Fajardo ha basado toda su carrera política en un discurso flexible, amable para el auditorio, disruptivo y elocuente. El presentarse como un profesor le marca una diferencia a su favor, pues va acompañado de una auto-aislación de lo político. Sin embargo, la falta de claridad y valentía para tomar posiciones, la ausencia de ánimo para formular propuestas, lo dejan con un tanque de gasolina a la mitad.
Por: Andrés Gaviria Cano
Aún recuerdo el inicio político de Fajardo como si fuera ayer; en una bicicleta de casa en casa, saludando a sus amigos, contándoles sus proyectos y qué quería, contando cómo podían apoyarlo y qué se debía hacer para alcanzar las metas. Luego de esto pasó por una o dos candidaturas a la alcaldía de Medellín donde no logró la victoria, sin embargo, a la próxima oportunidad, ganó; para muchos sorprendentemente, pues era un peludo que iba por ahí en un Twingo repartiendo volantes, parado en los semáforos, recorriendo la ciudad y haciendo las cosas de una manera totalmente distinta a la tradicional. Ahí Fajardo innovó en política, leyó el momento y acertó de una manera eficaz. Tuvo una ligera ventaja y es que en esos comicios no existían rivales de tanto peso, sino que había algo más de homogeneidad en las opciones para el electorado. Recibió la ciudad de manos del entonces alcalde Luis Pérez Gutiérrez, quien para mi hizo una excelente administración, pues dejó muchas obras en marcha que posteriormente iba a entregar Fajardo. Pérez estaba siendo un blanco fácil de la prensa bogotana, de algunos concejales de Medellín y de uno que otro líder político, fue cuestionado por supuestos actos de corrupción y despilfarro, pero no fueron mas que sandeces de la política parroquiana, pues nunca se comprobó nada y el entonces alcalde salió avante de todas las investigaciones.
La alcaldía de Fajardo revolcó el modelo de ciudad que se venía construyendo, no lo cuestiono, el que gana es el que goza y él hizo lo que creía mejor. Me enfoco es por ejemplo en los presupuestos de inversión; Fajardo priorizó la inversión en sectores sociales, educativos y cultura. Dejo en otros planos a los componentes de seguridad y movilidad, que habían estado en las primeras prioridades de los anteriores mandatarios. Si me piden obras insignia de Fajardo, podría mencionar que las Pirámides de la Oriental (que las están tumbando), fue un burdo y feo remedo de las que existen en la Av. Reforma en México D.F. Solo sirvieron de casas y escampaderos para indigentes, como albergue de alucinógenos y elemento de detrimento visual del ya feo centro de Medellín. La Biblioteca España, un lugar que era bonito a lo lejos, vanguardista, que apostó por la transformación de espacios desde la intervención urbanística, pero que con el paso de los años se convirtió en ruinas, pues su fachada se empezó a caer, las goteras a inundar cada piso y poco a poco se encontraron mas errores. Hoy, su reconstrucción vale más de lo que costo hacerla hace ya 10 años.
Continuó con la construcción de Parques Bibliotecas, programa que inició Luis Pérez con el Parque de la Luz que se encuentra ubicado en Plaza Cisneros. Se expandieron a otras comunas populares de la ciudad, se lograron mantener y hoy son un componente importante en la apertura de oportunidades y acceso público a internet, documentos, libros, entre otros espacios culturales. Inició algo loable y fue un discurso-programa de legalidad, donde empezó a impulsar un debate necesario para una ciudad como Medellín, pues es un territorio afligido por la violencia en todas las formas posibles. La cultura del atajo, el vivo vive del bobo, la malicia indígena; siempre nos han acompañado, y ese particular Fajardo lo tomó como sujeto de debate público, donde se inició a explicar el por qué era necesario erradicar esa cultura de todos los barrios de la ciudad. Eso estuvo acompañado de una política de rendición de cuentas a nivel público, algo que no se hacía, pero que desde el primer momento gustó, pues era señalar que los recursos públicos son sagrados. Fajardo en su alcaldía también tuvo señalamientos, sobre todo en asuntos de EPM y negociaciones que se adelantaron en ese sector, pero tampoco prosperaron ante ningún ente judicial. La ciudad quedó con una buena imagen de su administración, aunque no creo en ninguna encuesta, hay que decir que logró buenos puntos en las mediciones de favorabilidad, tanto que lo llevaron posteriormente a ser gobernador de Antioquia con más de 900 mil votos.
A nivel personal creo que la administración Fajardo a nivel departamental no fue buena. ¿Por qué?, hizo lo que estuvo al alcance de su conocimiento y autoridad para brindar seguridad en el departamento, fiel a su estilo, no le dedicó mucho tiempo y estaba enfocado en otros asuntos, cosa que no apruebo de ningún gobernante. Para mí, la seguridad es un derecho y bien esencial de cada ciudadano. El manejo de entidades como el IDEA, FLA, BENEDAN y VIVA fue pobre, casi insuficiente. Un IDEA desvalorizado, que perdió su identidad y que por poco ve apagar su llama. La FLA vendiendo menor licor, cedió terreno a empresas privadas de licores y no supo innovar en tiempos que se necesitaba. De Benedan y VIVA, ni se diga. A duras penas quedó el aviso. Los 80 Parques Bibliotecas no fueron mas que avisos publicitarios y su construcción a medio pelo, pues repitiendo lo de la biblioteca España, hoy se encuentran muchos cerrados por deficiencias en su infraestructura. Algunos alcaldes manifestaron que no tenían recursos para mantener esos bloques de cemento, por lo cual hoy tenemos más de la mitad de esos 80 parques cocos. Antioquia se endeudo más de lo que podía, casi pierde la categoría y al final, resultó en un mal experimento la Gobernación de Fajardo.
Fajardo aspira a la presidencia con un amplio apoyo del sector económico representado por el GEA o Sindicato Antioqueño. Lo apoyan también los “grandes” medios de comunicación del país, pues el exgobernador también cayó en la trampita de esos medios, que es que a medida que mas invierten en publicidad, mejor lo posicionan y mejor hablan. Hoy es lamentable ver como de nuevo esos gobernantes, también siguen en ese juego, luego de que fueron atacados bárbaramente por esas plataformas que no distan de la extorsión. Es que se hace muy raro entrar a una página web que solo la leen unos pocos en Bogotá y encontrarse publicidad de entidades públicas que solo operan en Antioquia, o peor aún estar en ciudades apartadas o cocteles bogotanos y ver como se invierten allá unos recursos que son tirados al trasto. Lo que es la banalidad. La academia ve en Fajardo un prohombre, diría que cerca del 70% de las universidades legales están con él. El presidente Santos gusta de Fajardo, varios gremios también lo tienen con las mejores calificaciones, por lo cual ya él puede contar con cierto blindaje y unos apoyos muy importantes y necesarios, que aunque no le pongan un voto, por lo menos no le quitan.
Para la coyuntura Fajardo es el ideal; le da garantías a la izquierda, a las FARC, al actual gobierno, no polariza, se va por la mitad, ni común el uno ni con el otro, ni negro ni blanco. ¡Él no es bobo!, al ver cómo la derecha está dividida, una izquierda necesitada, candidatos que no llegan ni a dos millones de votos, y a un país cansado de lo mismo, tiene todas las de ganar. Ya se hizo con el apoyo de Robledo, algo realmente necesario y magno. Claudia López, líder de opinión y un fusible. Hoy solo le queda a Fajardo conquistar a Humberto de la Calle y sus seguidores, con ese apoyo, se convierte muy seguramente en el próximo presidente de Colombia. ¿Por qué?, de seguir las cosas como van, el pasará a segunda vuelta con Germán Vargas Lleras, escenario perfecto de polarización en el que tiene todo para ganar el exgobernador y exalcalde.