La Asociación Colombiana de Minería (ACM) lanzó una dura respuesta al presidente Gustavo Petro, luego de que este afirmara que el carbón colombiano ha sido utilizado en la fabricación de armas por parte de Israel y vinculara al sector con asesinatos de sindicalistas.
El gremio calificó las declaraciones como “irresponsables”, “sin fundamento” y peligrosas tanto para la imagen del sector como para la seguridad de miles de trabajadores y comunidades que dependen de la minería.
¿Qué dijo Gustavo Petro sobre el carbón?
«Hice un decreto presidencial prohibiendo la exportación de carbón a Israel porque se usa para hacer bombas que matan niños en Gaza. Las empresas Glencore, suiza, y Drumond, comprometida con la muerte de sindicalistas del Cesar, decidieron continuar la exportación», dijo.
«El 60% del carbón que usa Israel, en la preparación de las bombas genocidas proviene de estas empresas. Le solicito al pueblo Suizo, y a la justicia de Colombia procesar, por ayuda al genocidio a los administradores de estas empresas», agregó.

Las palabras del mandatario llegan en un momento ya complejo para la industria carbonífera del país, que desde la entrada en vigor del Decreto 1047 de 2024 —el cual prohíbe exportaciones a Israel— ha visto cómo sus ventas hacia ese país cayeron más de un 50%.
El sector advierte que esta caída no solo afecta su estabilidad financiera, sino que impacta directamente las economías regionales, especialmente en los departamentos de La Guajira y Cesar, donde el carbón representa el 57% y 44% del PIB, respectivamente.
Petro y el carbón: críticas, consecuencias e impactos regionales
El gobierno nacional ha endurecido su discurso contra el modelo extractivista, y el carbón ha sido uno de los focos principales. Pero en este nuevo episodio, las palabras del presidente fueron más allá del cuestionamiento ambiental: implicaron, según la ACM, una “estigmatización injusta” que no solo lesiona la reputación de las empresas legales que operan en el país, sino que puede derivar en consecuencias reales para sus trabajadores.
El carbón colombiano se exporta para generar energía eléctrica, fuente vital para hogares, hospitales e infraestructura, incluso en Gaza, a donde llega parte de esta energía.
El mismo decreto del Gobierno permite seguir exportando cuando existen contratos vigentes.
Atribuir,…
— Juan Camilo Nariño (@jcnarino) July 17, 2025
La respuesta del gremio también intenta desmontar uno de los señalamientos más polémicos: el uso del carbón colombiano con fines bélicos. De acuerdo con la ACM, las exportaciones del mineral se han utilizado para la generación de energía eléctrica en hogares, hospitales e infraestructura crítica tanto en Israel como en Gaza, negando cualquier relación con la fabricación de armas.
En términos económicos, los efectos de la medida son evidentes. Antes de la prohibición, Colombia exportaba a Israel cerca de 250.000 toneladas de carbón al mes. Hoy esa cifra ha caído a unas 100.000 toneladas, y durante abril y mayo de 2025 no se registraron exportaciones hacia ese destino.
Esta pérdida comercial tiene un costo fiscal: por cada millón de toneladas que deja de exportar, el Estado deja de recibir cerca de 200.000 millones de pesos en impuestos y regalías, según cálculos del gremio con base en datos de 2023.
Mientras Israel mantiene su abastecimiento a través de otros países, Colombia pierde uno de sus diez principales mercados para el carbón. Y en un momento en que las finanzas públicas están presionadas y las regiones más vulnerables del país claman por inversión, esta caída no es menor.
La ACM insiste en que este tipo de declaraciones presidenciales, sin evidencia que las respalde, no solo deterioran el debate público, sino que pueden poner en peligro a quienes trabajan de forma legal en el sector. «Pedimos a la opinión pública rechazar toda acusación infundada que ponga en peligro a quienes dedican su vida a esta actividad», enfatizó el gremio.
Con esta controversia, se reabre una vieja herida en el país: el conflicto entre el modelo de desarrollo basado en los recursos naturales y las aspiraciones de transición energética y justicia social. Lo que queda claro es que la minería, y particularmente el carbón, siguen siendo protagonistas de un debate político y económico que aún no encuentra consensos.