Comparativa: viajar con y sin seguro de viaje

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Cuando se planea un viaje internacional desde Colombia, muchas personas consideran el destino, los vuelos, el alojamiento y hasta el clima, pero olvidan un elemento clave: el seguro de viaje. Aunque a veces parece un gasto innecesario, contar con un seguro puede marcar una gran diferencia en la experiencia del viajero.

Viajar con seguro: tranquilidad desde el despegue

Contar con un seguro de viaje implica tener respaldo frente a situaciones inesperadas que pueden presentarse durante tu aventura en el extranjero. Desde un resfriado hasta un accidente, pasando por la pérdida de equipaje o retrasos en vuelos, los imprevistos son parte del panorama.

Uno de los beneficios más valorados es el acceso a atención médica en el exterior. Muchos países, como Estados Unidos o Canadá, tienen costos de salud muy elevados. Un simple paso por urgencias puede superar los USD 500, mientras que una hospitalización puede llegar a cifras astronómicas. Con un seguro, estos gastos están cubiertos parcial o totalmente según el plan elegido.

Además, si tu vuelo se retrasa o se cancela y pierdes una conexión o una reserva en hotel, el seguro puede cubrir esos gastos adicionales. Esto incluye noches extras de alojamiento, alimentación o incluso nuevos boletos de transporte.

La pérdida o demora de equipaje es más común de lo que se cree. Un seguro puede reembolsar compras de emergencia (ropa, artículos de higiene, etc.) mientras esperas tu maleta o incluso compensar en caso de que nunca aparezca.

En situaciones extremas, como un accidente grave o un conflicto legal en otro país, tener un seguro te permite acceder a asesoría jurídica o cubrir el traslado médico de regreso a Colombia.

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Viajar sin seguro: el riesgo de improvisar

Viajar sin seguro es apostar a que todo saldrá bien. Y aunque muchas veces es así, hay un margen de riesgo importante que puede convertir un viaje soñado en una pesadilla costosa.

Sin un seguro, cualquier consulta médica en el exterior deberá pagarse del propio bolsillo. Un simple esguince o una infección estomacal puede costar cientos de dólares, y una intervención más compleja podría afectar seriamente tu economía.

Si pierdes tu pasaporte, sufres un robo o necesitas regresar anticipadamente por una emergencia familiar, no contarás con un canal formal de asistencia que te guíe y acompañe en la resolución de problemas.

Además, algunos países europeos, como los del espacio Schengen, exigen contar con un seguro de viaje como requisito obligatorio de ingreso. Si no lo tienes, podrían denegarte la entrada en el aeropuerto.

Viajar es una experiencia para disfrutar, no para pasarla resolviendo crisis solo y en un idioma extranjero. Sin un seguro, cada decisión en medio de un imprevisto se vuelve más difícil, costosa y angustiante.

Escenarios reales: con y sin cobertura

Una turista colombiana sufre un cuadro de gastroenteritis en Ciudad de México. Con seguro, acude a una clínica privada donde recibe atención inmediata, medicamentos y seguimiento sin costo adicional. Sin seguro, hubiese debido pagar más de USD 400 por esa atención básica.

Un grupo de viajeros colombianos pierde su conexión en Madrid por demoras de la aerolínea. Quienes tenían seguro recibieron hospedaje, alimentación y nuevos pasajes cubiertos. Los que no, debieron asumir todos los gastos y buscar alojamiento de último momento.

Un joven sufre el robo de su teléfono mientras paseaba por Palermo. Con seguro, recibió compensación por el valor asegurado de su equipo. Sin cobertura, perdió el dispositivo y tuvo que invertir en uno nuevo sin ayuda.

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Percepción vs. realidad: «no me va a pasar nada»

Es común que los viajeros primerizos crean que un seguro es opcional o que solo se necesita para viajes lejanos. Sin embargo, incluso en destinos cercanos como Panamá, Ecuador o Perú pueden presentarse situaciones que justifiquen contar con una buena cobertura.

Viajar con seguro no es solo una medida de prevención, sino una forma inteligente de proteger la inversión hecha en el viaje, evitar sorpresas desagradables y tener respaldo profesional en momentos de tensión.

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