Juan Manuel Jaramillo, quien gusta hablar de política, movilidad e innovación, al mismo tiempo empresario y emprendedor, reflexionó sobre los recientes hechos en la capital de Antioquia por diferentes murales que han generado polémica.
360:
El pasado fin de semana, en el sector de Provenza, comuna 14 (El Poblado) fue pintado un grafiti, en consonancia con otra serie de escritos que se habían hecho en diferentes lugares de la ciudad.
Primero fue en el Deprimido de la 80 con San Juan, después en Los Balsos con Avenida El Poblado, los cuales están siendo replicados, sin embargo, algunos han sido cubiertos. Desde la Administración Municipal borraron el de San Juan con el Deprimido de la Carrera 80. En este caso (El Poblado), donde los ciudadanos de manera libre se unieron para expresar su posición y decir que en esos lugares no reciben esa clase de mensajes porque consideran que Medellín y Antioquia son más que eso, la contraparte emitió un comunicado en el que señalan a El Poblado como un barrio «muy rico».
¿Cómo ciudadano, que lo llevó a realzar esa convocatoria y cómo evalúa lo que han escrito en los muros?
Juan Manuel Jaramillo:
Más que el liderazgo, la respuesta que dio la ciudadanía habla por sí solo. La ciudadanía se está sintiendo reprimida. Empezamos a recibir ataques como ciudadanos con los bloqueos, paros vandalización donde quiebran vidrios y acaban con negocios. La gente se empieza a sentir reprimida, entonces interpreto la respuesta que le dio la ciudadanía como una válvula de escape porque no hacía falta más que decir día y hora y todo se armó automáticamente.
No puedo decir que soy el líder de nada, porque me llegó el video donde estaban escribiendo ese mural ‘Convivir con el Estado’, inmediatamente asocié que ese ‘convivir’ lo iban a asociar con ‘Las Convivir’ y estos con paramilitarismo, el paramilitarismo con Álvaro Uribe y el montón de basura que le han metido a estos jóvenes en la cabeza.
‘Las Convivir’ realmente nacieron en el Gobierno de César Gaviria y era un organismo de defensa legítima del Estado, después lo satanizaron y lo distorsionaron.
Ver un mural lleno de calaveras con un policía que dice ‘violador’, era una figura bastante ofensiva en mi concepto, porque yo me considero parte del Estado, entonces cuando esta gente dice Estado asesino, siento que a mí me están agrediendo y que nos están agrediendo a los ciudadanos porque el Estado somos todos.
Todos pagamos IVA, algunos declaramos renta, todos pagamos de alguna manera impuestos, entonces el Estado somos todos y es bastante ofensivo que nos digan asesinos. Cuando me mandan el video de este mural lo comparto en unos grupos y pregunto, qué hacemos, a mí esto me parece mal.
En cuestión de 2 horas ya había alguien que había dicho que donaba la pintura, otro compraba rodillos. Entonces, no fui yo, es la ciudadanía que se está expresando, que está cansada de esta violencia, que está cansada del vandalismo, que está cansada de los mensajes agresivos. Esa es la interpretación que yo le doy y para mí el protagonismo lo tiene la ciudadanía como tal.
360:
¿Qué sintieron ustedes cuando llegó el ESMAD?
J.M.J.:
Felicidad. Creo que es deber de la Alcaldía o de la administración municipal velar por la seguridad de toda la ciudadanía. Me parece normal que cuando hay una aglomeración de gente significativa manden al ESMAD, es lo normal sobre todo en esta época donde está todo tan convulsionado, pero nosotros somos unos manifestantes pacíficos. Grabé un video y les decía, uno recibe lo que da. Cuando estamos protestando pacíficamente no recibimos más que paz. Llegó el ESMAD y no mató a nadie, no hubo un herido, no hubo un vidrio roto, no hubo gases lacrimógenos. Nosotros sentimos felicidad, se empezaron a tomar fotos con el ESMAD, a agradecerles, nos dieron unas palabras muy sentidas de que oráramos por ellos, que la situación estaba muy complicada, los entendemos y los apoyamos, pero es un momento súper oportuno para decir: uno recibe lo que da.
Si yo salgo con piedras y palos y a quemar negocios, a vandalizarlos, a dañar bancos, ¿qué voy a recibir?, el Estado tiene que proteger a la ciudadanía y hay que proteger el comercio. Van a recibir una respuesta similar por parte de la ESMAD. Cuando uno sale con camiseta blanca, con unos rodillos y pintura para pintar la bandera de Antioquia en un mural, no recibimos más que una manifestación pacífica y un agradecimiento por parte de la Fuerza Pública.
360:
Cuando se está atacando directamente a un grupo, una población o a una institución, se pasa de castaño a oscuro.
¿Ustedes han recibido amenazas o mensajes ofensivos por parte de las personas que han pintado los otros muros y que han dicho que ustedes buscan anular al opositor?
J.M.J.:
Me parece simpático. Yo pregunto, ellos quienes son para imponerme sus ideas. En ese mural ya había un grafiti bonito, una obra de arte y ellos llegan y pintan un mensaje violento y nuestra respuesta es pintar un mensaje de paz: una bandera blanca, verde, manitos de toda la gente simbolizando la unión. Me dicen, «estás censurando, por qué no les preguntaste antes de ir a borrarles el grafiti, qué pensaban», y a mí por qué no me preguntaron antes de pintar el grafiti yo qué pensaba de un mensaje violento. Es paradójico que digan soy un censurador o los que pintamos, porque borramos un mensaje violento, pero ellos tienen toda la libertad de hacer lo que quieran y poner los mensajes que quieran.
No hemos recibido amenazas directas, pero por terceras personas nos llegan mensajes de que nos cuidemos, ojo con esas actividades, no hagan eso, ustedes no saben quiénes los financian, entonces me empiezan a reprimir.
Estuve allá en el momento en que se pintó la pared y no vi una agresión. Algunos carros pasaron y gritaron ¡Paracos!, pero seguíamos.
Es una oportunidad espectacular para que nos sentemos y ponernos de acuerdo en lo que nos une, seguramente hay muchas cosas que nos dividen, pero hay más cosas que nos une. Por qué no concertamos un mensaje positivo y propositivo para la ciudad. Si logramos eso, yo consigo a la gente, la pintura y vamos y pintamos un mensaje. Esto no se puede volver una guerra, de que usted pinta un mensaje violento y yo voy y lo borro.
Pongámonos de acuerdo en lo que nos une y pintamos algo bonito que nos represente a todos, que sea un mensaje inclusivo.
360:
Medellín ha estado, según la medición de Gallup, en uno de sus momentos más críticos en términos de positivismo, algo que no es ajeno a la pandemia, los paros y también a lo que se pueda pensar eventualmente sobre la actual administración y sobre la violencia.
¿Qué lectura hace de esa sensación que pueden tener algunas personas en Antioquia y Medellín sobre la situación actual de la ciudad y el departamento?
J.M.J:
He sido un crítico de la administración actual de Medellín. No soy ciego y entiendo perfectamente la situación del COVID, nadie se la esperaba, pero antes del COVID venían sucediendo cosas. Por primera vez, que recuerde, hubo una marcha en la que vandalizaron una estación del Metroplús y unos hoteles de Medellín. Esa fue una primera señal de alerta. ¿Qué está pasando?, no solo fue eso, sino que la Alcaldía les tenía preparados a los manifestantes al final de su manifestación refrescos y concierto. Eso alienta a que sigan actuando igual.
Para mí, más allá del COVID y de la situación del país, de la reforma tributaria que la retiraron, falta mucha autoridad en Medellín. Hay hechos que se podrían controlar de mejor manera. Por qué hay que esperar a que se salga de control todo, para ir a reprimir. Creo que con unas acciones preventivas sería suficiente. Soy amigo de las manifestaciones pacíficas y sin bloqueo. La gente se tiene que poder manifestar, pero que lo hagan sin afectar a los demás. Cuando empiezan a violentar tanto el patrimonio público como el privado, van cruzando una línea. ¿Por qué no está la administración municipal evitando que eso suceda?
Entiendo que los ánimos en Colombia están caldeados, pero para mí ha hecho falta mucho control.
Extiendo a los que pintaron el agradecimiento y a los grafiteros la invitación para que construyamos sobre lo que nos une. No necesitamos más violencia, incendiar los ánimos que ya están caldeados. Necesitamos apaciguar eso y ponernos de acuerdo, porque hay muchas más cosas que nos unen que las que nos dividen. Tenemos que sacar esta ciudad adelante entre todos.
