Buen momento ganadero

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La importancia de las exportaciones no tradicionales «consolida un buen momento ganadero, no como un “cuarto de hora”, sino como oportunidad con vocación de futuro».


Por: José Félix Lafaurie

En medio de la debacle económica por la pandemia, el ministro de Comercio dio cuenta de la importancia de las exportaciones no tradicionales en la recuperación, con la carne bovina en un destacado lugar “de podio”.

Esa tendencia consolida un buen momento ganadero, no como un “cuarto de hora”, sino como oportunidad con vocación de futuro, a la cual debemos sumar, con el apoyo del Gobierno, la recuperación del sector lácteo, “mal encadenado” a una industria que persiste en importaciones masivas, innecesarias y perjudiciales para los ganaderos.

¿Por qué nuestra confianza en el futuro de la carne bovina? Veamos:

1.- El consumo por habitante/año disminuyó 1,5 kilos en 2020, equivalente a no sacrificar 437 261 bovinos. Semejante sobreoferta habría derrumbado el precio al ganadero, como sucedió en 2009, cuando cayó por el cierre del mercado venezolano, pero el menor precio no se trasladó al consumidor, sino que enriqueció a los especuladores.

2.- ¿Qué pasó en 2020? Que las ventas externas salvaron a la ganadería, pues además de 267.107 animales exportados, se vendió en carne el equivalente a 198 207 adicionales. Es decir, que lo que dejó de sacrificarse para el mercado local fue exportado a más de 25 países y, como consecuencia, el precio al ganadero recuperó su tendencia de crecimiento.

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3.- Ahora bien, en cifras constantes, con base enero de 2006, el precio del novillo gordo/kilo en pie en 2008, año pico en ventas a Venezuela, era de $2.105 y en febrero de 2021 de apenas $2.101; es decir, que con lo que hoy recibe un ganadero compra menos de lo que compraba 12 años atrás. Y si en marzo de 2021 el precio repuntó hasta $2.238, no es que el ganadero se esté enriqueciendo, sino recuperando lo perdido en más de una década.

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4.- En cifras nominales, el precio al ganadero, por supuesto, sube con la inflación. En junio de 2018, antes de perderse del estatus sanitario, el kilo en pie promedió $4.844. Durante la suspensión, hasta enero de 2020, cayó a $4.347, y en septiembre apenas igualaba al de 2018. Una vez más, el tiempo se detuvo para el ganadero, y el repunte hasta $5.535 en marzo de 2021, es una recuperación a partir de la cual, eso sí, se despeja el horizonte ganadero.

5.- Es optimismo justificado, porque el mundo demanda carne de animales alimentados con pasturas, como la nuestra, y porque somos competitivos en precio. En febrero de 2021 el de nuestro kilo en pie fue de 1,45 dólares, en Brasil de 1,75; Uruguay 1,82; Argentina 2,01; México 2,14; Estados Unidos 2,51, y en Australia 2,92 dólares, ¡el doble de nuestro precio! Las cifras lo dicen todo.

6.- Finalmente, la tasa de extracción -porcentaje de animales sacrificados-, estuvo por el 17% hasta 2012, entre 19 y 20 % en el lapso 2012 – 2015, y cayó a 14,4 % en 2020, pero no por menos sacrificio, sino por el crecimiento del hato con más de cinco millones de animales de contrabando, que ocasionaron la pérdida del estatus y habrían impactado el precio, de no ser porque, durante la última década, fortalecimos también el proyecto exportador que, junto con el énfasis en ganadería sostenible, hoy es el futuro de la ganadería colombiana.

Nota Bene. Que un vocero del actual gobierno fue a decirles a los elenos que no firmaran cese al fuego con Santos sino con Duque, y que “el ELN creyó ese mensaje”, es una desvergonzada mentira que ni el mismo Santos se la cree…y que fue desmentida por el propio ELN.

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