El crecimiento urbano en el Caribe han vivido un notable crecimiento en la última década, impulsadas por una serie de megaproyectos y reformas urbanísticas. Para analizar en profundidad estos cambios, hemos consultado a Luis Fernando Reina, Gerente de Prodesa en la Regional Caribe, y Oscar Manco López, Chief Financial Officer en Trust Investment. A continuación, se exploran sus opiniones sobre el impacto de estos desarrollos en el paisaje urbano, social y económico de las ciudades.
Transformación Urbana: impulsores y tendencias
Luis Fernando Reina subraya que el crecimiento urbano en el Caribe ha sido impulsado por desarrollos como Serena del Mar y Alameda del Río. Según Reina, estos proyectos no solo han expandido el área urbana, sino que han introducido conceptos innovadores de urbanismo que priorizan la sostenibilidad y la integración social. «Estos proyectos facilitan un desarrollo urbano ordenado y funcional. Al planificar espacios públicos, renovar áreas deterioradas y crear nuevos desarrollos residenciales y comerciales, se mejora la calidad de vida y se atraen inversiones», comenta Reina. Además, destaca que la sostenibilidad se ha convertido en un eje central, ya que no solo se cumplen con los estándares ambientales, sino que también se fomenta un cambio cultural hacia la construcción responsable.
Oscar Manco López, por su parte, enfatiza el impacto económico de estos proyectos de crecimiento urbano en el Caribe. Señala que la modernización de la infraestructura ha estimulado la expansión empresarial y el aumento de la inversión extranjera, factores clave que han favorecido el desarrollo económico de estas ciudades. «El crecimiento en Barranquilla, Cartagena y Santa Marta no solo está impulsado por el turismo, sino también por la llegada de empresas que demandan infraestructura de calidad y políticas de sostenibilidad a largo plazo», comenta Manco López. No obstante, advierte que el progreso ha sido desigual y que aún existen importantes desafíos sociales y ambientales por resolver, como la gestión de residuos y la calidad del aire.
Una de las claves del crecimiento urbano en el Caribe ha sido la mejora de la conectividad regional. Manco López destaca el papel de las carreteras de cuarta y quinta generación (4G y 5G), que han reducido significativamente los tiempos de desplazamiento entre ciudades como Cartagena y Barranquilla. «Las redes viales modernas no solo han facilitado el comercio y el transporte de pasajeros, sino que han convertido al Caribe en un nodo estratégico para la inversión», explica Manco López. Estos proyectos de infraestructura, a menudo fruto de alianzas público-privadas, son fundamentales para seguir impulsando el desarrollo económico de la región.
«En esta zona del Caribe se ha tenido un auge bien interesante de empresas público-privadas, lo que en algún momento se conoció como la conexión del país a través de las redes 4G y 5G, de cuarta y quinta generación de carreteras. Eso permitió, por ejemplo, que los tiempos de desplazamiento entre Cartagena y Barranquilla disminuyeran».
Impacto Social y Económico de los Proyectos
Desde la perspectiva de Reina, los proyectos inmobiliarios en el crecimiento urbano en el Caribe han tenido un impacto positivo en la calidad de vida urbana. «Los desarrollos han permitido la creación de comunidades más integradas, con acceso a servicios y espacios recreativos. Además, han impulsado el crecimiento de la economía local mediante la generación de empleo y el fomento del comercio», afirma Reina.
Además, «La región Caribe se visualiza como un corredor económico dinámico e integrado, con Barranquilla y Cartagena como ciudades clave para la región. La integración urbana se está facilitando a través de proyectos integrales de vivienda que fortalecen el urbanismo local y contribuyen al crecimiento organizado de las ciudades».
Manco López añade una perspectiva complementaria, destacando que el crecimiento económico ha sido desigual. «Si bien la inversión ha generado empleos y oportunidades, no todos los segmentos de la población se han beneficiado igualmente. Existen disparidades en el acceso a servicios y en la calidad de vida, que deben abordarse mediante políticas inclusivas», señala Manco López.
Pero enfatizó que «la continuidad de la conectividad es esencial, en este caso, con la finalización de las vías que se interconecten allí, la adecuación y los nuevos lanzamientos de alianzas público-privadas para el mejoramiento de aeropuertos, la recepción de más pasajeros y carga, así como de los puertos y hospitales necesarios para cumplir con los planes de desarrollo».
Crecimiento urbano en el Caribe desde la infraestructura futura
Desde una perspectiva social, los proyectos inmobiliarios y crecimiento urbano en el Caribe han transformado el paisaje urbano al crear comunidades integradas y dotadas de servicios esenciales, lo que ha mejorado la calidad de vida de los residentes locales. «Estos desarrollos han impulsado el crecimiento del comercio y la generación de empleo, lo que ha dinamizado la economía local», comenta Luis Fernando Reina.
No obstante, Manco López subraya que el impacto ha sido desigual, ya que persisten disparidades en el acceso a servicios y oportunidades. «Las políticas inclusivas son necesarias para garantizar que todos los segmentos de la población se beneficien del crecimiento económico», añade.
Luis Fernando Reina destaca la importancia de adaptar los proyectos inmobiliarios a las demandas locales. «Cada desarrollo responde a las necesidades específicas del mercado, asegurando que las soluciones urbanísticas sean funcionales y fomenten el desarrollo comunitario», afirma. Sin embargo, Manco López aboga por una estrategia más amplia que integre no solo los proyectos inmobiliarios, sino también la infraestructura social y turística, para promover un desarrollo más equitativo y sostenible.
De cara al futuro, ambos expertos coinciden en que la región Caribe necesita seguir invirtiendo en infraestructura clave como puertos, aeropuertos y carreteras. Manco López subraya la necesidad de crear centros de innovación que fomenten el emprendimiento y la incubación de nuevas ideas, contribuyendo a un crecimiento económico más diversificado. «Es crucial desarrollar centros creativos en la región que impulsen nuevos negocios y proyectos, lo que generará más oportunidades para los emprendedores locales», comenta.
La responsabilidad social es otro aspecto clave del crecimiento urbano en el Caribe. Luis Fernando Reina destaca que Prodesa se ha comprometido a mejorar las condiciones de vida en las comunidades locales a través de proyectos de sostenibilidad y programas educativos. En tanto, Manco López subraya la importancia de fortalecer las alianzas público-privadas para abordar los desafíos sociales y económicos. «Solo mediante una colaboración efectiva entre el sector privado y las autoridades locales será posible implementar proyectos de infraestructura que beneficien a toda la comunidad», concluye.
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