¡Bancos, a retribuir de lo que han ganado!

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Por: David Barguil

El país vive tiempos complejos y hoy impera la necesidad no sólo de reactivar cuanto antes la economía, sino de ponerse en los zapatos del ciudadano de a pie. La nueva reforma tributaria que viene en camino es la oportunidad para aplicar al pie de la letra el concepto de equidad tributaria: que los sectores que durante años han salido favorecidos de la política económica con altísimos beneficios tributarios, como lo son por ejemplo el financiero y los administradores de los fondos de pensiones, contribuyan más al Estado, alivianando la carga impuesta a la clase trabajadora. 

Recordemos que en la pasada ley de crecimiento económico o ley 2010 de 2019 se aprobó por parte del Congreso la reducción gradual de la tarifa general del impuesto de renta para todas las personas jurídicas. De esta manera, se dio continuidad a la tendencia a la baja en el impuesto iniciada por la ley de financiamiento cuando la tarifa del 37% pasaba al 33% en el año gravable 2019, al 32% en el año 2020, luego al 31% en 2021 y a partir del 2022 quedaba en 30%. En ese momento, como ahora, el sector financiero brillaba por estar en bonanza debido a sus ganancias en los últimos años que cuadruplican el crecimiento del PIB. 

Por supuesto, no podíamos permitir que un sector que se ha enriquecido gracias a la política tributaria de nuestro país, terminara siendo beneficiada y redujera sus aportes al Estado. Por ello, incluimos una sobretasa de cuatro puntos para los bancos que logramos aprobar con el apoyo de todos los partidos políticos. Esta sobretasa fue demandada ante la Corte Constitucional, pero hace unas semanas el alto tribunal nos dio la razón y declaró exequible nuestra iniciativa. 

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Así las cosas, la banca deberá aportar con una tarifa del 36% (sobretasa de cuatro puntos) en 2020, del 34% en 2021 (sobretasa de tres puntos), del 33% en 2022 (sobretasa de tres puntos) y del 2023 en adelante del 30% como el resto de sectores. De esta contribución se recaudarán aproximadamente dos billones de pesos destinados a la construcción de la red vial terciaria, conectando las regiones más apartadas de Colombia.

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Ahora bien, en la nueva reforma tributaria, y dadas las condiciones actuales de la economía nacional, se hace necesario replantear seriamente esa disminución gradual del impuesto de renta al sector financiero, aún con sobretasa incluida.

Es inmoral decirle al colombiano de a pie que contribuya con nuevos o más impuestos, mientras a los bancos se les disminuye la carga.

Es más, esta semana demostramos con datos de la DIAN que en los últimos años dicho sector ha pagado menos impuesto de renta que la propia administración pública, que sectores como salud, agropecuario y otros. Incluso, ha contribuido menos que el promedio ponderado de todos los sectores que declaran renta. Para rematar, sus ganancias acumuladas al 2020, aún en plena pandemia, fueron de 10 billones de pesos, según el informe de actualidad financiera de la Superintendencia Financiera.

Por tal motivo, proponemos que para la nueva reforma tributaria se aumente la sobretasa en renta a los bancos. Como a partir del año 2023 la tarifa general va a quedar en 30%, planteamos una sobretasa permanente de seis puntos para el sector financiero. Es decir que su aporte al Estado sería de 36% sin disminuciones en los siguientes años. Además, el recaudo que se logre se destinaría en un 50% a las vías rurales y el otro 50% al mejoramiento de la infraestructura educativa del país.

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Según nuestras estimaciones, el recaudo adicional será aproximadamente de un billón de pesos al año. Entonces, el sector financiero, sólo con el mantenimiento de la sobretasa en renta, puede contribuir en porcentaje a la devolución de las grandes exenciones de las que ha sido beneficiario.

La construcción de una política tributaria progresiva, orientada a la reducción de las marcadas desigualdades en Colombia, nos exige asignar de manera responsable las cargas fiscales impuestas a los ciudadanos. Indudablemente la equidad tributaria debe apuntar a recaudar con mayor premura aquellos sectores que más se han beneficiado, como el financiero. De esta forma, lograremos alivianar las cargas impuestas a los colombianos ubicados en los peldaños intermedios y bajos de la pirámide de ingresos, permitiéndoles hacer su aporte en la medida de su capacidad real. 

Finalmente, el componente equitativo también apunta a que los ciudadanos que por su difícil situación no tienen capacidad de contribución, se beneficien del componente solidario y de redistribución vertical del sistema tributario, enriquecido por un mayor aporte de los que se han visto favorecidos de su actividad económica y se encuentran en bonanza.

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