La puja por la presidencia de los Estados Unidos está para alquilar balcón, y siendo esta la más importante potencia del planeta, es una noticia que le incumbe a todo el mundo. Prácticamente todos vamos por uno o por otro de los candidatos, es imposible no hacerlo dado lo mediático que es el hoy y ha sido toda la campaña del presidente Trump.
Por: José Miguel Santamaría Uribe
La semana pasada hubo un gran revuelo por el comunicado que hizo el embajador de Estados Unidos en donde les pidió a los políticos colombianos no intervenir en la política de su país, esto de cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo este 4 noviembre.
Obviamente esto animó a periodistas y analistas opositores al gobierno a criticar y a buscar afanosamente un video o audio en donde algún miembro del gobierno haya dicho o sugerido algo.
Aunque no lo han encontrado, dan por hecho que existe y que pasó, lo que nos demuestra una vez más la crispación y polarización en la que nos encontramos.
Si nuestro sistema judicial tuviera por lo menos el 5% de la capacidad de los periodistas para juzgar y acabar con alguien, estaríamos al otro lado.
La puja por la presidencia de los Estados Unidos está para alquilar balcón, y siendo esta la más importante potencia del planeta, es una noticia que le incumbe a todo el mundo.
Prácticamente todos vamos por uno o por otro de los candidatos, es imposible no hacerlo dado lo mediático que es el hoy y ha sido toda la campaña del presidente Trump.
Dada la metodología de elección, cualquiera de los dos candidatos puede ganar y la pelea está concentrada en unos pocos estados donde no están definidos los votos electorales.
Uno de ellos es Florida y por eso el nombre de Colombia ha salido a la palestra debido a la cantidad de colombo americanos residentes ahí.
Aunque a mi modo de ver esta elección la va a definir Pensilvania, tiene 20 votos electorales y es donde el fracking juega uno de los temas más importantes, ahí hay diferencias abismales entre los candidatos.
Si al final de este recorrido Trump es reelecto sería una hazaña; tiene a todo el mundo en su contra, a todos los grandes medios de comunicación, no solo de los Estados Unidos si no del mundo.
Asimismo, ese bien o mal llamado “Nuevo Orden Mundial”, tampoco lo quiere porque él es el enemigo para vencer.
Dado el modelo bipartidista de los Estados Unidos, es lógico que los diferentes partidos políticos del mundo se sientan más identificado, o con los demócratas o con los republicanos.
Es muy difícil pedirle a un político que ideológicamente no se sienta más cercano al que piensa parecido, en especial cuando hay temas relevantes que hacen esta elección un poco diferente.
Temas como el aborto, las energías convencionales, el fracking, la ideología de género y el modelo impositivo, llevan a que se tome partido así uno viva en otro país.
Colombia seguirá siendo un muy importante aliado de los Estados Unidos independientemente de quién gane.
Ha sido histórico que eso suceda, existirán algunas diferencias de forma, pero es claro que la lucha contra el narcotráfico y los grupos al margen de la ley seguirán estando al principio de la lista.
De hecho, los que tratan de cambiar esto ‘tacan burro’, porque no existe mejor un mejor amigo en el continente para los americanos que Colombia.
Es lógico que miembros del Centro Democrático y otros partidos de centro derecha y derecha del continente hayan manifestado su cercanía a las ideas de Trump y el partido Republicano, ideológicamente es más cercano.
El globalismo hace que todos los que pensamos igual y crezmos en lo mismo debamos remar para el mismo lado.
De igual forma ha pasado en otras oportunidades con miembros de los partidos de izquierda, quienes se han alineado con candidatos de partidos progresistas como el Peronismo en Argentina, con Evo en Bolivia y Maduro en Venezuela…
La diferencia es que en esas muchas ocasiones los medios colombianos no han dicho nada.
Esperemos que los norteamericanos elijan los mejor para los colombianos.