La destitución inmediata del mayor general Hernando Garzón Rey del servicio activo de las Fuerzas Militares de Colombia, anunciada el 10 de septiembre de 2025 por el presidente Gustavo Petro, ha generado un fuerte impacto en la opinión pública y en el entorno institucional del país.
La medida, que sorprendió a la cúpula castrense, se fundamenta en indicios de presuntos vínculos del oficial con organizaciones narcotraficantes y actividades relacionadas con el cultivo de hoja de coca, un hecho que abre un nuevo capítulo en el debate sobre la transparencia dentro de las fuerzas armadas.
Una decisión presidencial sin precedentes
El anuncio fue realizado directamente por el jefe de Estado a través de su cuenta en X (antes Twitter). En el comunicado, Petro confirmó que los elementos probatorios y las denuncias contra el oficial fueron remitidos a la Fiscalía General de la Nación, entidad encargada de abrir la investigación judicial que definirá si existen responsabilidades penales.
El mandatario señaló que esta decisión no solo responde a la gravedad de los hechos que se investigan, sino también al compromiso del Gobierno de mantener una línea de cero tolerancia con la corrupción y la infiltración del narcotráfico en las estructuras de poder.
El cargo que ocupaba el general Hernando Garzón Rey
Hasta el momento de su retiro, el general se desempeñaba como inspector general del Comando General de las Fuerzas Militares, una de las posiciones de mayor responsabilidad dentro de la institución, encargada de supervisar y controlar el cumplimiento de los principios éticos y disciplinarios de la tropa. Paradójicamente, ahora su propio nombre queda bajo el escrutinio público y judicial.
Su trayectoria de más de 30 años en el Ejército Nacional lo llevó a desempeñar cargos estratégicos, particularmente en la lucha contra el narcotráfico y las amenazas transnacionales. Entre 2023 y 2024, comandó el Comando Conjunto N.5 Noroccidente, con jurisdicción en seis departamentos (Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Chocó y Boyacá), donde estuvo al frente de más de 30.000 efectivos de las tres fuerzas armadas.
Formación y experiencia internacional
Garzón Rey es egresado de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, donde se graduó como oficial en Ciencias Militares. Posteriormente, reforzó su preparación académica con una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Barcelona, así como estudios de especialización en administración de recursos militares, seguridad y defensa nacional, además del curso de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra.
Su perfil lo llevó a representar a Colombia en escenarios internacionales. Entre 2019 y 2021, se desempeñó como segundo comandante del Ejército Sur de Estados Unidos en Texas, en un cargo orientado al intercambio de inteligencia y cooperación frente a amenazas comunes. También participó en conversaciones bilaterales con el Ejército de Chile en 2021, fortaleciendo la integración en seguridad hemisférica.
Un historial con luces y sombras
Aunque gran parte de su carrera estuvo marcada por ascensos y reconocimientos, su nombre no ha estado exento de polémicas. En diciembre de 2019, cuando era coronel, fue denunciado por la capitana Maritza Soto, quien lo acusó de presunto acoso sexual, acoso laboral y extralimitación de funciones. La denuncia fue presentada por el senador Iván Cepeda y respaldada por la entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
No obstante, en abril de 2020, la Fiscalía General de la Nación archivó el caso, argumentando que no existían pruebas suficientes y calificando la conducta como atípica. Pese a la controversia, ese mismo año el Senado aprobó su ascenso a general, aunque con reparos de algunos sectores políticos que advertían sobre la promoción de oficiales con antecedentes cuestionados.
Reconocimientos y logros
Durante los últimos años, el general también estuvo al frente de operaciones sensibles. En febrero de 2024 coordinó la repatriación de cuatro militares fallecidos en un accidente aéreo en la frontera con Panamá, un procedimiento que requirió cooperación internacional. Asimismo, en diciembre del mismo año encabezó la ceremonia de entrega de la Medalla Fe en la Causa al gobernador de Risaralda, en el marco de la conmemoración de los 200 años de la Batalla de Ayacucho.
Además, fue elegido como vocal principal de la Asociación Casamata, en representación de los oficiales activos para el periodo 2025-2027.
La versión del Gobierno
El Ejecutivo fue enfático en aclarar que la destitución de Garzón Rey no guarda relación con las denuncias pasadas archivadas, sino con nuevos elementos probatorios que sugieren nexos con estructuras del narcotráfico. La medida se enmarca en la política de transparencia que impulsa el presidente Petro en las instituciones armadas, con el fin de preservar la confianza de la ciudadanía en sus fuerzas de seguridad.
Repercusiones institucionales
La salida de Garzón Rey abre interrogantes sobre los procesos de control interno en las Fuerzas Militares, pues hasta ahora el general era considerado uno de los oficiales de mayor proyección en la cúpula castrense. Para algunos analistas, esta decisión representa un mensaje contundente contra la infiltración del narcotráfico en los altos mandos militares, un fenómeno que históricamente ha minado la legitimidad del Estado en regiones estratégicas del país.
Un final abrupto
La destitución del mayor general Hernando Garzón Rey marca un punto de quiebre en su carrera militar, que parecía encaminada a seguir escalando posiciones en la estructura castrense. Hoy, su futuro depende de las investigaciones judiciales y de la capacidad de las Fuerzas Armadas para blindarse de los cuestionamientos que amenazan su credibilidad.
Más allá de su trayectoria, este episodio refuerza el mensaje del Gobierno: ningún cargo está por encima de la ley cuando se trata de enfrentar la corrupción y los vínculos con economías ilegales.
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