Bolsonaro y el despertar de Brasil

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Por: Juan David García Ramírez


El escenario político latinoamericano continúa su tendencia positiva hacia el cambio, con nuevos movimientos, partidos y líderes que han decidido enfrentar las ambiciones totalitarias de quienes, en el decenio pasado, anunciaron la llegada de la Nueva Izquierda. Los defensores del populismo en América Latina, al estilo de Ernesto Laclau (ya fallecido) y Atilio Borón, vieron en Lula Da Silva, Chávez, Evo Morales, José Mujica y Cristina Fernández de Kirchner, a los redentores de los oprimidos e indefensos, capaces de vencer las injusticias sociales y de poner los puntos sobre las íes al Imperio. Hoy se horrorizan ante las victorias electorales, tanto en América Latina como en el resto del mundo, de lo que ellos llaman “la ultraderecha reaccionaria”, cuando en realidad se trata solamente del centro derecha o de la derecha liberal. También miran con espanto el ascenso y su consolidación en la competencia electoral, de candidatos del otro lado del espectro ideológico.

En la más reciente encuesta de intención de voto para las elecciones presidenciales en Brasil, llevada a cabo por la firma encuestadora IBOPE, Jair Mesías Bolsonaro, el candidato del Partido Social Liberal, se posiciona como el favorito para convertirse en presidente el próximo 7 de Octubre, con el 28% de la preferencia entre los encuestados. La distancia con el nuevo competidor del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, es de nueve puntos, aunque este pasó rápidamente del 8 al 19% en intención de voto. En las siguientes posiciones se situaron el laborista Ciro Gomes (11%), Geraldo Alckmin (7%) y Marina Silva (6%).

A pesar de encontrarse en pleno proceso de recuperación, por el atentado que sufrió hace dos semanas, Bolsonaro continúa avanzando y las manifestaciones multitudinarias en su apoyo, en las principales ciudades brasileñas, muestran la necesidad sentida de cambio en una de las democracias más grandes del mundo. Pero una vez más, como no forma parte del establecimiento político izquierdista, las noticias sobre Bolsonaro se ciñen a las descalificaciones que trae el guión o manual de estilo de la izquierda, para referirse a cualquier representante de partidos o movimientos que desbaratan su hegemonía de los últimos años: machista, racista y homofóbico. No hay una sola palabra sobre las reformas liberalizadoras que ha propuesto para impulsar el crecimiento económico, generar nuevos empleos y lograr una mayor inserción de una potencia como Brasil en el concierto internacional. Tampoco hay comentarios ni análisis acerca de la agenda de Bolsonaro para combatir al crimen organizado y restaurar la seguridad y el orden en el país, sumido en el caos por índices altísimos de homicidios, hurtos y violaciones.

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En la sesión del Parlamento Europeo del 11 de Septiembre pasado, el polémico y reconocido europarlamentario Nigel Farage, del Partido por la Independencia del Reino Unido (United Kingdom Independence Party), manifestó su preocupación por la forma en que el Nuevo Orden Mundial intenta destruir las sociedades democráticas, señalando al magnate George Soros como uno de los más grandes promotores de la desestabilización en todo el mundo. Al mismo tiempo, celebró que los ciudadanos estén despertando en Europa, Estados Unidos y América Latina, para rechazar la instalación de nuevas tiranías y defender su derecho a elegir. Si las palabras de Farage pueden aplicarse a Brasil y a nuestros países, es claro que ese despertar ya está ocurriendo, y que el restablecimiento de la democracia y las libertades pronto terminará llegando a Venezuela y Nicaragua.

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