El comercio electrónico en Colombia alcanzó en 2024 un punto de inflexión: con un volumen estimado en torno a los US$52.000 millones, el país se consolida como el tercer mercado más relevante de la región en ventas digitales, según el análisis de Ranking Latam. Ese mismo informe registra un crecimiento del 26,7% respecto al año anterior y un volumen de transacciones que superó los 511,1 millones.
Panorama general: El crecimiento no ha sido uniforme ni casual. La combinación de mayor penetración de internet, la normalización de las compras online y el fortalecimiento de las infraestructuras de pago explican en buena medida el dinamismo del canal. Las plataformas que logran gestionar picos de demanda, mitigar fraudes y ofrecer múltiples métodos de pago salen bien posicionadas para capitalizar campañas masivas como Cyber Monday, Hot Sale o Black Friday.
Durante estos episodios de alta demanda, cuando millones de usuarios compran simultáneamente, las características operativas de las plataformas se convierten en la diferencia entre una venta exitosa y un carrito abandonado. Capacidad de escalado, enrutamiento de pagos, integración con sistemas antifraude y procesos de autorización ágiles son factores clave para garantizar la experiencia del consumidor.
“En toda la región el e-commerce crece y los métodos de pago se diversifican. Por eso, los comercios necesitan orquestación de pagos que, con una sola integración, combine métodos locales y globales, enrutamiento inteligente, integración antifraude y observabilidad en tiempo real. Reducir fricción, rechazos y caídas es lo que define si una compra se concreta o se pierde”, afirma Walter Campos, gerente general de Latinoamérica para Yuno.
Colombia se consolida como el tercer mercado más fuerte del e-commerce en Latinoamérica

Por qué es importante: El comercio electrónico colombiano mostró en 2024 un crecimiento notable que lo coloca entre los mercados más relevantes de Latinoamérica. Con US$52.000 millones en volumen estimado y más de 511 millones de transacciones, el sector entra en una fase de madurez operativa: la capacidad de las plataformas para orquestar pagos, prevenir fraudes y entregar una experiencia fluida será determinante para capitalizar el crecimiento proyectado hacia 2026.
Para consumidores y comercios, la apuesta queda clara: más digitalización, pero también más robustez y confianza en los procesos de pago.
El informe subraya que las expectativas del consumidor han cambiado: hoy se exige rapidez, seguridad y personalización. No basta con ofrecer un buen precio; la experiencia de pago, desde la selección del método hasta la confirmación, pesa cada vez más en la decisión final de compra.
Por eso, los actores del ecosistema (comercios, plataformas tecnológicas, pasarelas de pago y entidades financieras) orientan inversiones a mejorar la orquestación de pagos y a endurecer medidas antifraude sin sacrificar la usabilidad.
Las proyecciones para los próximos años apuntan a una expansión sostenida del comercio digital. Hacia 2026, el mercado espera no solo mayores volúmenes de ventas, sino consumidores más exigentes que demandarán procesos más personalizados y servicios postventa más eficientes.
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