El Centro Democrático ya definió quiénes encabezarán su lista al Senado para las elecciones de 2026, un movimiento clave dentro de su estrategia para fortalecer su identidad política y renovar parte de su liderazgo. La colectividad determinó que los cinco primeros lugares estarán ocupados por Andrés Forero, Rafael Nieto Loaiza, Claudia Margarita Zuleta, Hernán Cadavid y Julia Correa Nuttin, en ese orden.
Elecciones 2026: los cinco nombres que liderarán la lista al Senado del Centro Democrático

La decisión marca un equilibrio entre figuras con presencia consolidada y nuevos liderazgos que buscan ganar protagonismo en el escenario nacional. Andrés Forero, quien ocupará el primer puesto, llega con una trayectoria reconocida en el Congreso y con un perfil técnico que el partido considera fundamental para afrontar debates de alto impacto en materia económica y de control político.
En el segundo lugar quedó Rafael Nieto Loaiza, uno de los nombres más visibles del uribismo en temas jurídicos y de seguridad. Su ubicación en el tope de la lista refuerza el énfasis del partido en mantener una línea firme frente a asuntos de orden público y defensa nacional, pilares tradicionales de la colectividad.
La tercera posición fue asignada a Claudia Margarita Zuleta, una apuesta por fortalecer la presencia femenina en los primeros rangos de la lista cerrada. Con experiencia regional y un perfil que combina trayectoria pública y capacidad de interlocución política, su inclusión responde también a la necesidad de ampliar la diversidad dentro del proyecto partidista.
En el cuarto lugar aparece Hernán Cadavid, actual congresista y una de las voces más activas del Centro Democrático en discusiones legislativas. Su permanencia en los primeros puestos confirma la intención de mantener figuras de continuidad que han consolidado relaciones con la base militante y con sectores conservadores del electorado.
El quinteto lo completa Julia Correa Nuttin, quien representa una apuesta de renovación. Su presencia busca proyectar una imagen más amplia y moderna del partido, incorporando voces nuevas que puedan conectar con públicos emergentes y complementar el perfil tradicional del uribismo.
Con esta definición, el Centro Democrático empieza a perfilar su estrategia rumbo a las elecciones legislativas, en un escenario en el que la disputa por la representación en el Senado será determinante para su capacidad de influencia en los próximos cuatro años.