Tanto el Dane como Corficolombiana revelaron cifras de la tenencia de vivienda en el país, señalando que desde 2003 hasta 2024, los hogares que residen en vivienda propia disminuyeron, en tanto que quienes habitan bajo la modalidad de arriendo registraron aumentos.
Y es que para el año 2003, 53,5 % de los hogares tenía su propio predio, pero la cifra fue disminuyendo con el pasar de los años hasta llegar en 2024 a 39,6 %. Entre tanto, las cifras de arriendo aumentaron de 2003 (31,4 %) a 2024 (40,4 %). Lo anterior, significa que cuatro de cada diez hogares viven en alquiler. Teniendo en cuenta los datos de Corficolombiana, desde 2022 la población que está en arriendo superó a la que tiene vivienda propia.
Aunque esta tendencia no solo se presenta en Colombia sino en América Latina, el país puntea en el crecimiento de hogares que viven en arriendo con una proporción que llega a duplicar el promedio de países pares.
Porcentaje alto de hogares colombianos arrienda
Es preciso señalar que Colombia presentó el mayor crecimiento en las primeras dos décadas del siglo XXI, entendiéndose entonces que es un fenómeno que se presenta en toda Colombia. En tal sentido, cabe decir que entre las razones que explican está la dificultad de conseguir una vivienda propia. Y es que muchos hogares se ven por fuera del mercado, que no cuentan con la capacidad de comprar una propiedad, es por esto que recurren a arriendos.
Entre los años 2000 y 2020, el precio de la vivienda creció cuatro veces más que el pago de un arriendo; adicionalmente, triplicó la inflación y duplicó el salario mínimo. Lo anterior, coincide con mayores restricciones de créditos. Aquí, vale señalar que el país tiene bajas profundizaciones en crédito hipotecario, que representa 7,6 % del PIB, esto significa que es una de las menores de la región e inferior a la del siglo XX.
Ahora, en claras cifras, ello ocasionó que solo 3,1 % de la población adulta accediera a créditos, según la corporación financiera (Corficolombiana). Esto también se suma a mayores tasas de interés real; todo en un contexto de alta informalidad laboral y desempleo.
Es clave anotar que la reducción de la población joven y el aumento de hogares de una sola persona reduce las opciones de que la gente acceda a comprar una propiedad. En este punto, vale remarcar que entre 2005 y 2025, los hogares unipersonales se duplicaron; es decir, dos de cada diez hogares pertenecen a este rubro y 43 % de ellos vive en arriendo.
Para Corficolombiana, debe reducirse el déficit habitacional y atender al mercado que busca alquileres o compra de vivienda. Según lo señaló, el mayor peso de los arriendos abre oportunidades a un sector constructor para lanzar ofertas ajustadas al tamaño de los hogares, impulsando modelos como ‘vivienda compartida’ y ‘alquiler institucional de vivienda’.
Por último, hay que señalar más de un tercio de los hogares vive en arriendo, mientras que la capacidad adquisitiva para vivienda propia se desploma.