El Banco Sabadell ha confirmado oficialmente su salida de Colombia, marcando el fin de una presencia de casi una década en el país. La decisión fue ratificada el pasado 29 de octubre, cuando la Superintendencia Financiera de Colombia emitió la resolución que cancela la licencia de operación de la entidad en el territorio nacional.
Razones detrás de la salida del Banco Sabadell de Colombia
Con esta medida, se hace efectiva la retirada de la entidad bancaria española, que ya había tomado la decisión de abandonar el mercado colombiano a principios de este año, una estrategia que también se implementó en otros países como Brasil y Perú.
Razones detrás de la decisión
Según fuentes cercanas a la entidad, la decisión de cerrar sus operaciones en Colombia estuvo motivada principalmente por el contexto económico y político del país. En particular, el Banco Sabadell no quiso asumir más riesgos crediticios debido a la alta incertidumbre inflacionaria y las difíciles condiciones en el sector energético.
La situación, que afectaba a varios de sus clientes, especialmente en el sector energético, también fue un factor determinante. Muchos de estos clientes habían experimentado una disminución de actividad, lo que generó mayores preocupaciones sobre la viabilidad de continuar operando en un entorno de alto riesgo.
Además, la reciente pérdida del grado de inversión por parte de Colombia, una situación que también afectó a Panamá, donde el banco mantenía operaciones, fue otro de los factores clave para tomar la decisión de salir. La pérdida de este estatus por parte del país representó un riesgo adicional para el banco, lo que aceleró el cierre de sus oficinas en Colombia y Panamá.
Proceso de liquidación
Según lo estipulado por la Superintendencia Financiera, el proceso de salida del banco comenzó oficialmente el 11 de octubre, cuando la entidad reguladora autorizó el cierre de la oficina en Colombia. Posteriormente, el Banco Sabadell tuvo un plazo de 10 días para formalizar la resolución y completar el proceso de disolución de la entidad.
Este proceso, según explicó Andrés F. Alonso Z., coordinador del área de Derecho Corporativo de OlarteMoure, implica no solo el cierre de operaciones comerciales, sino también el inicio formal de la liquidación de la entidad.
“Una vez obtenida la autorización, el siguiente paso es la disolución formal de la entidad, lo que implica la cesación de todas sus operaciones comerciales y el inicio del proceso de liquidación,» explicó Alonso. De esta manera, el banco pone fin a sus actividades en Colombia, lo que se traducirá en el cierre definitivo de todas sus cuentas y servicios.
El Banco Sabadell arribó a Colombia en 2015, con el objetivo de expandir su presencia internacional y ofrecer una gama de servicios financieros a empresas locales e internacionales. Durante sus primeros años, se destacó por ofrecer productos financieros especializados, como créditos bilaterales, créditos sindicados y financiamiento de proyectos. Además, tenía contacto regular con empresas españolas que operaban en el país, así como con actores del sector público y privado colombiano.
En sus primeros años de operación, el Banco Sabadell también entabló relaciones con el Grupo Gilinski, uno de los conglomerados financieros más importantes de Colombia, logrando adquirir hasta un 7% de participación en la entidad española. Sin embargo, con el tiempo, esta participación disminuyó hasta llegar a menos del 3%, según informes de fuentes cercanas al banco.
En términos de participación financiera, el Banco Sabadell también había tenido una participación cercana al 5% en el banco GNB Sudameris, una entidad financiera colombiana que en su momento estuvo bajo la propiedad del Grupo Gilinski. No obstante, esta relación fue cancelada hace poco más de cinco años, lo que marcó el comienzo de una serie de ajustes en las operaciones del banco en la región.
En cuanto a su situación financiera, el Banco Sabadell en Colombia gestionaba una cartera aproximada de US$500 millones, aunque no se conocen mayores detalles sobre las operaciones, dado que la entidad operaba principalmente como una oficina de representación en el país. La sede de las operaciones colombianas estaba centralizada en Estados Unidos, desde donde se financiaban muchas de sus actividades.
La salida del Banco Sabadell es un reflejo de los cambios que atraviesa el sector financiero colombiano, que ha tenido que adaptarse a las nuevas realidades económicas y políticas. La decisión de la entidad española resalta las dificultades que enfrentan los bancos internacionales en un entorno de creciente incertidumbre económica y política en Colombia y otros países de la región.
El mercado financiero colombiano continúa mostrando señales de consolidación y reestructuración, con otras entidades también reevaluando su presencia en el país.
Sin embargo, la retirada de un jugador internacional como el Banco Sabadell es un recordatorio de los retos que enfrentan las instituciones financieras extranjeras en mercados como el colombiano, donde la inestabilidad política y las fluctuaciones económicas pueden hacer que las operaciones se vuelvan insostenibles a largo plazo.
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