La administración del presidente Donald Trump anunció un nuevo programa que ofrece incentivos económicos a inmigrantes indocumentados que decidan abandonar Estados Unidos de manera voluntaria antes de finalizar el año. La medida contempla el pago de US$3.000 por persona y la organización de viajes de retorno financiados por el Gobierno federal, como parte de una estrategia para acelerar las salidas y reducir los costos asociados a las deportaciones forzadas.
Según informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), los migrantes que opten por esta modalidad deberán registrarse a través de la aplicación CBP Home, una plataforma que fue creada durante la administración Biden para programar entrevistas de asilo y que ahora fue adaptada por el Gobierno Trump para facilitar procesos de autodeportación. Quienes utilicen este mecanismo podrían, además, quedar exentos de multas o sanciones civiles por no haber salido del país dentro de los plazos establecidos.
El plan busca de Trump acelerar las salidas voluntarias y reducir los costos de las deportaciones en EE. UU.
El estipendio anunciado triplica el incentivo de US$1.000 que el DHS había puesto sobre la mesa en mayo, lo que evidencia un endurecimiento de la estrategia migratoria en el cierre del año. El anuncio se enmarca en una campaña impulsada durante la temporada navideña, con mensajes directos dirigidos a la población migrante sin estatus legal.
“Los inmigrantes ilegales deberían aprovechar este regalo y autodeportarse porque, si no lo hacen, los encontraremos, los arrestaremos y nunca regresarán”, afirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en un comunicado oficial difundido por la entidad.
De acuerdo con cifras entregadas por el DHS, desde enero de 2025 cerca de 1,9 millones de migrantes indocumentados se habrían autodeportado voluntariamente, y decenas de miles habrían utilizado la aplicación CBP Home para gestionar su salida. No obstante, estos datos no han podido ser verificados de manera independiente.
El Gobierno defiende el programa argumentando que representa una alternativa más eficiente y menos costosa frente a los operativos tradicionales de arresto y deportación. Según estimaciones oficiales, el costo promedio de detener, procesar y expulsar a un migrante ronda los US$17.000 por persona, una cifra que, incluso con el aumento del incentivo económico, seguiría siendo superior al gasto asociado a la salida voluntaria.
Sin embargo, abogados y organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han cuestionado algunos de los supuestos del programa. En particular, ponen en duda la posibilidad de que quienes abandonen el país voluntariamente puedan regresar de manera legal en el corto plazo. En muchos casos, las personas que han permanecido en Estados Unidos sin estatus legal enfrentan prohibiciones automáticas de reingreso que pueden extenderse por varios años y para las cuales rara vez se conceden exenciones.
El anuncio también llega en un momento en el que las deportaciones forzadas no han alcanzado los objetivos iniciales de la administración Trump. Desde el inicio de su mandato, más de 261.000 personas han sido deportadas, mientras que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha arrestado a más de 285.000 extranjeros en situación irregular o con órdenes de deportación.
Paralelamente, el Gobierno de Trump ha endurecido otras vías de control migratorio, incluyendo la revisión de casos de refugiados reasentados bajo la administración anterior y la ampliación de las restricciones de viaje, que ya afectan a ciudadanos de más de 30 países. Con estas medidas, la Casa Blanca busca reforzar su política migratoria y enviar un mensaje de mayor control en la frontera y al interior del país.
También puede leer: Desde el 20 de diciembre el diésel subió $100: así varían los precios por ciudad