La vía Bogotá–Girardot, uno de los corredores con mayor flujo vehicular del país, estrenó un Centro de Control de Operaciones (CCO) renovado y fortalecido que ya coordina, desde Fusagasugá, la gestión de incidentes, la supervisión del tráfico y la articulación de todos los equipos técnicos que operan en el tramo.
Con esta apuesta, el concesionario Sumapaz busca garantizar una movilidad más eficiente y una atención más rápida para los millones de conductores que transitan cada año por la carretera.
Centro de control moderniza la operación y seguridad en la vía Bogotá–Girardot
El nuevo centro integra herramientas que permiten monitorear en tiempo real lo que ocurre a lo largo del corredor, en especial tras la ampliación de más de 150 kilómetros realizada durante los últimos cuatro años. Allí se controlan los sistemas tecnológicos de la vía, que incluyen 11 puestos de emergencia, 36 paneles de mensajería variable para informar a los usuarios y cuatro estaciones meteorológicas capaces de detectar condiciones adversas y emitir alertas oportunas.
De acuerdo con el concesionario, este CCO está preparado para atender hasta 35.000 incidentes anuales, un volumen que exige coordinación precisa entre grúas, ambulancias, carros-taller y equipos de inspección vial y de mantenimiento. La centralización de estas operaciones, aseguran, mejora los tiempos de respuesta y eleva los estándares de seguridad en un corredor donde el flujo constante de vehículos exige atención permanente.
La modernización también llegó a los servicios para los viajeros. En puntos como Nilo y Fusagasugá se habilitaron áreas de descanso con telefonía gratuita, baños, enfermería, alimentación, parqueaderos y zonas seguras. Estos espacios buscan impulsar una cultura de conducción responsable, facilitando que los usuarios hagan pausas en trayectos prolongados para reducir riesgos asociados al cansancio.
En materia ambiental, el concesionario explica que la vía avanza hacia un modelo energético más sostenible. Actualmente, paneles solares abastecen cerca del 20 % de la electricidad que requiere la estación de peaje de Chusacá, mientras que la iluminación LED del túnel reduce el consumo energético en un 80 %. Además, continúa la electrificación de la flota operativa, que ya integra 30 vehículos impulsados con electricidad 100 % renovable para el funcionamiento del túnel.

La infraestructura también refleja el alcance del proyecto. La vía Sumapaz cuenta con 40 puentes vehiculares, 67 kilómetros de tercer carril en doble calzada, cuatro túneles cortos, la intervención del túnel de Sumapaz, variantes urbanas y una ciclorruta. Todo esto permite que hoy el corredor disponga de seis carriles tres por sentido, lo que ha mejorado la fluidez frente a los años en los que la construcción imponía fuertes restricciones.
Con estas intervenciones, los tiempos de desplazamiento se han reducido. Según el concesionario, el trayecto entre el puente vehicular de Sibaté y Girardot toma, como máximo, dos horas, aunque puede ser menor según el flujo vehicular. El límite de velocidad sigue siendo de 80 kilómetros por hora en la mayor parte del recorrido, con reducciones obligatorias en pasos urbanos como Fusagasugá y Silvania, donde aún no existen variantes.
Con la puesta en marcha del centro de control, la vía Bogotá–Girardot entra formalmente en su fase de operación plena, consolidándose como un corredor más seguro, moderno y sostenible.
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