En términos de Agricultura de precisión en Colombia, en el que el sector agropecuario fue uno de los grandes impulsores del crecimiento económico de Colombia en 2024 —con un aumento del 8,1% en su valor agregado, según el DANE—, la implementación de tecnologías inteligentes se posiciona como una necesidad estratégica para mantener esta senda de desarrollo en la agricultura en Colombia.
Panorama general: Con esta premisa, el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CINTEL) presentó el estudio “Agricultura de Precisión: Monitoreo Inteligente con Sensores”, una radiografía del papel transformador que tienen las tecnologías emergentes en el agro.
El documento revela cómo la integración de sensores conectados al Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial, el uso de drones y hasta blockchain están redefiniendo la manera en que se cultiva en Colombia. Esta revolución tecnológica permite el monitoreo en tiempo real de condiciones del suelo, el clima y el estado de los cultivos, facilitando decisiones basadas en datos que optimizan recursos, incrementan la productividad y reducen el impacto ambiental.
“Colombia tiene el potencial para convertirse en una potencia agrícola mundial, pero esto solo será posible si logramos cerrar la brecha tecnológica en el campo. La agricultura de precisión no es un lujo, es una necesidad estratégica”, afirmó Mario Castaño, director ejecutivo de CINTEL.
CINTEL revela cómo la agricultura de precisión en Colombia está transformando el campo con tecnologías inteligentes
Por qué es importante: Más allá de los beneficios técnicos, el estudio de CINTEL plantea un horizonte ambicioso: hacer del campo colombiano un referente de sostenibilidad y competitividad a nivel mundial. Para lograrlo, es clave democratizar el acceso a estas tecnologías, capacitar a los productores rurales y fomentar políticas públicas que incentiven la innovación en el agro.
1. Sensores de humedad: ahorro y sostenibilidad hídrica
Estos dispositivos, instalados directamente en el suelo, permiten determinar cuándo y cuánta agua requieren las plantas. En regiones del país propensas a la sequía, como La Guajira o zonas del Caribe, estos sensores ayudan a reducir significativamente el consumo de agua y a garantizar una producción sostenible.
2. Monitoreo de temperatura y luz: anticiparse al cambio climático
Con sensores capaces de registrar variaciones térmicas y lumínicas en tiempo real, los agricultores pueden adaptar sus prácticas a las condiciones climáticas específicas de cada región, prever heladas o ajustar los ciclos de siembra y cosecha. En tiempos de alta variabilidad climática, esta capacidad de adaptación resulta vital.
3. Sensores de nutrientes: fertilización con precisión
Gracias a sensores que miden la composición del suelo, es posible aplicar fertilizantes solo donde y cuando se necesitan. Esto evita el uso excesivo de químicos, reduce la contaminación de fuentes hídricas y optimiza los costos para los productores.
4. Drones y satélites: un ojo en el cielo para ver lo invisible
Las imágenes aéreas permiten detectar enfermedades, estrés hídrico o infestaciones en etapas tempranas, muchas veces invisibles desde el nivel del suelo. Esta tecnología permite tomar decisiones correctivas con rapidez y precisión, minimizando pérdidas y optimizando la intervención en los cultivos.
5. Sistemas IoT integrados: decisiones basadas en datos
La agricultura de precisión no sería posible sin la articulación de todos estos sensores en una plataforma digital. El IoT funciona como un sistema nervioso digital que conecta cada componente del ecosistema agrícola. Esto permite automatizar procesos como el riego o la ventilación en invernaderos, y tomar decisiones basadas en datos actualizados constantemente.