región, lo que mejorará la conectividad no solo para Bogotá, sino para Cundinamarca y más allá.» Este proyecto busca optimizar el uso de las instalaciones aeroportuarias, fomentando la interconexión entre diferentes modos de transporte.
Sector privado
El sector privado también está desempeñando un papel fundamental en la mejora de la movilidad. Calderón destaca las iniciativas de empresas que promueven el uso de vehículos eléctricos: «La adopción de vehículos eléctricos es fundamental para reducir la contaminación y es una tendencia que el sector privado está impulsando.» Esta transición hacia vehículos más limpios es esencial para cumplir con los objetivos de sostenibilidad ambiental.
María Montejo Torres complementa esta visión, mencionando que «las plataformas de movilidad compartida, como bicicletas eléctricas y scooters, son esenciales para complementar el sistema de transporte público.» La expansión de estas plataformas a más áreas de la ciudad es una prioridad para mejorar la movilidad y fomentar un transporte más ecológico.
Además, las políticas de teletrabajo adoptadas por empresas privadas están contribuyendo a mitigar la congestión en horas pico. Montejo Torres señala: «La implementación de horarios flexibles y el teletrabajo han demostrado ser estrategias efectivas para reducir el número de desplazamientos en horas críticas.» Esto no solo mejora la movilidad, sino que también permite a los empleados equilibrar mejor sus vidas laborales y personales.
Una región metropolitana
Ambas expertas coinciden en la necesidad de integrar Bogotá y los municipios circundantes en una región metropolitana. Calderón expone: «Estamos en un proceso de incluir a los municipios de Cundinamarca en una región metropolitana, lo que permitirá una planificación más efectiva y coordinada.» Esta integración es fundamental para abordar de manera integral los problemas de movilidad.
Montejo Torres agrega que «una región metropolitana permitirá optimizar recursos y facilitar proyectos de infraestructura que beneficien a toda la población, no solo a quienes viven en la capital.» La planificación coordinada es clave para garantizar que las inversiones en infraestructura respondan a las necesidades de todos los ciudadanos.
María Montejo Torres menciona el Plan Zonal del Norte en Bogotá, que busca transformar áreas clave mediante la creación de centros culturales, recreativos y educativos: «Este proyecto no solo busca mejorar la infraestructura, sino también fomentar la cohesión social y el desarrollo sostenible en la región.» Estas iniciativas son cruciales para revitalizar zonas urbanas y promover un entorno más amigable para los habitantes.
En Cundinamarca, el enfoque está en la resiliencia al cambio climático. Montejo Torres afirma que «más del 90% del territorio de Cundinamarca es rural, y necesitamos invertir en infraestructura educativa, cultural y turística que cumpla con criterios de sostenibilidad.» Esto no solo mejora la calidad de vida en el campo, sino que también promueve el turismo y el desarrollo económico.
Impacto económico de los nuevos proyectos
Ambas expertas coinciden en que el desarrollo en Bogotá y Cundinamarca y cada uno de los proyectos en curso tendrán un impacto económico positivo a largo plazo, a pesar de las incomodidades iniciales que puedan generar. María Montejo Torres señala: «Una vez que estas obras estén terminadas, se convertirán en motores de desarrollo, impulsando el comercio, el consumo y el turismo.» Esta reactivación económica dependerá en gran medida de la calidad de la infraestructura de movilidad, ya que es fundamental para el desarrollo de la región.
Calderón resalta que «la colaboración entre el sector público y privado será esencial para garantizar el éxito de estos proyectos.» La inversión conjunta permitirá llevar a cabo iniciativas que no solo mejoren la movilidad, sino que también promuevan un desarrollo sostenible y equitativo.
Lea también: EPM impulsa la restauración ecológica en Antioquia y Urabá con proyectos sostenibles