Álvaro Uribe está profundamente afectado por la muerte de Miguel Uribe. Ya venía adolorido, triste y abatido desde el mismo momento del atentado contra Miguel. Horas después del hecho, el expresidente se desplazó hasta la clínica Santa Fe en Bogotá para acompañar a su familia de manera silenciosa, tranquila y discreta; abrazó a Miguel Uribe Londoño, a María Claudia y a sus niñas, sin espectáculos ni esquemas llamativos frente a los medios de comunicación.
Desde entonces, Uribe ha manifestado a muchas personas con las que se ha reunido o conversado por teléfono su sentimiento de tristeza e impotencia. Además, aunque no se considera culpable, sí se siente en cierta forma responsable, pues fue él quien lo invitó, en tiempos de pandemia, luego de que Miguel fuera candidato a la Alcaldía de Bogotá, a hacer parte de la lista del Centro Democrático y a encabezarla. Era un honor que muchos deseaban, y que Miguel, recién llegado al partido, podía generar incomodidades dentro de la colectividad liderada por el expresidente.
Finalmente, Miguel, tras meditar la propuesta, la aceptó. La analizó con su padre, Miguel Uribe Londoño, quien ha sido toda la vida muy cercano al Centro Democrático, ha militado en ese partido, fue gerente de la colectividad en Bogotá y es un reconocido empresario con amplia trayectoria política y empresarial.
La relación de Álvaro Uribe y Miguel Uribe
Como lo conoció este medio de comunicación, al enterarse del fallecimiento de Miguel, Uribe se indispuso profundamente. No sabía qué hacer; habló con sus abogados y con Víctor, explorando la posibilidad de acompañar a la familia, aunque fuera en la misa en la Catedral Primada o en algún acto de manera discreta. Sin embargo, la conclusión, como señala Quinn, fue que era muy difícil que le concedieran ese permiso. Uribe no quiso interponerse ni causar traumatismos, ni “robarse el momento” en medio del dolor de la familia.
Hubiese sido la primera vez que el expresidente recibiera un permiso para asistir a un evento así, lo que habría significado que el país lo viera bajo una protección eventual, hecho que se habría convertido en un caldo de cultivo para sus detractores y enemigos, y que, además, iba en contravía del momento solemne que se vivía.
En lo personal, Uribe está muy triste. Faltan palabras para describirlo. Sí es cierto que, eventualmente, la familia de Miguel tendrá un espacio privado con el expresidente, aunque aún no se sabe cuándo. Uribe ha sido prudente, respetuoso y siente una gran pérdida por un joven en quien veía todas las cualidades para liderar el país: liderazgo, reconocimiento, humildad, carácter y humanidad para ser presidente de Colombia.
El exmandatario expresó también su molestia al ver que hubo personas en el funeral a quienes sí se les permitió asistir, mientras él no pudo acompañar. Comparó la situación con lo sucedido con el presidente Sánchez, lo que le deja cierta sensación de culpa por lo ocurrido con Miguel, hecho que él relaciona con las FARC, el narcotráfico y otros factores.
Uribe considera que el país perdió a uno de los mejores hombres para su presente y futuro. Se ha mostrado consternado y siente un dolor inmenso por este nuevo capítulo de violencia que se ha desatado en Colombia.
Álvaro Uribe consternado por muerte de Miguel Uribe: ¿Asistirá al funeral?