Sinceramente, nadie sabe, o muy pocos saben, quizás Armando Benedetti y Laura Sarabia, seguramente nadie más, qué es lo que está pensando él y qué estaba pensando cuando decidió televisar el consejo de ministros y cuando decidió traer a Armando Benedetti a ese cargo, sabiendo las consecuencias que eso podía tener, que hoy las está teniendo.
A falta de un año y medio de su gobierno, y a pesar de que algunos de sus ministros, si bien no tenían los mejores desempeños y no contaban con un clima de opinión favorable, eran personas conocedoras de la cartera en la que estaban. Sin embargo, los cambios que ha realizado el gobierno tienden, en su mayoría, a empeorar la situación. Por ejemplo, la ministra de Agricultura, la ministra de Ambiente e incluso la ministra de Trabajo eran personas que, a pesar de las profundas diferencias ideológicas que la mayoría del país tenía con ellas, estaban dando una batalla por el cambio bajo sus fundamentos y razonamientos.
Lo mismo puede decirse de Jorge Rojas, con más de 30 años en la izquierda y junto a Petro, y de Carlos Augusto Rodríguez de la UNT. El presidente Petro, que ya venía con problemas desde hace meses para seleccionar y encontrar personas que le ayudaran a gobernar, ahora enfrenta mayores dificultades debido a la escasez de nombres. Se quedó completamente sin figuras clave, lo que plantea la pregunta: ¿de dónde las va a sacar?
Juan Fernando Cristo también era una persona que tenía claro lo que estaba haciendo, conocía del tema y tenía su bagaje y sus relaciones. ¿De dónde va a sacar la gente? Se decía que iba a traer amigos, personas cercanas, etc. ¿De dónde los va a sacar?
Todo indica que el gobierno está renunciando a su parte más fundamentalista y ortodoxa, algo que quizá nadie vio venir, luego de que todos creímos que, al aproximarse el final de su mandato, se iba a radicalizar más en la izquierda y en el petrismo puro. Ahora, al sacar al petrismo puro, la pregunta es: ¿quiénes van a adoptar? ¿Quiénes son los que van a llegar y con qué ideología? Ahora que el presidente se definió como un hombre que no es de izquierda.
En el ámbito político, surgen interrogantes sobre el futuro de las reformas que están en el Congreso. La reforma a la salud se encuentra en su segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes, con 23 de 62 artículos aprobados hasta diciembre pasado. Se espera que el debate se retome en las próximas sesiones extraordinarias convocadas por el Gobierno.
La reforma laboral, por su parte, está pendiente de su tercer debate en la Comisión Séptima del Senado. Esta iniciativa busca recuperar derechos laborales, como los recargos nocturnos, dominicales y festivos, y mejorar las condiciones contractuales para los jóvenes.
En cuanto a la reforma pensional, aprobada en 2024, la Corte Constitucional está evaluando su validez debido a posibles vicios de procedimiento en su aprobación. Existe la posibilidad de que la Corte la devuelva al Congreso para subsanar estos vicios o incluso la declare inexequible.
Además, el Gobierno ha priorizado otros proyectos, como la reforma a la Ley de Servicios Públicos, la formalización de la pequeña minería y una ley estatutaria de educación, aunque algunos de estos aún no han sido radicados.
¿Qué va a pasar con el Ministerio de la Igualdad sin Francia Márquez? Si se cierra, es probable que nadie note su ausencia, ya que era un ministerio sin ejecución, sin protagonismo, sin inversión; un ministerio que nunca llegó a consolidarse. Pero, ¿qué sucederá en el Ministerio del Interior, en el Ministerio de Cultura, en el Ministerio de Ambiente? Estas carteras, ideológicamente orientadas, ahora quedan nuevamente en el aire, contribuyendo a la confusión total.
Todos en el gobierno están confundidos, sin saber qué hacer. El presidente se va de viaje, primero a Haití y ahora a Dubái, en medio de esta crisis, lo que ha traído aún más inestabilidad al gobierno. Desde esta tribuna, le pedimos al presidente y a los encargados de asumir funciones que, por favor, traten de mantener el nivel técnico, ya muy deteriorado. Que las personas en las entidades no sientan desasosiego e incertidumbre, y que se garantice un mínimo funcionamiento del Estado. Es lo que les pedimos con todo el respeto del mundo.