El primer episodio en donde estuvo involucrado el ahora presidente del Fondo del Ahorro, Augusto Posada, buscando censurar actividades legales en nuestro país, tuvo que ver con el proyecto de ley que pretendía frenar la realización de programas que tuvieran parodias, siendo Posada el representante y ponente de este proyecto, según él con el objetivo proteger el acceso a la información.
El proyecto al que hacemos mención era el 001 del 2012, en donde su principal víctima era el programa radial, «La Luciérnaga», además de afectar a otros programas que se basan en este mecanismo, lo que le trajo fuertes críticas por parte de Gustavo Álvarez, Hernán Peláez y otros periodistas.
Lo curioso de ese entonces fue que el ministro Carrillo contradijo a Posada diciendo que la parodia era un género inherente a la libertad de expresión y que limitarla era un atentado contra la garantía de la democracia, por lo que el Gobierno no acompañaría ningún proyecto de ley que pretendiera limitar la parodia, por lo que fue un anuncio que dejó muy mal parado al señor Posada en ese momento.
Fuera de este episodio es públicamente conocido que Augusto Posada ha ejercido censura desde los cargos que ha ostentado, especialmente el que tiene ahora como Presidente del Fondo Nacional del Ahorro, en donde llegó pasando cuentas de cobro a los medios que alguna vez publicaron algo que no le pareció o lo cuestionaron en algún momento, generando que este señor decidiera no conceder entrevistas a estos medios, además de bloquearlos comercialmente y hacerles una especie de Guerra Fría para afectarlos por todos los sectores posibles.
En tal virtud es risible que Posada denuncie una supuesta censura por parte de Asofondos al Fondo Nacional del Ahorro, pues según él la asociación lo censuró porque le pidieron que cambiara una publicidad que podía generar polémica o malos entendidos en la Asamblea de Asofondos.
En esa razón 360 Radio consultó a esta asociación y rechazaron tajamente esta afirmación de Posada, pues aseguran que simplemente se hicieron recomendaciones que todas las entidades participantes tenían que cumplir.
Al parecer Augusto Posada tiene delirios de persecución, cuando él mismo se ha encargado de perseguir y censurar a medios de comunicación que no son afines a su gusto.