El Índice Fraser Institute 2024 sacudió el mapa de la minería latinoamericana. El más reciente reporte situó a Guyana como el destino más atractivo de la región para la inversión en el sector, una entrada directa al noveno puesto global que sorprende tanto por su rapidez como por el peso que empieza a ganar este pequeño país en la escena extractiva internacional.
La irrupción de Guyana es la gran novedad del ranking: en 2023 ni siquiera aparecía en la lista y hoy se ubica entre las diez jurisdicciones más atractivas del mundo para la minería, gracias a un potencial geológico subexplorado, estabilidad política y señales de apertura a la inversión extranjera.
A su lado, San Juan (Argentina) refuerza su posición como un referente regional, escalando del puesto 21 al 14 global, respaldada por políticas claras, incentivos y seguridad jurídica para los inversionistas. En tanto, Chile recupera terreno, subiendo del lugar 38 al 29, impulsado por un clima de mayor certidumbre regulatoria tras años de debates en torno a la reforma constitucional y la tributación minera.
El caso de Perú refleja una recuperación de confianza: pasó del puesto 59 al 40 global, un avance de 19 posiciones que se explica por la fortaleza de su cartera de proyectos y un esfuerzo por estabilizar las reglas del juego, pese a tensiones sociales y políticas. Por su parte, La Rioja (Argentina) protagoniza uno de los mayores saltos del ranking, escalando del lugar 83 al 44, gracias a estrategias provinciales para atraer capital y acelerar trámites de exploración y explotación.
México avanza del puesto 74 al 49, mejorando su percepción internacional, aunque todavía arrastra la sombra de incertidumbre regulatoria y debates en torno a la intervención estatal. Brasil, en contraste, cae del 29 al 56, afectado por la discusión de nuevas normativas y crecientes exigencias ambientales que han generado cautela en el capital extranjero.
Ecuador, Colombia y República Dominicana: desafíos persistentes en la minería
Ecuador sube levemente del puesto 64 al 61, manteniéndose en una zona intermedia, mientras que Colombia mejora del 71 al 66, un avance que, aunque positivo, sigue ubicando al país entre los menos atractivos de la región por la percepción de inestabilidad jurídica y conflictos socioambientales. La República Dominicana entra este año a la medición en el puesto 75, reflejando un amplio margen de mejora en competitividad y marco regulatorio.
El Fraser Institute mide factores como potencial geológico, calidad de la infraestructura, estabilidad política, respeto a los contratos y transparencia normativa. En la edición 2024 se evaluaron 82 jurisdicciones en el mundo, cuatro menos que el año anterior.
El mapa que deja el ranking es claro: mientras algunas economías, como Guyana, San Juan y Chile, logran captar la atención de los grandes capitales con estabilidad y reglas claras, otras siguen perdiendo oportunidades en medio de debates políticos, trabas burocráticas y tensiones sociales.
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