El alcalde Carlos Fernando Galán, anunció oficialmente que cumplirá una de sus principales promesas de campaña: transformar el modelo actual del pico y placa en Bogotá. Esta medida, vigente desde 1998 y aplicada por primera vez durante la administración de Enrique Peñalosa, ha sido durante décadas una herramienta clave para descongestionar el tráfico de la ciudad.
Sin embargo, Galán busca darle un giro, ajustándola a las necesidades actuales de movilidad y al panorama urbanístico en constante transformación que enfrenta Bogotá.
La decisión llega en medio de una ciudad que vive una verdadera revolución de infraestructura, con más de 500 frentes de obra abiertos simultáneamente, según el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), lo cual ha complejizado aún más el tránsito en distintas zonas.
Solo los trabajos de la primera línea del metro, especialmente en la avenida Caracas, tienen cerradas vías neurálgicas que han incrementado la presión sobre la movilidad de millones de ciudadanos.
Carlos Fernando Galán anuncia cambios al pico y placa en Bogotá desde 2026
Una medida que cambiará de enfoque: El nuevo modelo que propone Galán está siendo estudiado por la Secretaría Distrital de Movilidad, y su eje central será la focalización de la restricción. Es decir, el pico y placa ya no se aplicará de manera generalizada en toda la ciudad, sino únicamente en aquellas zonas consideradas como puntos críticos de congestión vehicular.
“Vamos a tener un enfoque más inteligente de esta medida. Sabemos que las condiciones de movilidad no son iguales en toda la ciudad, y por eso el nuevo esquema permitirá aliviar la carga en los sectores más afectados sin castigar de forma innecesaria a quienes no contribuyen al problema”, señaló el mandatario en una entrevista con Alerta Bogotá.
Si bien aún no se ha establecido una fecha precisa para la implementación del nuevo modelo, el alcalde fue enfático en que este no comenzará a regir en 2025. Las modificaciones se introducirán en 2026, una vez finalice el diagnóstico técnico que actualmente está en curso y se tenga mayor claridad sobre el avance de las obras viales en ejecución.
Contexto actual del pico y placa en Bogotá: El esquema vigente de pico y placa limita la circulación de vehículos particulares en días alternos, dependiendo del último dígito de la placa. En días impares, pueden transitar los autos cuyas placas terminan en 1, 2, 3, 4 y 5; en días pares, lo hacen los terminados en 6, 7, 8, 9 y 0.
El incumplimiento de esta norma acarrea una sanción de $711.750 para el año 2025, lo que corresponde a 15 salarios mínimos diarios legales vigentes, además de la inmovilización del vehículo.
La medida ha sido defendida como una estrategia efectiva en situaciones de emergencia vial o cuando se requiere intervenir masivamente el sistema de transporte e infraestructura.
Sin embargo, también ha sido objeto de críticas por parte de expertos y ciudadanos que cuestionan su efectividad a largo plazo, especialmente en un contexto en el que el parque automotor sigue creciendo y el transporte público aún no cubre de manera eficiente todas las necesidades de la población.
Por qué es importante: El anuncio de Galán podría representar un cambio estructural en la forma como se concibe la gestión del tráfico en Bogotá.
A diferencia de modelos generalistas, el nuevo enfoque pretende usar datos e inteligencia territorial para adaptar las restricciones según la demanda de movilidad en cada sector.
Esto podría significar, por ejemplo, que barrios del norte o zonas industriales del occidente mantengan restricciones en horas pico, mientras sectores residenciales o con baja densidad vehicular queden exentos de la medida.
Para ello, será fundamental el uso de tecnologías como sensores de tránsito, cámaras y plataformas de análisis de datos que permitan una medición en tiempo real de la congestión.
El propio alcalde indicó que la transformación no será inmediata ni improvisada. “Tenemos que ser responsables. La ciudad está bajo una presión enorme por las obras del metro, troncales de TransMilenio y otras intervenciones. Cambiar la medida este año sería contraproducente”, explicó.
Panorama general: Carlos Fernando Galán apuesta por un modelo de ciudad más conectado, menos dependiente del carro particular y más eficiente en el uso del espacio público.
Esta reforma al pico y placa se suma a una serie de iniciativas que buscan modernizar la movilidad capitalina, incluyendo el fortalecimiento del sistema de transporte público, la ampliación de cicloinfraestructura y la integración de nuevos modos de transporte como el Regiotram y el metro.
A pesar de la expectativa, la ciudadanía mantiene posturas divididas. Mientras algunos celebran que por fin se consideren ajustes a una medida que muchos consideran desactualizada, otros temen que la zonificación genere confusión o incluso desigualdad entre sectores.
Por ahora, lo claro es que Bogotá se encamina hacia un rediseño profundo de su sistema de movilidad, con un enfoque más técnico, localizado y adaptativo. La clave estará en que la administración logre implementar los cambios sin afectar la ya frágil relación entre el ciudadano y el sistema de transporte urbano.