¿A qué se debe el crecimiento de cultivos de coca en Colombia? Estos son algunos factores que han incidido en el último año

El crecimiento de los cultivos de coca en Colombia aumentó un 10% en 2023, lo que impulsó el potencial de producción de cocaína en un 53%, según revela el último informe sobre el monitoreo de cultivos ilícitos.

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El más reciente informe de monitoreo sobre los cultivos de coca en Colombia ha revelado un preocupante incremento tanto en la extensión de las áreas sembradas como en la producción potencial de cocaína. Este informe, parte del sistema de monitoreo territorial de cultivos ilícitos, destaca que la superficie dedicada a la coca en el país ha aumentado en un 10% durante el último año, mientras que el potencial de producción de cocaína ha crecido un asombroso 53%.

El crecimiento de los cultivos ha sido generalizado, afectando 16 de los 19 departamentos con presencia de coca. Cauca y Nariño figuran como los departamentos más golpeados por este incremento.

Aunque el área sembrada sigue concentrada en enclaves productivos, el informe alerta sobre la expansión de nuevos núcleos en territorios como el Pacífico, donde se registran densidades de siembra muy elevadas, similar a las observadas en zonas con alta complejidad para la intervención.

Por qué es importante: Este incremento en los cultivos de coca y la consecuente expansión de la producción de cocaína representan una seria amenaza para la estabilidad social y ambiental del país. La mayor producción no solo implica un aumento del tráfico de drogas, sino que también fortalece las economías ilegales en las zonas rurales, lo que a su vez alimenta la violencia y los conflictos armados.

Además, estos cultivos siguen contribuyendo significativamente a la deforestación, afectando ecosistemas clave y áreas protegidas.

El crecimiento de los cultivos de coca en Colombia y sus implicaciones

Detalles: El informe detallado que para finales de 2023, el área sembrada con coca alcanzó las 253.000 hectáreas, un aumento notable respecto al año anterior. Este crecimiento no ha sido uniforme, ya que en algunas zonas como San Pablo-Taracué, en el Putumayo, la superficie de coca disminuyó en un 3%. Sin embargo, la tendencia general es clara: los cultivos de coca continúan expandiéndose y diversificándose en todo el país.

Un aspecto clave del informe es la diferenciación entre las zonas de concentración y desconcentración. En las zonas de concentración, que representan el 52% del territorio con coca, se produce el 80% del total de la coca del país.

Aquí, los cultivos operan con una lógica agroindustrial, lo que permite mejorar la productividad por hectárea y maximizar los beneficios económicos para las redes criminales involucradas en el narcotráfico. En contraste, las zonas de desconcentración tienen menos productividad y están más alejadas de las rutas de salida de la droga.

El crecimiento de los cultivos de coca en Colombia y sus implicaciones
Foto: Informe ONU

Ante esto el economista Daniel Mejía mostro la tendencia que se ha tenido en los últimos años donde deja ver la gravísima situación que hoy se vive en Colombia debido al repunte que ha tenido la producción de cocaína en Colombia durante el último año.

Por su parte el exministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón Bueno señaló a través de su cuenta de X que “El narcotráfico desgracia para Colombia. Cifras de coca y cocaína 2023 las peores en la historia. Desde que concedieron aspersión a Farc en 2015, a hoy con un gobierno que justifica el crimen: El país nada en coca (se dijo), crece corrupción, y aumenta inseguridad. ¿Y 2024?”

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De igual forma hizo mención que “La producción potencial de cocaína en 2023 llegó a 2.600 toneladas métricas, solo se incautó el 28%, el porcentaje más bajo en 16 años. Colocaron más de 1.800 ton. Son miles de millones de dólares para la expansión del dominio territorial de bandas criminales y la corrupción”.

¿Qué dice el Gobierno Nacional?

Ante esta situación y el tema de control público que se vive en zonas como el plateado, el presidente Gustavo Petro señaló que comprará la producción de cocaína a estas comunidades en el Cauca, lo que no ha caído para nada bien entre los líderes de oposición y diferentes opiniones que han dividido al país en un debate de por qué si o por qué no de la decisión del mandatario.

Ante ello son varios los que cuestionamiento que surgen y más ante un paro indefinido por los campesinos en Boyacá que cuestionan las decisiones tomadas por el gobierno, mientras sus cultivos y el sector como es el de la agricultura se están viendo afectados por múltiples factores.

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Contexto: Este crecimiento de los cultivos se produce en un contexto de cambios estructurales en las redes del narcotráfico. El informe señala que, mientras la demanda global de cocaína sigue en aumento, los traficantes han diversificado las rutas de exportación, lo que complica aún más el panorama de intervención. Además, la capacidad de respuesta de las autoridades se ve limitada por la complejidad del conflicto en Colombia, donde varios grupos armados ilegales controlan vastas áreas rurales y se benefician directamente del comercio de drogas.

Los enclaves productivos siguen siendo el epicentro de la producción de cocaína en el país. Estos enclaves no solo concentran la mayor cantidad de cultivos, sino que también operan con una infraestructura que facilita el procesamiento de la hoja de coca en pasta base y cocaína pura, aumentando su valor en el mercado ilícito.

Panorama general: El informe subraya la necesidad urgente de fortalecer las políticas de sustitución de cultivos y el control del territorio. A pesar de los esfuerzos del gobierno para implementar programas de desarrollo alternativo y reconversión productiva, la realidad en el campo muestra que el narcotráfico sigue siendo una de las principales fuentes de ingresos para muchas comunidades rurales.

Las cifras son alarmantes: se estima que la producción potencial de cocaína en Colombia alcanzó las 2.664 toneladas métricas en 2023, un aumento significativo respecto a las 2.757 toneladas reportadas a nivel mundial en 2022. A esto se suma el hecho de que más del 80% de las sustancias químicas utilizadas en la producción de cocaína se concentran en las zonas de mayor producción.

En resumen, el crecimiento de los cultivos de coca en Colombia no solo refleja una expansión de la economía ilícita, sino que también evidencia la complejidad de las dinámicas criminales en el país. La coca sigue siendo el principal motor de las economías ilegales, y su impacto en la sociedad colombiana es profundo, afectando tanto a las comunidades rurales como al medio ambiente.

El desafío para las autoridades es doble: frenar la expansión de estos cultivos y ofrecer alternativas viables para las poblaciones que dependen de la coca para subsistir. Sin una intervención efectiva y coordinada, el país podría enfrentarse a un escenario aún más complicado en los próximos años.

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