La discusión sobre el salario mínimo para 2026 comenzó con un tono más encendido de lo habitual. Aunque la mesa de concertación salarial se instaló formalmente el pasado lunes 1 de diciembre en el despacho del Ministerio del Trabajo, bajo la dirección de Antonio Sanguino, el primero en romper la prudencia fue el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien no dudó en elevar la presión pública alrededor de la negociación.
Tensión en el debate del salario mínimo 2026: Benedetti exige fuerte incremento y Sanguino responde
El ministro del Interior aclaró que sus palabras no respondían al rol institucional que ocupa, sino a su postura personal y a su cercanía con los trabajadores. “No hablaré como ministro ni como colega de él. Hablaré como una persona que siempre ha sido amiga de la clase trabajadora. Yo creo que el salario mínimo debe estar en dos dígitos”, insistió.
Como argumento, Benedetti comparó el salario mínimo colombiano con el de otros países de la región. Mencionó, por ejemplo, el caso de Costa Rica, donde el mínimo supera los US$780, mientras que en Colombia ronda los US$323. A su juicio, el nivel actual es “muy bajito” y un aumento significativo podría traducirse en “mayor productividad”.
Me perdona mi amigo y colega @AntonioSanguino, pero voy a hablar como una persona que siempre ha estado cercana a la clase trabajadora: el aumento del salario mínimo debe ser de dos dígitos. pic.twitter.com/mXebD7WrPL
— Armando Benedetti (@AABenedetti) December 2, 2025
La respuesta de Antonio Sanguino no tardó en llegar. A través de sus redes sociales, el ministro del Trabajo agradeció el aporte a la discusión y reiteró la apertura del Gobierno para debatir la fijación del salario en la mesa de concertación. “Con rigor y con el corazón en la mano, ojalá en la mesa de concertación, a la que estás invitado”, escribió.
Sanguino también aprovechó para hacer una aclaración personal frente a las palabras de Benedetti. “Nada que perdonar, colega y amigo Benedetti. Yo no he sido ‘cercano’ o ‘amigo’ de la clase trabajadora; soy trabajador, hijo de campesinos catatumberos, pobres y sin tierra, convertidos luego en trabajadores informales o por cuenta propia, y sé y siento muy bien lo que significa un salario digno en la Colombia de hoy”, afirmó en su cuenta de X.
Con estas primeras declaraciones, el Gobierno abre un debate que, históricamente, suele ser complejo y altamente sensible. Mientras los gremios empresariales preparan sus posiciones y las centrales obreras afinan sus propuestas, las palabras de Benedetti ya marcaron el tono de una discusión que promete tensiones y un seguimiento público más intenso que en años anteriores.
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