La situación económica del Valle del Cauca está atravesando un periodo complejo. A medida que la recaudación tributaria disminuye. Según María Victoria Machado, directora de la Hacienda del Valle, los ingresos tributarios experimentarán una reducción del 3,5 % en 2025 en comparación con 2024, un hecho que refleja una tendencia generalizada en varias regiones del país, debido principalmente a la caída en el consumo y los efectos de la crisis económica global.
Impacto de la disminución de ingresos tributarios en el Valle del Cauca: ajustes en el presupuesto para 2025
El Valle del Cauca, al igual que muchas otras regiones de Colombia, ha sido afectado por una reducción en los ingresos derivados de los impuestos al consumo. En particular, los tributos sobre licores y cigarrillos han sufrido una caída significativa.
La directora de Hacienda explicó que la situación está estrechamente relacionada con la desaceleración económica generalizada que afecta tanto a la Nación como a los departamentos. A nivel nacional, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) ha registrado una caída en los ingresos debido a la contracción de la actividad económica. Este fenómeno tiene un impacto directo en los departamentos, ya que dependen de la actividad comercial para obtener sus recursos fiscales.
«Nuestros ingresos dependen del consumo, de la actividad económica. Si a nivel nacional los ingresos caen, esto tiene un reflejo en las regiones», comentó Machado, quien también señaló que el impuesto de registro ha sufrido una disminución debido a la desaceleración del mercado inmobiliario. Las compras y ventas de propiedades han caído, afectando así una de las fuentes tradicionales de ingresos de las entidades territoriales.
Otro factor relevante es el aumento en el consumo de vapeadores, especialmente entre los jóvenes. Esta tendencia no ha sido acompañada de un incremento en los impuestos a estos productos, lo que ha dejado al departamento sin una fuente importante de ingresos. Además, el contrabando de cigarrillos ilegales ha empeorado la situación, ya que las rutas utilizadas para el tráfico de drogas también están siendo empleadas para introducir estos productos de manera ilegal, lo que dificulta su control por parte de las autoridades fiscales.
El impacto de la caída en los ingresos tributarios
Las proyecciones para 2025 no son alentadoras. El departamento ha estimado una reducción de aproximadamente $46.000 millones en el recaudo del impuesto al tabaco, una cifra considerable que tendrá un impacto directo en las finanzas del Valle. Estos recursos son fundamentales para la financiación de proyectos de salud y otras necesidades sociales en la región.
Ante esta situación, el gobierno departamental no tiene más opción que ajustar el gasto. «Cuando uno se enfrenta a un menor recaudo, hay que hacer recortes. Esto no es popular, pero es necesario», reconoció Machado. El ajuste se realizará a través de una revisión general del presupuesto, priorizando las partidas más críticas. Algunos sectores, como la salud y la educación, recibirán protección debido a su carácter prioritario, pero otras áreas tendrán que ajustarse.
A pesar de la caída en los ingresos, la administración del Valle del Cauca está tomando medidas para garantizar que se mantenga el flujo de recursos para proyectos clave. El departamento ha solicitado un crédito de $1,5 billones, aprobado recientemente por la Asamblea Departamental, para financiar inversiones en áreas como infraestructura vial, vivienda y deportes. Esta inyección de capital será fundamental para movilizar la economía local y generar empleo en la región.
El crédito ha sido estructurado de manera que no comprometa la estabilidad financiera del departamento. Aunque la deuda actual asciende a $700.000 millones, la Gobernación asegura que está dentro de los límites establecidos para no poner en riesgo su calificación crediticia ni su capacidad de endeudamiento. «No estamos en sobreendeudamiento. Nos ajustamos a nuestra capacidad real para mantener la estabilidad financiera», explicó la directora de Hacienda.
En cuanto al impacto de la crisis económica, Machado destacó que el presupuesto de 2025 se ajustará a las expectativas de ingresos reales. «No proyectamos un crecimiento en los ingresos tributarios, sino una contracción. Vamos a gastar lo que efectivamente llegue», afirmó, detallando que la prioridad será monitorear la ejecución de los ingresos y realizar ajustes a medida que se vayan registrando.
Mientras tanto, en el Congreso se discute una posible reforma constitucional que incrementaría las transferencias a los departamentos. Sin embargo, Machado expresó su preocupación por el aumento de obligaciones sin una adecuada descentralización de competencias. Actualmente, las entidades territoriales enfrentan una carga creciente de responsabilidades, mientras que las transferencias de la Nación han disminuido en términos relativos, pasando del 46% de los ingresos nacionales en 1991 al 20% en la actualidad.
«Es importante que el Gobierno Nacional también avance en la descentralización, para que los departamentos tengan la autonomía suficiente para resolver los problemas locales», señaló Machado. Aunque la reforma propone aumentar las transferencias de forma paulatina, la directora subrayó que es esencial que los recursos lleguen a las regiones de manera efectiva y no se diluyan en nuevas competencias que no se acompañen de financiación adecuada.
Con las proyecciones de menores ingresos tributarios y la necesidad de realizar ajustes en el presupuesto, el Valle del Cauca se enfrenta a un panorama incierto. Sin embargo, la administración del departamento confía en que las inversiones financiadas a través del crédito ayudarán a mejorar la situación económica y a mitigar los efectos negativos de la contracción fiscal. Aunque los desafíos son grandes, las medidas tomadas por la Gobernación apuntan a preservar la estabilidad financiera y seguir adelante con los proyectos clave para el desarrollo de la región.
El 2025 será un año crucial para la región, y los esfuerzos para manejar los recortes y ajustar el gasto serán fundamentales para asegurar que el Valle del Cauca pueda continuar su desarrollo a pesar de los vientos económicos en contra.
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