Hábitos que están adoptando los colombianos para mejorar su salud mental en 2025

Aunque el autocuidado ha ganado protagonismo en la vida diaria, solo cuatro de cada diez personas mantienen prácticas constantes para manejar el estrés, mejorar el sueño o regular el uso de la tecnología.

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En 2025, la salud mental se ha convertido en uno de los temas más urgentes dentro del panorama social colombiano. Aunque durante años estuvo rodeada de estigma, hoy ocupa un lugar central en las conversaciones cotidianas, en los entornos laborales y en las rutinas personales. El interés no es casual: las cifras recientes muestran una realidad desafiante y, al mismo tiempo, una respuesta ciudadana que se expresa en nuevos hábitos de autocuidado y bienestar.


Panorama general: Datos de la Encuesta Nacional de Salud Mental indican que cerca de dos tercios de los colombianos han experimentado algún problema de salud mental en algún momento de su vida. Entre las mujeres jóvenes, especialmente entre los 18 y 24 años, el porcentaje es aún mayor, superando ampliamente la media nacional.

A pesar de esta alta prevalencia, una proporción significativa de la población sigue considerando insuficiente la calidad de los servicios de atención disponibles. Muchos califican la oferta como regular o deficiente, lo que evidencia una brecha entre la necesidad y la respuesta institucional.

Autocuidado y salud mental en Colombia: datos, tendencias y los retos que persisten en 2025

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Frente a esa realidad, el autocuidado se ha convertido en una práctica cada vez más presente entre los colombianos. No se trata solo de rutinas de belleza o actividades recreativas, sino de un enfoque más profundo que incluye mejorar los patrones de sueño, incorporar momentos de pausa durante el día, gestionar el uso de la tecnología y establecer límites para reducir el estrés.

Aun así, los estudios muestran una paradoja: aunque la mayoría reconoce la importancia del autocuidado, solo alrededor del 40% lo practica de forma constante. Esto sugiere que el reto no está únicamente en la conciencia, sino en convertir esa intención en hábitos reales y sostenibles.

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Por qué es importante: Las herramientas digitales han empezado a ocupar un papel relevante en el cuidado emocional. Plataformas de apoyo psicológico, aplicaciones para el manejo del estrés y sesiones virtuales de acompañamiento han logrado llegar a personas que antes no tenían acceso a atención especializada. Miles de usuarios han participado en procesos iniciales de orientación emocional y una parte importante ha vuelto para realizar seguimientos.

Este aumento en el uso de soluciones digitales responde tanto a la necesidad como a la flexibilidad que ofrecen: permiten acceder desde cualquier lugar, reducen tiempos de desplazamiento y facilitan procesos más continuos.

Detalles: El panorama nacional refleja un reto estructural. Colombia cuenta con un número reducido de profesionales especializados en salud mental y, además, la distribución es desigual: las zonas rurales y apartadas enfrentan mayores limitaciones para acceder a acompañamiento especializado.

A esto se suma otro factor que impacta directamente el bienestar emocional: el nivel insuficiente de actividad física entre los adultos. Casi un tercio de la población no realiza ejercicio de manera regular, un hábito que los organismos internacionales relacionan con mayores riesgos tanto físicos como mentales.

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