Un líder no se queda en proponer palabras, deshilvanadas, sin hilo conductor, sin saber a qué tipo de sociedad se refiere, con que otras variables se relaciona, y cómo se logra cambiar estas penosas realidades en que vivimos.
Por: Cecilia López
Un líder no se queda en proponer palabras, deshilvanadas, sin hilo conductor, sin saber a qué tipo de sociedad se refiere, con que otras variables se relaciona, y cómo se logra cambiar estas penosas realidades en que vivimos. Pero de eso, de contexto actualmente, de nuevo nada, pero nada de nada.
Al escuchar las presentaciones de este sin número de candidatos, precandidatos y hasta excandidatos, inclusive antes de las elecciones, se han revivido dos fenómenos. El primero es la compra de votos que ha tomado una dimensión cinematográfica, con fotos manejando billetes como si fueran votos, lo que crea una confusión visual y moral. Sus protagonistas están en las portadas de los medios convertidos en personajes que se destacan por esa hazaña de manera que el mensaje es que comprar votos paga, no solo en acceso al poder sino en imagen. Que tal. Algunos están usando este protagonismo como motor de sus campañas, háganme el favor.
Lo segundo que florece como si estuviéramos en primavera es el pobre contexto. La mejor manera de definirlo es que se ha convertido en el receptor de todas las burradas de los que aspiran al poder, de todas sus equivocaciones y de su salida cuando sin pudor la embarran profundamente. Es decir, esta inmensa población dedicada a tratar de ganarse la voluntad de los electores, ante la apatía que impera, hablan y hablan y siempre saben que al final, cuando no tengan otra salida ante la burla de los pobres que los escuchan, es acudir a la manida frase de «me sacaron de contexto.» Es decir, el pobre contexto se ha convertido en el refugio de esas frases absurdas que se están escuchando más que nunca en los innumerables y aburridos debates de estos personajes desesperados por conquistar el favor popular.
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Pero nuestro querido y abusado contexto también tienen un lugar positivo que ocupar en estos momentos críticos: volver a su verdadero ser: «el conjunto de posiciones que rodean una situación y sin las cuales no se puede comprender… nada.» Pues bien, para reivindicarlo, llegó la hora de ocupar el puesto que se merece en la campaña política actual porque lo que les falta precisamente a los candidatos de todos los pelambres es precisamente eso, contexto.
Un líder no se queda en proponer palabras, deshilvanadas, sin hilo conductor, sin saber a qué tipo de sociedad se refiere, con que otras variables se relaciona, y cómo se logra cambiar estas penosas realidades en que vivimos. Pero de eso, de contexto actualmente, de nuevo nada, pero nada de nada. Ese contexto solo se puede construir cuando se ha pensado largo tiempo en el país. Pero penosamente se debe reconocer que muchos de los que compiten hoy tienen solamente ideas fijas y todo lo que se aparte de ellas no existe. Eso es lo que se llama un pobre contexto.
De manera que mi querido contexto no te deprimas porque, aunque nadie te mencione sino para esconder su ignorancia, te llegó la hora de recuperar esa posición digna que te mereces y salir del abuso descarado que se hace de ti permanentemente. En vez de mi querido y subvalorado contexto pasemos a pedirle contexto a los que esperan manejar este país.