La posible implementación de nuevas políticas arancelarias bajo el mandato del expresidente y ahora presidente electo Donald Trump ha despertado inquietudes en los mercados internacionales y, particularmente, en América Latina. Colombia, un socio estratégico pero con una participación modesta en las importaciones de Estados Unidos, enfrenta un panorama mixto. A continuación, analizamos los factores que podrían incidir, directa e indirectamente, en las relaciones comerciales entre ambos países.
Panorama general: Colombia exporta alrededor de 13 mil millones de dólares anuales a Estados Unidos, lo que representa apenas el 0.4% del total de importaciones estadounidenses. En 2023, Colombia ocupó el puesto 26 entre los socios comerciales de Estados Unidos, muy lejos de mercados como China, México o Europa, que son los principales objetivos de las políticas arancelarias de Trump.
Los principales productos exportados desde Colombia incluyen petróleo (43%), flores (12%), piedras preciosas (10%), café (9%) y aluminio (5%). Exceptuando el aluminio, estos productos tienen una baja sensibilidad a los aranceles, ya que muchos no son producidos localmente en Estados Unidos. Incluso, en casos como el petróleo o el oro, las medidas arancelarias suelen tener un impacto marginal, ya que se trata de materias primas cuyo comercio tiende a ajustarse redireccionando los flujos hacia otros mercados.
El impacto directo de estas políticas arancelarias, por lo tanto, sería mínimo o nulo para Colombia. Sin embargo, el peso de estas exportaciones en la economía colombiana obliga a estar atentos a otros factores, como la evolución de las políticas comerciales y de producción interna en Estados Unidos.
Colombia y el «arancel universal» de Donald Trump: ¿Amenaza o impacto limitado?
Por qué es importante: Uno de los mayores riesgos para Colombia radica en las políticas de producción interna de Estados Unidos. Durante su primer mandato, Trump impulsó el uso de tecnologías como el fracking, lo que permitió a Estados Unidos duplicar su producción de petróleo. Este aumento no solo redujo la necesidad de importaciones, sino que también generó una caída en los precios internacionales del crudo, afectando de manera directa a exportadores como Colombia.
En este segundo mandato, Trump podría retomar esta estrategia con mayor intensidad, lo que representaría un desafío significativo para las exportaciones colombianas de petróleo. Según estimaciones, más del 80% del crudo colombiano tiene como destino Estados Unidos, por lo que una mayor autosuficiencia energética en ese país podría impactar gravemente a este sector estratégico
Otro factor clave a considerar es el uso del comercio como herramienta en la política exterior de Estados Unidos. Las tensiones diplomáticas entre Colombia y la administración Trump podrían llevar a medidas indirectas que afecten las relaciones comerciales. Las diferencias en temas de seguridad, políticas antidrogas y relaciones con Venezuela son áreas de potencial fricción.
En este sentido, no sería sorprendente que se utilicen barreras comerciales o cambios en las reglas de juego como una forma de presionar al gobierno colombiano para alinear sus posturas con las de Washington. Aunque estas acciones no están directamente relacionadas con los aranceles propuestos, sí podrían incidir negativamente en el comercio bilateral.
El «arancel universal»: una propuesta de bajo impacto para Colombia
Entre las medidas más polémicas planteadas por Trump está la idea de un «arancel universal» del 10% al 20% sobre todas las importaciones, sin importar su origen. Si bien esta propuesta tiene una baja probabilidad de implementarse debido a los desafíos legales y económicos que implica, su impacto sería homogéneo. En el caso de Colombia, esto no alteraría significativamente los volúmenes comercializados, pero sí podría aumentar los costos de importación para los consumidores estadounidenses.
Además, es importante considerar que un arancel universal afectaría principalmente a los países con una mayor dependencia de las exportaciones a Estados Unidos. Colombia, aunque está expuesta, tiene una canasta exportadora más diversificada en comparación con otras economías de la región, lo que reduce el impacto relativo de esta medida.
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