En las próximas semanas, Colombia estará atenta al inicio de las negociaciones para definir el salario mínimo de 2025. Este año, las discusiones serán fundamentales, con la participación del gobierno, los sindicatos y los empresarios. Aunque cada uno de estos actores tiene intereses particulares, se espera que el aumento propuesto no solo logre contrarrestar los efectos de la inflación, sino que también aborde una deuda histórica relacionada con el poder adquisitivo de los trabajadores, en un contexto económico que presenta nuevos retos.
Para comprender mejor lo que está en juego, 360 Radio conversó con Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quien dio un panorama claro sobre las expectativas de los trabajadores y lo que podría determinar el curso de las negociaciones.
Salario mínimo en 2025: Las expectativas de los sindicatos en Colombia
El presidente de la CUT, Fabio Arias, explica que los sindicatos tienen altas expectativas de que este año el aumento sea significativo. Según Arias, la deuda social que arrastran los trabajadores desde los anteriores gobiernos es uno de los puntos más críticos. Según el sindicalista, a lo largo de los últimos años, el salario mínimo ha aumentado solo de manera discreta, con un crecimiento muy por debajo de la productividad real del país.
Esto ha generado una brecha entre los salarios y el costo de vida que, según los sindicatos, debe ser cerrada para mejorar las condiciones de los trabajadores. “El salario mínimo no ha crecido lo que ha aumentado la productividad. La brecha es de 25 puntos en los últimos 15 años. Es momento de corregir esto, ya que los trabajadores deben recuperar ese terreno perdido”, señala Arias.
Además, recalca que un aumento que solo se ajuste a la inflación no sería suficiente. La propuesta sindical busca un incremento que sea mucho más alto, con el objetivo de reducir esa deuda social y mejorar el poder adquisitivo de las personas más vulnerables.
En cuanto a la situación económica, Arias comenta que, aunque el crecimiento no es tan fuerte como se esperaba, hay señales positivas, como la disminución de la inflación y el descenso del desempleo a cifras de un solo dígito. No obstante, estos avances deben reflejarse en un aumento real para los trabajadores, de lo contrario, seguirán enfrentando dificultades para cubrir las necesidades básicas.
El panorama económico y las posturas del Gobierno y empresarios
El Gobierno, por su parte, ha manifestado que se encuentra ante un panorama económico difícil y que las decisiones deberán tomar en cuenta las restricciones presupuestales del país. Sin embargo, también ha mostrado disposición a mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, reconociendo que la deuda histórica es un tema pendiente. A pesar de esta disposición, no se comprometen a cifras exactas, ya que, como explicó el Ministro de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, las condiciones fiscales deben ser consideradas para determinar el aumento.
Por su parte, los empresarios, que históricamente se han mostrado más conservadores respecto al incremento salarial, han expresado su preocupación por el impacto de un aumento alto en los costos laborales. Sin embargo, la discusión también está centrada en encontrar un equilibrio que no solo favorezca a los trabajadores, sino que también permita a las empresas mantener su competitividad sin generar más informalidad laboral.
¿Cuál sería el ajuste?
De acuerdo con los diferentes actores, las negociaciones a hoy están en una etapa decisiva, pero incierta todavía. Mientras los trabajadores esperan un aumento cercano al 15.4%, lo que llevaría el salario mínimo a $1.671.720, sumando el subsidio de transporte.
Para los empresarios el aumento es más moderado, cercano al 6%, lo que llevaría el salario mínimo a $1.378.000 (En 2024 el salario mínimo es de $1.300.000 más el auxilio de transporte de 162 mil pesos). Argumentan que un aumento excesivo podría generar efectos adversos sobre la competitividad de las empresas y aumentar la informalidad laboral.
La propuesta del Ministerio de Hacienda es aumentar en un 6,54% en el salario mínimo para 2025, buscando superar la inflación y reflejar el crecimiento de la productividad. Con este ajuste, el salario mínimo mensual llegaría a $1.385.020.
Si no se llega a un acuerdo, es posible que el Gobierno tome la decisión de fijar el salario mínimo por décreto, tal como ocurrió en 2024. En cuanto al auxilio de transporte, también se espera un ajuste, llevando la cifra a alrededor de $172.594, un aumento frente a los actuales $162.000.
Impacto de las negociaciones en la economía colombiana
Uno de los principales puntos de discusión es cómo afectará el aumento salarial al costo de vida, especialmente en los sectores más vulnerables. Aunque el aumento es necesario para que los trabajadores puedan enfrentar el alza de los precios de productos básicos, también existe la preocupación de que los costos laborales elevados puedan generar una espiral inflacionaria, afectando aún más el poder adquisitivo de la población.
Los empresarios, como señala Arias, se oponen a un aumento drástico, pues consideran que esto afectaría la competitividad de las empresas y podría generar más informalidad laboral. Sin embargo, el presidente de la CUT es claro en señalar que no se trata solo de un ajuste por inflación, sino de una reparación histórica que debe ser atendida de manera urgente.
Este panorama evidencia que las negociaciones del salario mínimo para 2025 son fundamentales para equilibrar las necesidades económicas de los trabajadores con las realidades fiscales del país, y se espera que el Gobierno juegue un papel decisivo en la búsqueda de un consenso.