Sin ánimos belicistas, como diría el presidente Duque, es importante echar un repaso por los inventarios que tienen las Fuerzas Armadas colombianas para combatir a las estructuras y amenazas criminales interiores y para garantizar una soberanía y defensa ante cualquier perturbación externa.
Por: Redacción 360 Radio
El tema militar a veces ha sido demarcado como mal e inncecesario, y se ha perdido en el debate la lógica, los argumentos, los elementos que componen un Estado serio en el sentido de que un país debe garantizar su soberanía sí o sí, y aparte de eso siempre existirán amenazas de las que toca estar prevenidos y seguros.
El componente militar en un Estado no puede dar a entender que se habla de un presidente o de una nación guerrerista que quiere pelear y gasta millones de dólares en cosas que no son necesarias. No. Todo es necesario y el área de defensa siempre va a ser una de las características principales de una democracia y un Estado social de derecho.
Colombia ha tenido tres etapas en lo que se refiere a armamento y reforzamiento de todas sus fuerzas. Desde el presidente César Gaviria, pasando por Ernesto Samper y culminando con Andrés Pastrana, Colombia estaba más que en pañales en materia de defensa militar. No tenía suficientes aeronaves y con los que contaba estaban abandonados y en mal estado; la Fuerza Pública, como la Policía, estaba con una indumentaria obsoleta, Colombia no tenía cómo defenderse de ninguna amenaza externa y ni siquiera cómo atacar a la guerrilla de las Farc.
El expresidente Uribe tuvo que afrontar esta difícil situación y recurre a uno de los aliados históricos de Colombia, que es Estados Unidos, para tratar de acceder a unos créditos blandos y a unas compras a buenos precios de aeronaves que quizá las fuerzas aéreas de ese país ya estaban pensando en relevar. Gracias a buenas gestiones el exmandatario colombiano logra traer una serie de helicópteros artillados Blackhawk del Gobierno americano, logra hacer convenios con Israel para tratar de fortalecer y repotenciar los aviones de guerra Kfir, pues los Mirage habían quedado en los museos.
Moderamente y hasta de manera temerosa, Uribe logró rearmar las Fuerzas de Armada y Aérea, y en general al Ejército, los dotó de tecnología, hizo también convenios con el Gobierno norteamericano para el entrenamiento de tropas y de esa manera Colombia logró doblar la página y ganarle en la mayoría de frentes de guerra a las Farc, diezmar en buena parte el narcotráfico y sembrar confianza al interior de las Fuerzas Militares.
La tercera etapa se compuso en el Gobierno Santos, quien recibió el desgaste de toda una artillería de los sistemas de defensa con desgaste de ocho años combatiendo las fuerzas criminales de Farc, Eln y estructuras criminales. El expresidente poco hizo para renovar y refortalecer estas áreas de las Fuerzas Armadas, avanza mínimamente en aspectos de compra de aeronaves y de modernización de las tropas.
Ahora tenemos papas calientes que están a punto de reventar , y es que Colombia no tiene una defensa antiaérea en el denominado ‘heartland’ en la capital del país, donde se encuentra el Gobierno, ni en refinerías o puentes; no tiene aviones aptos para responder ante agresiones de vecinos, y fuera de eso ni siquiera cuenta con misiles mar-tierra o tierra-aire.
360 ha recogido algunos informes de inteligencia que dan cuenta de cómo estamos parados en materia de defensa militar ante cualquier ataque. En cuanto a aviones de guerra, aunque los informes dicen que contamos con 24 Kfir, lo cierto es que solamente en servicio y en capacidad de responder son cuatro, una cifra preocupante, absurda y que deja mucho que pensar.
Hemos perdido unos cuatro aviones Kfir por fallas mecánicas y que en algunas ocasiones han cobrado la vida de pilotos; además, ya hay una alerta de la FAC para que toda la flota sea renovada en el 2019.
Los Dassault Mirage 5 fueron relegados por completo, no hay ninguno en funcionamiento. Tenemos diez Supertucanos A 29 que podrían intentar repeler ataques aunque son aviones minúsculos; contamos con cinco Embraer EB312, los cuales pueden brindar algo de ataque aunque son más de entrenamiento; también con Cessna A-37 Dragonfly que volaron en la guerra de Vietnam, son de ataque ligero y cuentan con casi 48 años de servicio, se estima que dos podrían funcionar junto con un Cessna T-37.
En cuanto a helicópteros contamos con los AH 60L Arpía, que inicialmente son Blackhawk pero fueron modificados por Colombia para volverlos un arma más letal aunque no tan poderosos como un apache pero que algo tienen de servicio. Contamos con Hughes 500 Defender y Hughes OH6 CAYUSE, los cuales pueden servir para el tranpsorte de personal y ataques muy minúsculos junto con otros helicópteros, como por ejemplo los Bell UH1AHP, y los típicos Blackhawk UH60 que Colombia podría poner en funcionamiento en caso de un eventual ataque, serían entonces 12 helicópteros que están en óptimas condiciones, y aclaramos que no hablamos de totalidade de aeronaves sino de las que podrían responder en algún momento a una amenaza.
En cuanto a temas aéreos, eso es con lo que contamos. Algunos aviones no tripulados que sirven de reconocimiento y vigilancia, no tienen funciones de bombardeo ni de ataque, y nuestros radares no están tan viejos como la flota aérea. Tenemos ubicados cuatro radares en el comando aéreo de combate número 1, en el número 3, 6 y 7; y cuentan con alcance de más de 450 kilómetros y entraron en servicio el año pasado.
En buques activos contamos con la fragata ARC Almirante Padilla, fragata ARC Caldas, fragata ARC Independiente y el submarino Pijao. Son embarcaciones viejas que aunque han cumplido bien sus funciones pues en caso de una confrontación con un enemigo saldrían muy mal libradas, y cabe anotar que Colombia es un país que no tiene porta aviones, algo que deja a Colombia en una desventaja.
En otro artículo mencionábamos que Colombia no tiene suficientes tanques de guerra, con los que cuenta están en su mayoría guardados. Podrían funcionar cerca de 34 y no están en las mejores condiciones. Resta indicar que aunque han existido proyectos y propuestas para renovar esta Fuerza Aérea colombiana no se ha podido lograr porque parte de sectores políticos de la izquierda se han opuesto a fortalecer militarmente a nuestro país y la falta de recursos y voluntades políticas también ha incidido en esto.
