Desafortunadamente la apuesta que hicieron los jóvenes en Petro les está saliendo mal, hasta ahora todos los proyectos de reforma los van a perjudicar demasiado y golpear su futuro.
Por: José Miguel Santamaría Uribe
Nunca antes en unas elecciones la juventud había tenido una participación tan relevante. De hecho, por primera vez fueron los que de lejos eligieron a Petro, no sólo en las urnas, sino en los hechos que llevaron finalmente a su elección en el 2022.
Lo primero es que nos acordemos de las grandes movilizaciones de jóvenes que ocurrieron durante el 2019, muchas de ellas violentas, que le hicieron al gobierno Duque. En éstas, se manipuló a la opinión joven a pedir cambios radicales en determinadas políticas. Hasta los grupos al margen de la ley aprovecharon el desorden, la aparición en escena de la primera línea, su financiación, etc.
Después, durante la finalización de la pandemia, empezaron los cierres de las vías, volvieron las movilizaciones, tanto así que se llegó a pensar que la única manera de apaciguar a la juventud inconforme era el gobierno del cambio, Petro. Hasta su hija dijo que si su papá no ganaba las elecciones el país se incendiaba.
Desafortunadamente la apuesta que hicieron los jóvenes en Petro les está saliendo mal, hasta ahora todos los proyectos de reforma los van a perjudicar demasiado y golpear su futuro.
Empecemos por la Reforma Tributaria. Esta acabó con el emprendimiento, la posibilidad de un joven de crear una empresa. Es cada vez más lejana. El Estado es el peor socio. Quita cuando le va bien y cuando le va mal. La mal llamada economía popular que quieren promover no es más que la informalidad que se viene acrecentando. Adicionalmente se acabaron los incentivos tributarios al primer empleo.
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El proyecto de Reforma Laboral es aterrador. Todo lo que busca es el favorecimiento de los empleados actuales y de los sindicatos a costa de los empleadores y de un claro aumento del desempleo, fuera que son muy pocos los trabajadores afiliados a los sindicatos, son muy pocos los jóvenes que les gusta el mundo sindical.
La juventud quiere hoy en día un mercado laboral dinámico, que le dé la oportunidad de trabajar y tener ingresos por un lado, pero que también le dé tiempo para sus emprendimientos, el ocio, etc. Una verdadera revolución laboral sería la creación del empleo por horas, que en muchos países ha logrado el aumento fuerte de la fuerza laboral.
Si la Reforma Laboral se aprueba tal y como se presentó, será un golpe mortal a la inversión extranjera que seguro encontrará mejores y más amigables países para llevar sus recursos.
La Reforma Pensional tambien golpea a la juventud, ya no podrán los jóvenes definir su pensión. Quien se las maneje, tendrán que depender de un Estado grande e ineficiente que les deje algo de la olla raspada, esta reforma cierra la puerta a tener pensiones correlacionadas con su desempeño, y todavía no es claro el daño fiscal que le generara a la nación.
Aunque la Reforma a la salud está agonizando, es macabra para los jóvenes. Solamente pensar que los recursos se les devolverán a los políticos regionales para que los manejen, da escalofrió. Son muchos los ejemplos de mal manejo de la salud por parte del sector público, el caso de la EPS Convida en Cundinamarca debería ser un caso de estudio para entender el riesgo.
Es imposible pretender que el futuro de la juventud mejore trayendo estructuras y proyectos caducos del más rancio comunismo a un mundo que cada vez requiere más movilidad y oportunidades.
Solamente los aproximadamente 300.000 empleos que se perderán en las plataformas digitales por la Reforma Laboral, todos jóvenes, son un ejemplo de lo mal que les están pagando.