Un reciente ranking elaborado a partir del Índice Compuesto de Resultados en Salud (ICRS), ubica a Costa Rica como el país con los mejores sistemas de salud de América Latina. La medición compara el desempeño sanitario de la región con base en resultados en salud, acceso a servicios y efectividad de los sistemas, ofreciendo una radiografía clara de los avances y desafíos del continente.
En el segundo lugar aparece Chile, mientras que Colombia ocupa la tercera posición, consolidándose como uno de los sistemas de salud más sólidos de la región. El top cinco lo completan Panamá, en el cuarto puesto, y Cuba, en el quinto, país que históricamente ha sido reconocido por su fuerte enfoque en la atención primaria.
Más abajo en el ranking se ubican Perú (6), Argentina (7), Ecuador (8), Uruguay (9) y México (10), países que, si bien cuentan con estructuras sanitarias consolidadas, enfrentan retos persistentes relacionados con la equidad, la financiación y la calidad de los servicios.
Colombia: entre los mejores sistemas de salud de la región

El tercer lugar de Colombia en el ranking regional no pasa desapercibido. El país se consolida como uno de los referentes en América Latina gracias a un sistema que ha logrado una cobertura superior al 95 % de la población, un hito significativo en términos de acceso formal a los servicios de salud.
De acuerdo con el enfoque del ICRS, Colombia destaca por sus resultados en atención médica y por la capacidad del sistema para responder a una amplia gama de necesidades sanitarias. No obstante, el posicionamiento también se da en medio de un debate interno sobre la sostenibilidad financiera, la oportunidad en la atención y las brechas territoriales, especialmente en zonas rurales y apartadas.
El reconocimiento internacional refuerza la relevancia del sistema colombiano en el contexto regional, pero al mismo tiempo subraya la necesidad de ajustes estructurales para mantener y mejorar estos resultados en el largo plazo.
Por qué es importante: El ranking evidencia que América Latina cuenta con sistemas de salud capaces de ofrecer buenos resultados, pero también pone en relieve profundas desigualdades entre países. Factores como el nivel de inversión pública, la organización del sistema, la atención preventiva y la capacidad de respuesta frente a enfermedades crónicas siguen marcando la diferencia.
La inclusión de Cuba en el top cinco reafirma la fortaleza de su modelo preventivo y comunitario, mientras que países como México y Uruguay enfrentan desafíos estructurales que afectan su desempeño general, pese a contar con infraestructura y talento humano.
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