“Afectaciones por bloqueos fueron de menor alcance, pero con mayor profundidad”: Pdte. Cámara de Comercio de Cali en 360

Compartir


Esteban Piedrahita señaló que los estragos por la pandemia vienen siendo de mayor alcance, pero no tan profundos como ocurrió por cuenta de los bloqueos y los paros que duraron más de 45 días. Hizo un análisis de la realidad de Cali y del Valle del Cauca en materia empresarial.


Por: Redacción 360 Radio

360 Radio:

Ha habido una gran afectación empresarial en el Valle del Cauca y en Cali. No solamente por la pandemia, sino también por cuenta de los bloqueos y el paro nacional, que vinieron acompañados de actos de vandalismo, entre otros.

¿Cuál es el análisis que hace sobre esto?

Esteban Piedrahita (E.P.):

Lo que dice es verdad. La gran mayoría de las empresas tuvieron un año muy duro a partir de mediados de marzo del año pasado cuando llegó la pandemia, y con ello las restricciones para apertura de negocios y también las restricciones autoimpuestas por las personas por temor al virus y eso afectó muchísimo a muchos sectores de la economía mundial, nacional y de nuestra región, el Valle del Cauca.

Aquí la industria se comportó relativamente bien porque el Valle es especialmente fuerte en la producción de alimentos procesados, en farmacéuticas, en bienes de aseo de cuidado personal y del hogar, las industrias se exceptuaron rápidamente y pudieron operar relativamente bien.

Hubo mucha afectación en el comercio, en muchos servicios, sobre la cadena turística, de entretenimiento, entre otros. Cuando veníamos levantando cabeza después de un golpe muy duro y largo que significó un gran aumento en el desempleo y en la pobreza lamentablemente, en marzo con un cierre de brecha frente al número de ocupados de marzo anterior, nuestra brecha era la menor de las cinco principales capital, y llegó el paro, que en el Valle causó un efecto muy fuerte porque se caracterizó por bloqueos permanentes e ilegales de vías tanto urbanas como interurbanas.

Cali estaba fragmentada, no había movilidad completa en Cali. No había movilidad desde Cali hacia Yumbo, el nodo industrial más importante de esta región del país, o hacia Palmira, Medellín, Bogotá; la vía a Buenaventura también estuvo bloqueada un buen tiempo, lo mismo hacia el sur.

Empresas que no paraban hace 30, 40 o 50 años cesaron sus actividades entre 30 y 45 días. Todos los ingenios azucareros, que aparte de azúcar producen alcohol, energía y bagazo para producir papel, estuvieron parados al menos un mes. Al igual las dos cementeras que hay acá, la siderúrgica, muchísimas plantas de empaques y uno muy afectada es el sector avícola, que son los principales productores de huevo del país (30 % de producción del país) y los segundos de pollo (más del 20 % de producción en Colombia).

La afectación también fue gravísima para los pequeños negocios, la diferencia grande fue que la industria a gran escala que se encadena con un mundo de empresas menos pequeñas que están en su cadena de suministro, como empaques, servicios, entre otros, estuvo parada muchos días, cosa que no sucedió ni siquiera en los primeros momentos del confinamiento estricto, aquella vez no hubo vandalismo, destrucción de algunos productivos así como de algunos inmuebles públicos.

360:

¿Las empresas se han visto más afectadas en estos días de paro nacional que durante la pandemia, la cual comenzó en marzo del año pasado en el país?

E.P.:

Es preciso detallarlo por sectores, la pandemia ha sido durísima para los bares, restaurantes y todo lo que signifique aglomeración o desplazamientos de largo alcance como el turismo. La pandemia se ha prolongado por más de un año, los bloqueos fueron un choque de un mes y medio muy fuerte que para ciertos sectores sí fue más duro, como para los sectores azucarero, agricultor, porcicultor, lechero, algunos de frutas, algunos industriales.

El consumo de energía no regulada, de las medianas y grandes empresas, del Valle del Cauca en abril de 2020, época de confinamiento estricto, cayó 27 % frente al mes anterior. En mayo de este año cayó en 44 % de consumo energía porque se pararon muchos de los grandes consumidores, siderúrgicas, plantas, entre otros. Para la logística fue un golpe muy duro también porque en épocas de pandemia no había peajes, se hizo un esfuerzo para mantener las cadenas logísticas funcionando porque existía mucho temor de que faltaran los alimentos y demás, aquí se bloquearon; el puerto se bloqueó, algunas navieras no pudieron entregar su mercancía, personas tuvieron que dejar en bodega productos de exportación o importación. Felizmente fue de mes y medio, pero de más profundidad para ciertos sectores.

En la pandemia se dio algo, aunque por causa de los bloqueos con mayor fuerza: el 85 % de las empresas, tras una encuesta que hicimos a principios de mayo de más de 1.700 empresas de todos los tamaños, reportaron que sus colaboradores no podían llegar a trabajar, incluso cuando hubo pandemia se restringía el transporte masivo pero la gente podía llegar a sus lugares de trabajo y muchas otras podían trabajar desde la casa. Las empresas que necesitan a sus empleados presencialmente, sobre todo en la industria, fueron exceptuadas. 

Es difícil saber cuándo las empresas se vieron más afectadas, lo que sí está claro es que ambas ocasionaron mucha afectación a muchas empresas y hogares.

360:

Aproximadamente el 10 % de las empresas anunciaron sus cierres. ¿Esto qué pérdidas representa en cifras y qué tipo de empresas no van más? 

E.P.:

Hicimos dos encuestas muy grandes, una fue de 1.700 empresas en la ciudad región de Cali, que es la jurisdicción de la Cámara de Comercio de Cali, una encuesta entre afiliados, muy representativa que incluía micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, luego hicimos una de 4.200 empresas de todo el Valle y del departamento del Cauca hacia finales de mayo.

En la primera, un 10 % de las empresas nos anunciaron que cerrarían; eso representa, si lo trasladamos a todo el tejido empresarial, unas 20.000 empresas. Luego, cuando tomamos la segunda medida, el 16 % hablaban de lo mismo, lo que representa unas 30.000 empresas cerradas.

Le puede interesar:  Ecopetrol informó recompra y nueva emisión de bonos en el mercado

Esperemos que eso no se haya materializado. Después de la segunda toma de encuesta las cosas se normalizaron y se han venido normalizando. Pero sí es muy preocupante porque la base de empresas de la Cámara de Comercio de Cali había caído casi de 100.000 a 90.000 en 2020, y este golpe en todo el departamento es muy grande, todavía no sabemos con certeza.

Lo que sí podemos estimar es que perdimos $4 billones en producción, y eso impacta en el empleo, en los ingresos de los hogares, en la salud de las empresas. Esperemos que la mayoría se hayan podido recuperar de estos golpes tan duros, eso lo sabremos más adelante. Esos $4 billones son aproximadamente el 4 % del PIB del Valle del Cauca, son unas dos semanas de producción en cero, lo cual se traduce necesariamente en mayor pobreza, en mayor carestía; el Valle es gran abastecedor en muchos productos de la canasta básica de toda Colombia a través de su producción industrial y a través de la importación por el puerto de Buenaventura, por donde entra casi toda la soya, el maíz, el trigo de Colombia, y por donde sale casi todo el café y el azúcar, además de otros bienes industriales que entran y salen por allí.

Ese estimado de lo que se dejó de producir es bastante relevante, es casi medio punto del PIB de Colombia. Veremos. Felizmente, en plena crisis, la mayoría de los organismos que hacen seguimiento a la economía colombiana estimaron alza en las proyecciones de crecimiento, hablaban del 4.5, después de esa caída de 6.8. Ojalá sea así, que esto sea un bache en el camino más que algo estructural, aunque claramente sí hay pérdidas, pues cuando una empresa cierra hay pérdida social, es una pequeña tragedia o puede ser hasta una gran tragedia dependiendo de la escala, porque afecta a miles de hogares.

Esteban Piedrahita 03 min 1068x1602 1
Foto: Cortesía Cámara de Comercio de Cali

LEER TAMBIÉN: “Coyuntura producida por covid-19 nos ha llevado a transformación digital y nos permitirá tener más eficiencia”, Pdte. de la Cámara de Comercio de Cali

360:

Con este contexto económico, no solo en Cali sino en el país en general, ¿había visto algo igual?

E.P.:

La economía colombiana tiene la particularidad de ser sumamente estable, a pesar de la inestabilidad de ciertas dimensiones de nuestro país, cuando uno mira a largo plazo el crecimiento del PIB colombiano o incluso la inflación, se ve que es relativamente estable.

Colombia ha crecido en los últimos 100 años al 4 %, con mucha estabilidad. Ha tenido, en un poco más de ese tiempo mencionado, cuatro grandes crisis, la Guerra de los Mil Días; la depresión de la década de 1930; luego la crisis de 1999, que fue el primer año del producto colombiano desde 1934, Colombia llevaba 65 años de crecimiento continuo con fluctuaciones moderadas pero nunca con hiperinflación, que llegó a estar en el 30 % pero fue bajando, pagando sus deudas, portándose muy bien en materia macroeconómica.

La diferencia entre 1999 y esta cuarta crisis, y la razón por la cual puede ser peor, es que en ese momento éramos un país más pobre y menos sólido; teníamos menos herramientas fiscales y monetarias para hacer frente a la crisis, teníamos un sector financiero más débil y hubo muchas quiebras e intervenciones de bancos, el sistema financiero se quebró, mucha gente perdió su vivienda.

De ahí nos demoramos para volver a llegar al nivel de ingreso por habitante, desde 1996 hasta el 2004. Fue una crisis, un solo año de caída dura de producto, del 5 %, pero fue una recuperación como en u, muy prolongada; la de ahora fue una caída más pronunciada del 6.8 %, pero este año crecemos a 7.2 %, es una caída más en v. Claro, el paro le hace una especie de pequeño movimiento, pero si cayó al 6.8 % y crece a más del 7 %, en términos absolutos está muy cerca del 2019.

Esta es una crisis muy pronunciada, pero gracias a que el sector financiero está bien, a que el Gobierno tomó ciertas medidas, a la resiliencia de las empresas y hogares colombianos, todo parece indicar que no va a ser una crisis prolongada, veremos. Todo parece indicar que el mundo se va a recuperar bastante rápido de esto, aunque se habla de cepas nuevas.

Pareciera que Colombia no tendrá la salida lenta, en L, como tuvo en la crisis de la década de 1990. Sí es diferente.

360:

¿Qué ha podido hablar con quienes están haciendo los bloqueos y con estas personas que son conocidas como la primera línea?

E.P.:

En el paro ha habido de todo, gente bien intencionada desesperada, gente haciendo política y gente que se aprovecha como el vándalo, terrorista o ladrón buscando maneras de hacer dinero aquí. Y mucha gente buena, bien intencionada que ha apoyado las manifestaciones, en Colombia hay muchas razones para protestar, este es un país con muchos problemas como tantos países en desarrollo, países adolescentes; tenemos muchas carencias, aunque hemos progresado.

La pandemia agudizó esas carencias y profundizó brechas, nos encerró y nos afectó la mente, sobre todo a los jóvenes sin poder salir y viendo cómo sus padres pierden el trabajo, con un acceso muy pobre a la educación virtual, cuando ya seguramente su educación no era de mucha calidad. Hay muchas razones para manifestarse después de un golpe socioeconómico tan fuerte como este.

Cuando uno habla con los muchachos de la primera línea, así como empresarios lo han hecho, lo que buscan es respuestas, a diferencia del Comité del Paro, que tiene unas propuestas y unas reformas de altísimo alcance que realmente no son para negociar con ese Comité sino para que un presidente electo o por vía institucional en el Congreso se tramiten. En general, los de la primera línea son más puntuales: ellos quieren mejor acceso a la educación y al empleo, algunos tienen problemas de alimentación señalando que comen mejor cuando hay bloqueos que en la casa.

Le puede interesar:  Innovación y sostenibilidad en el transporte de gas: Laura Villa de TGI comparte sus perspectivas

Hemos lanzado, al margen de lo que tienen que hacer el Gobierno Nacional, cada gobierno local y departamental, y de la mano con Propacífico, la ANDI, Fenalco, gremios, entre otros, las cajas de compensación; un programa llamado Compromiso Valle inicialmente de $50.000 millones para invertir en formación para el trabajo, empleabilidad, seguridad alimentaria, liderazgo en los jóvenes, ayudarles a visualizar un proyecto de vida, entre otros. Es un desafío grande.

Esto lo revisamos con muchos de ellos, lo vieron muy bien porque les pareció algo concreto; no eran unas reformas grandilocuentes. La Cámara va a hacer un esfuerzo grande, vamos a lanzar seis programas nuevos orientados en buena parte de esta población, ampliaremos alcance en dos programas adicionales, vamos a invertir $3.000 millones, vamos a movilizar de terceros unos $7.000 millones, ya tenemos parte de ese dinero.

Comfandi, nuestra caja de compensación, está haciendo una donación de $10.000 millones y además va a reorientar una cifra grande de recursos hacia estas poblaciones. El sector privado entiende que su responsabilidad es sobre todo ser un buen ciudadano corporativo, pagar impuestos, generar empleo y riqueza.

Tenemos una fundación empresarial en donde el sector privado ha donado el campus de la Universidad del Valle, entre otros. Sabemos que hay un grupo de la población que no se siente escuchado, no se siente tenido en cuenta, debemos atenderlo y tenemos maneras de hacerlo. Vamos a tratar de ofrecerles estas soluciones que nunca van a reemplazar al Estado, porque este tiene otro alcance y otro tamaño.

Queremos ser parte de la solución.

360:

¿Ha dialogado con el alcalde de Cali Jorge Iván Ospina? En caso de que no, ¿qué le diría?

E.P.:

Sí he podido hablar algo con él. Al alcalde, y a todos los gobernantes de Colombia, empezando por el presidente, les ha tocado unos años muy duros. Me parece que el país ha hecho un manejo bastante bueno de la pandemia, incluso Cali es la que tiene menos fallecidos por covid cada 100.000 habitantes de las cinco principales capitales de Colombia, la que menos problemas ha tenido asegurando una UCI a los enfermos. Le ha tocado muy duro, y después de eso vino este otro golpe.

Lo llamaría al diálogo, y le diría que es importantísimo ejercer la autoridad, la Constitución le permite a él esto, al presidente y la gobernadora para velar por la seguridad y tranquilidad de todos los caleños. Si no recuperamos la seguridad, si no desmantelamos los bloqueos, no vamos a tener cómo contribuir a una sociedad más equitativa, más próspera, con mayores oportunidades para los jóvenes.

Por supuesto que un alcalde tiene que oír a sus ciudadanos, a todos sin importar la forma de pensar ni la corriente política. Él tiene responsabilidad por la seguridad de la ciudad, la Policía opera de la mano del alcalde y me parece muy importante recuperar el control de la ciudad, aunque se ha avanzado mucho. Que no vuelvan a suceder bloqueos permanentes, uno entiende que cualquier huelga, paro incomoda; pero cuando se vuelven permanentes es inaceptable, incluso lo ha dicho Human Rights Watch, lo ha dicho la izquierda, ni siquiera en la guerra se permiten los bloqueos permanentes que desabastecen a una población. Tampoco se puede admitir bajo ninguna circunstancia la destrucción de nuestro sistema de transporte masivo.

Claro que hay que ser críticos cuando la fuerza pública comete excesos, claro que hay que investigar todos los casos que haya de desapariciones o de muertes; pero al mismo tiempo el único que está facultado para hacer la fuerza de manera proporcional y cuidadosa para garantizar los derechos de todos los ciudadanos, en los países democráticos, es el Gobierno. Es importante que facultad no sea minada por esta circunstancia.

360:

¿Qué debería ocurrir de ahora adelante por el bien de los caleños?, ¿cuál es su opinión al respecto?

E.P.:

Tenemos que aprender a escucharnos mejor, a diferencia quizá de Medellín Cali es muy diversa. Hay personas de todo el país, hacia el sur tenemos mucha influencia indígena, hacia el occidente mucha influencia negra, hacia el norte mucha influencia antioqueña; es una ciudad que es un crisol de razas incompleto, que no se ha terminado de fundir, quizá no existe la cohesión que hay en Medellín o que uno ve en ciudades más jóvenes como Barranquilla. Tenemos altos niveles de violencia.

Hay que tratar de escucharnos más y preocuparnos por los demás, sobre todo por los menos favorecidos; trabajar en el tema de seguridad, que le pega sobre todo a esos menos favorecidos y donde a veces nuestra Alcaldía no les da la suficiente importancia, como que lo considera un tema de derecha cuando no lo es, la seguridad se trata de garantizar derechos.

Tenemos unas brechas de inequidades y pobreza, igual a todo Colombia, que se deben trabajar, necesitamos reactivarnos rápidamente; si las empresas están bien hay mayor posibilidad de atender a las poblaciones vulnerables a través de impuestos con servicios públicos y de otro tipo.

Llamar a la cordura, a la fraternidad entre los caleños y vallecaucanos, y a seguirle apostando a nuestra región que tiene muchas fortalezas y muchas posibilidades. Nuestra región arrastra los problemas de una subregión muy pobre, la del suroccidente colombiano. Cali y el Valle son oasis de relativa prosperidad en una región muy pobre y existen allí problemas de narcotráfico, minería ilegal, entre otros.

La responsabilidad es no solo con los caleños, sino con toda esta región del país así que nos toca trabajar más duro, ser más solidarios y tratar de entendernos mejor dentro de la diferencia.

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]