Un reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha sacado a la luz una alarmante realidad en cuanto a la desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres en Colombia
Brecha salarial y consumo entre géneros en Colombia
El estudio indica que los hombres autoempleados alcanzan su máximo ingreso a los 42 años, con un promedio de $9,28 millones anuales. Por su parte, los empleados tienen su pico de ingresos a los 36 años, lo que indica que, en general, los hombres tienden a recibir compensaciones más altas que las mujeres a lo largo de su carrera laboral.
Las cifras son aún más reveladoras cuando se comparan las ganancias de empleados y autoempleados. En este sentido, los empleados obtienen un ingreso máximo que supera en $12,7 millones al de los autoempleados en el mismo rango de edad.
Esta diferencia puede atribuirse a múltiples factores, como la informalidad laboral y los niveles educativos. Aquellos con menor nivel educativo suelen tener menos oportunidades de acceder a empleos formales y mejor remunerados.
El impacto en el consumo
El informe también revela diferencias significativas en el consumo entre géneros. En 2021, los hombres gastaron en promedio $835.542 más que las mujeres. A medida que las personas envejecen, el consumo tiende a incrementarse, alcanzando $18,8 millones en la etapa adulta y subiendo a $19,3 millones en la tercera edad. Este aumento en el consumo se observa especialmente en áreas críticas como la salud y la educación.
El gasto en salud representa el 28% del total del gasto público en el país, seguido de cerca por la educación, que ocupa un 18,8%. El informe destaca que, en los primeros años de vida, el gasto en educación es particularmente alto, alcanzando su punto máximo a los 18 años. Curiosamente, el consumo en categorías distintas a salud y educación, como vestuario, alimentación y recreación, constituye un impresionante 53,2% del total.
La diferencia de ingresos y el comportamiento del consumo entre hombres y mujeres en Colombia reflejan una desigualdad estructural que persiste en la sociedad. Las mujeres, a menudo responsables del cuidado del hogar y los hijos, se enfrentan a obstáculos significativos que limitan su capacidad de generar ingresos. Esta dinámica no solo afecta su bienestar económico, sino que también perpetúa ciclos de pobreza en muchas familias.
La realidad presentada por el DANE es un llamado a la acción para abordar estas desigualdades. Es crucial que las políticas públicas se orienten a cerrar la brecha de género en el empleo, promoviendo la inclusión y el acceso equitativo a oportunidades laborales para todos.
El informe del DANE pone de manifiesto que, aunque hay avances en algunos sectores, la brecha salarial entre hombres y mujeres en Colombia sigue siendo un desafío considerable. Para fomentar una sociedad más equitativa, es fundamental que se implementen estrategias que promuevan la igualdad de género en el ámbito laboral y que se garanticen oportunidades justas para todas las personas, independientemente de su género.
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