Quien dice lo que piensa y hace lo que dice tendrá mi respeto. Creo sólidamente que a la política colombiana carece de coherencia, sinceridad y franqueza. Ordoñez no es como lo pintan algunos medios de comunicación, tiene claras sus convicciones y en tal virtud las expone y defiende, cosa que no hacen otros que se van como veletas según la marea que mas les convenga.
Por: Andrés Felipe Gaviria Cano
Uno de tantos vicios que tiene la política colombiana es la contaminación que recibe por parte de medios de comunicación y personas que se prestan para manipular a los electores. En mi columna sobre Gustavo Petro defiendo su forma de exponer las creencias e ideas que él tiene, por lo cual soy coherente cuando digo que también defiendo a Ordoñez, haciendo la salvedad que no hay ninguna posibilidad de que yo vote por Petro. Ojalá todos los candidatos a la presidencia de Colombia fueran genuinos con los electores, eso nos permitiría tener una democracia más sana y menos decepciones políticas. Ordóñez ha sido claro en toda su trayectoria política con los postulados que defiende y eso tiene alto valor, como también un alto precio político en un país es donde ser sincero con lo que se piensa es concebido como pecado y difícil de soportar, quizá es que nos tienen acostumbrados a las mentiras. Eso lo saben otros candidatos y por eso siempre buscan acomodarse ideológicamente a lo que sea más popular, importándoles un comino sus convicciones.
El que diga que Colombia está bien se equivoca y de gran manera. Hoy el país tiene un claro desbarajuste social y político, por lo cual la necesidad de alguien que ponga orden es imperante. No se trata de autoritarismo o posición política, sino del bien común para una sociedad que necesita un pacto sobre valores fundamentales que se vuelvan inamovibles a lo largo de los años. Observo con preocupación una ciudadanía indignada, inconforme, aburrida y con gran desconfianza en el Estado, cosa que es gravísima para cualquier Nación. Todo el pesimismo que hoy vivimos es el resultado de las malas elecciones que se han hecho, por lo cual el 2018 si representa un año trascendental para la democracia y el futuro de Colombia.
Ordoñez ha sido crudo con varios comentarios, no es políticamente correcto, se ha metido en debate candentes y ha enfrentado de frente a los líderes de la izquierda más radical del país. Eso ha servido para que varios medios de comunicación y columnistas le pongan como diana semanal de todos sus comentarios, entrevistas, opiniones y publicaciones. Lo han atacado porque supuestamente odia a todos los homosexuales, pero eso es falso y cantinflesco, lo que él ha expresado es que no está de acuerdo con la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. Periodistas le han hecho preguntas sobre condones para arrinconarlo y él ha dicho lo que piensa, más no ha manifestado que eso quiera para el país o que va a prohibir la venta de condones. Los típicos medios de comunicación gastan todos sus esfuerzos para que ningún líder político de ‘provincia’ como dicen ellos, llegue a la presidencia, por eso caricaturizan, sacan de contexto, inventan encuestas y titulares, como ‘Timochenko le gana a Ordoñez’.
Cuando preguntaban en un foro por lo candidatos que eran de derecha, solo Ordoñez levantó la mano y no tuvo inconveniente con reconocerlo, de resto todos vacilaron y buscaron la posición del medio. Para muchos un peligro, para otros un radical, unos le dicen retrograda, otros creen que es alguien elemental para la victoria de la derecha en Colombia y le guardan gran respeto. En mi opinión Ordoñez sacará más votos de los que la gente cree, sentará un gran precedente y sigue creciendo cada día de cara a la consulta del 11 de marzo. Claro, de ser el ganador de esa consulta recibirá toda la artillería de los medios de comunicación de Bogotá, del gobierno, de la izquierda y de otros candidatos de centro. Lo pintaran igual o mas toxico que Petro, le harán montajes y hasta investigación judicial, porque así procede ese círculo político del país.
Veo un apoyo grande en las iglesias católicas y cristianas a Ordoñez, como también en varios círculos de militares y policías. Una gran población de origen conservador que cree necesario un presidente que imponga orden a esta sociedad, también lo apoyan, y por ende, mucho Uribista que aún no se identifica con Iván Duque. Como conclusión, creo que las figuras como Alejandro Ordoñez son más que necesarias en cualquier debate democrático, pues aportan a la sinceridad y franqueza de ideas, algo que escasea por estos días en Colombia.
