La construcción del viaducto en el kilómetro 58 de la vía Bogotá–Villavicencio, uno de los puntos más críticos del corredor debido a sus constantes problemas geológicos, se encuentra en su etapa final con un avance superior al 90%.
Avance del viaducto en el km 58 de la vía Bogotá–Villavicencio: incertidumbre sobre su operación y mantenimiento
Para transportadores como para los habitantes de la puerta al llano la entrega y operación de esta obra clave sigue siendo motivo de debate entre el Instituto Nacional de Vías (Invías) y Coviandina, concesionario a cargo de la vía.
El proyecto, liderado por Invías, busca resolver las interrupciones recurrentes causadas por derrumbes y deslizamientos en esta zona. La culminación de la obra está prevista para diciembre de 2024, tras lo cual se entregará a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). No obstante, la puesta en operación depende de un acuerdo con Coviandina, dado que el viaducto se encuentra en un corredor concesionado.
Durante el congreso anual de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), desarrollado en Cartagena, Juan Carlos Montenegro, director de Invías, aseguró que Coviandina fue informada del diseño del viaducto desde el inicio del proyecto.
Sin embargo, representantes de Proindesa, holding de Coviandina, reiteraron que no han tenido acceso a los estudios ni al diseño técnico del puente. Según la concesión, esta información sería esencial para garantizar una operación segura y adecuada del tramo.
Por otro lado, Montenegro enfatizó que Invías ha cumplido con los procesos de socialización del proyecto desde su planeación inicial.
El kilómetro 58 ha sido históricamente un dolor de cabeza para los usuarios de la vía al Llano. Los constantes cierres por fenómenos naturales no solo han afectado la conectividad entre Bogotá y Villavicencio, sino que también han impactado la economía de la región, dificultando el transporte de alimentos y otros bienes esenciales.
El viaducto promete ser una solución definitiva, ya que su diseño permite sortear la inestabilidad geológica del terreno. Sin embargo, si no se resuelve pronto quién asumirá su operación y mantenimiento, el propósito de la obra podría verse comprometido.
Con la obra a punto de ser entregada, la ANI tendrá la tarea de negociar con Coviandina para definir si el concesionario se encargará del tramo. De no lograrse un acuerdo, el Invías deberá buscar alternativas para garantizar que el viaducto entre en funcionamiento sin demoras.
La conclusión de este proyecto es vital para mejorar la seguridad y la eficiencia de la vía al Llano, pero la falta de claridad en los acuerdos pone en evidencia la necesidad de una mayor coordinación entre las entidades involucradas. Mientras tanto, los usuarios esperan con ansias una solución definitiva a los históricos problemas del corredor.
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