En medio de un panorama económico donde la inflación comienza a mostrar señales claras de estabilización, la caída en los precios de la energía eléctrica se ha convertido en uno de los factores clave para aliviar el costo de vida de los colombianos.
Así lo explicó Natalia Rodríguez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), quien detalló las razones detrás de esta tendencia a través de un extenso análisis publicado en redes sociales.
La reducción de los precios de la energía en Colombia impulsa la caída de la inflación y mejora la economía
Según las cifras más recientes entregadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la inflación anual a junio de 2025 se ubicó en 4,82%, una cifra que confirma el descenso progresivo de este indicador tras los picos experimentados en 2023 y 2024.
Dentro de ese comportamiento positivo, uno de los componentes que más ha contribuido es la reducción del costo de la electricidad, un servicio esencial para hogares, comercios e industria.
Por qué ha bajado el costo de la electricidad: El análisis de Acolgen parte de un dato contundente: en junio de 2025, el componente de electricidad del Índice de Precios al Consumidor (IPC) disminuyó un 1,95% en comparación con mayo y un 4,82% frente a junio de 2024.
Esto significa que, tanto en el corto como en el mediano plazo, los colombianos están pagando menos por su consumo energético. Esta disminución ya se refleja en las facturas de energía que millones de familias reciben mensualmente.
La razón detrás de esta caída tiene su origen en un elemento técnico fundamental: el Costo Unitario (CU), que corresponde al valor total del servicio para los usuarios regulados, es decir, principalmente hogares y pequeños comercios.
El CU se compone de diferentes elementos de la cadena eléctrica: generación, transmisión, distribución, comercialización, pérdidas técnicas y los costos derivados de garantizar que la energía siempre esté disponible en todo el territorio nacional.
De acuerdo con cifras del sector, en mayo de 2025 el CU se redujo un 7% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Esta baja está relacionada principalmente con la caída de los costos de generación, que representan uno de los componentes más significativos de la tarifa final.
Específicamente, el costo de generar energía disminuyó un 23,7%, las pérdidas técnicas se redujeron en un 8,3% y la comercialización cayó un 4,5%.
El impacto del clima y los embalses en los precios: La explicación de este fenómeno no se puede entender sin hacer referencia a las condiciones climáticas que han marcado el comportamiento del mercado energético en los últimos dos años.
En 2024, el Fenómeno de El Niño generó una fuerte sequía en el país, lo que afectó la producción hidroeléctrica —la principal fuente de generación en Colombia— y obligó a un mayor uso de plantas térmicas que operan a partir de gas, combustibles líquidos y carbón.
Esto derivó en un encarecimiento del costo de la energía, que se reflejó tanto en los contratos como en los precios de la bolsa de energía.
No obstante, en 2025 la situación ha dado un giro favorable. Con la llegada de las lluvias, los niveles de los embalses han mejorado sustancialmente, pasando de un preocupante 44% en 2024 a un sólido 81% en la actualidad.
Este incremento ha permitido un mayor uso de la generación hidroeléctrica, considerada la más económica dentro de la matriz energética nacional. Como resultado, el precio promedio de la energía en la bolsa ha caído un 57% respecto al periodo anterior, impactando positivamente las tarifas.
Impacto más allá de los hogares: La baja en el precio de la electricidad no solo beneficia a los hogares colombianos. También está teniendo efectos sobre el Índice de Precios al Productor (IPP), que regula, entre otras cosas, los contratos de largo plazo dentro del sector eléctrico.
Aunque este tipo de contratos suele ofrecer precios estables, los ajustes se realizan de acuerdo con el comportamiento de la economía, por lo que la caída del IPP permite renegociar condiciones más favorables para las empresas.
Esto tiene un impacto directo sobre la competitividad de las industrias, que dependen de la energía no solo para su funcionamiento, sino también para poder ofrecer productos y servicios a precios que sean sostenibles para los consumidores. A largo plazo, un costo energético más bajo ayuda a dinamizar la economía y mejora las condiciones de inversión.
El peso del sector eléctrico en la economía colombiana: Más allá del impacto directo sobre las facturas, es importante recordar la relevancia del sector eléctrico dentro del aparato productivo colombiano.
En 2024, el sector aportó 57,3 billones de pesos al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, lo que representó un 3,4% de la economía total del país. Esto evidencia que la energía no solo ilumina hogares y enciende electrodomésticos, sino que es un insumo fundamental para actividades como la educación, la salud, el comercio y la industria.
“Desde Acolgen estamos comprometidos con que la energía en Colombia sea cada vez más segura, confiable y sostenible, y que continúe siendo un motor para el desarrollo y el bienestar de todos los ciudadanos”, puntualizó Natalia Rodríguez en su análisis.
Un futuro más optimista para los usuarios: En conclusión, la estabilización de los precios de la electricidad está jugando un papel clave en la desaceleración de la inflación en Colombia.
El regreso de las lluvias, la recuperación de los embalses y la mayor oferta hidroeléctrica han permitido reducir el costo de generación, lo que se traduce en facturas más bajas tanto para las familias como para las empresas.
El panorama, al menos en este componente del costo de vida, luce más favorable para lo que resta de 2025.
La expectativa es que este alivio continúe en los próximos meses, siempre y cuando las condiciones climáticas sigan siendo estables y el sistema eléctrico mantenga su eficiencia. Para los hogares, representa un respiro directo al bolsillo; para la economía en general, un impulso hacia una mayor estabilidad y crecimiento.