Sobre el atentado a Miguel Uribe Turbay se han develado cosas tan graves, que sirven para tapar las enormidades que están ocurriendo en el Gobierno de Petro. La investigación del cuasi magnicidio ha arrojado datos tenebrosos:
1) Que el coordinador del ataque criminal, es un venezolano con muchos antecedentes por contrabando de armas y explosivos, con residencia en Caquetá. Mucho se ha dicho del envío de bandidos a desestabilizar países vecinos por parte del régimen de Maduro.
2) Que el crimen se organizó y se ordenó desde Ecuador, precisamente donde Petro se perdió por dos días hace un par de semanas, cuando viajó a ese país a la posesión del presidente Noboa.
3) Que el arma usada contra Miguel Uribe, una Glock de comprada en los Estados Unidos, podría hacer parte de un lote de armas adquirido por la Unidad Nacional de Protección (UNP) para la dotación de su personal de escoltas. La UNP está dirigida por Augusto Rodríguez, exguerrillero del M-19 y uno de los hombres más cercanos a Gustavo Petro.
4) Que aunque la UNP ya negó tener alguna relación con el arma ha sido demandada por la familia de Uribe Turbay por no mejorar su esquema de protección a pesar de haberlo solicitado 23 veces durante el presente año. ¡23 veces!
5) Que hubo fallas protuberantes del esquema de protección el día del atentado y que los bandidos hicieron reconocimiento del parque El Golfito antes de que se informara que Uribe iría allá; antes, incluso, que la UNP.
En fin, toca preguntarse ¿en manos de quiénes estamos? Pero pasemos a mencionar algunas de las barbaridades del Gobierno Petro que se están ocultando mientras el país se distrae por el atentado. Entre muchas otras cosas están:
1) El ‘decretazo’. No puede negarse que Petro dio ya un golpe de Estado al expedir por decreto la consulta popular sin el visto bueno del Senado. Petro no solo se pasa por alto al legislativo sino que también se pasa por la faja al judicial, a cuyas altas cortes les corresponde dirimir si la votación en el Senado se hizo efectiva o no, y esta ya fue avalada por el Consejo de Estado. Luego, el Gobierno incurrió en un comportamiento delictivo.
2) La violación de la regla fiscal. El Gobierno decidió también dejar sin efecto la regla fiscal por tres años para aumentar el gasto desproporcionadamente y satisfacer sus apetitos burocráticos, el derroche y la corrupción. Y lo hace por tres años a pesar de que solo le falta uno en el poder. Con esto logrará dos cosas: quebrar al Estado y tener suficiente caja para comprar las elecciones de 2026.
3) La manifiesta incapacidad de Gustavo Petro para gobernar, entregado al alcohol, las drogas y el sexo desaforado.
4) La cada vez más notoria participación de alfiles de su Gobierno en casos de corrupción. Como Carlos Ramón González, uno de sus más cercanos hombres de confianza, escondido en Nicaragua para evitar la medida de aseguramiento que se ha pedido en su contra.
5) La propuesta de asamblea constituyente lanzada por el nuevo ministro de Justicia Eduardo Montealegre para tramitar la reelección de Petro, quien obviamente se quiere quedar aunque trate de negarlo.
6) La escalada terrorista en el suroccidente colombiano, que irá desplazándose por todo el país para hacer inviables las elecciones de 2026 y hacer que todos rueguen por la continuidad del salvador de Colombia: Gustavo Petro.
7) El atentado a Miguel Uribe que se muerde la cola para taparse a sí mismo: con narrativas como la de que fue un ‘autoatentado’, desde el Pacto Histórico logran ocultar lo evidente: un plan criminal que se fraguó en la Casa de Nariño.
Dejemos así, hay muchas otras barbaridades por mencionar, como la extorsionada Reforma Laboral que se tramita en el Senado, pero los ejemplos son suficientes.
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Tal vez la única verdad que se le ha escuchado a Petro en medio de sus delirios, es eso de que, desde el punto de vista científico, Miguel Uribe Turbay ‘debería estar muerto o con muerte cerebral’. Y lo dice así, sin tapujos, como si lo deseara. Pero concluye que no lo está ‘por la energía de los colombianos’, que queremos que sobreviva. Petro ya lo intuye: si Miguel se sobrepone a sus heridas, será elegido Presidente de Colombia en primera vuelta y la aventura del asesino y drogadicto Gustavo Petro pasará a la Historia como un mal recuerdo.
Por: Saúl Hernández Bolívar – @SaulHernandezB
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