Hay toreros que salen muy molestos e incómodos de Cañaveralejo. También, los mozos de espada, hay gente que se presenta alicorada, hay gente que grita con completo descontrol, que insulta a los toreros.
Por: Redacción 360 Radio
La Feria de Cali estuvo en vilo luego de una decisión de Gustavo Petro frente a la situación presentada con el niño torero. El 28 de diciembre se recibió ese anuncio, sin embargo, se hizo la corrida con Alejandro Talavante, Emilio de Justo y Andrés Roca Rey, un cartel que dignamente se puede presentar en la Plaza de Toros de México, en la Maestranza en Sevilla o en Las Ventas de Madrid.
Es loable el esfuerzo de los empresarios españoles por sacar esta feria adelante, una feria que tuvo seis festejos, una feria que junto a Manizales son las únicas que quedan en Colombia, pero no es de ahora que se le ha hecho críticas a la plaza por su mal comportamiento durante las corridas.
Primero porque las corridas hay que saberlas ver. Este medio de comunicación estuvo presente en toda la feria de toros, en Cañaveralejo caben 14 mil espectadores, se ha convertido en arena para atraer conciertos y distintos shows, pero en este caso la plaza recibe fuertes críticas por parte de periodistas internacionales especializados en el mundo del toro porque una de las cosas que distancia y diferencia a los que saben ver toros de a quienes los critican es que al ir a una corrida entienden que nunca, ni por un solo segundo se atraviesa en la cabeza ir a ver sufrir un animal.
El que es amante de una corrida de toros va primero, como se diría vulgarmente ‘por el ambiente’ pero no ambiente de licor y música, sino el de poder ver a las cuadrillas, a las ganaderías, a los ejemplares en cada una de sus diferentes castas.
La gente va a ver el paseillo, los trajes de toreros, a mirar los lances que hace un torero a través de verónicas, como recibir un torero a portagayola, hacer chicuelinas, entre otros. A eso va la persona a toros. Y, en el término de una corrida, la idea es guardar silencio, no se pide música sin haber salido el toro, tampoco cuando el toro va a ir donde el picador para recibir la puya, el toro tiene que recibir la puya y no es de uno ni dos segundos, todo depende del estado del ejemplar y de lo que el torero pueda indicar. ¿Pero por qué no se cumple en Cañaveralejo?
Si el castigo tiene que ser suave, medio o severo; pero en la plaza de Cali el toro no ha llegado al caballo y ya lo están pitando. Es imposible que un torero trate de igualar un toro para la suerte final porque el ruido no deja; la presión a la presidencia para indultar cualquier toro que muestra en 2 o 3 faenas buenos movimientos es impresionante.
De manera que hay toreros que salen muy molestos e incómodos de Cañaveralejo. También, los mozos de espada, hay gente que se presenta alicorada, hay gente que grita con completo descontrol, que insulta a los toreros. Solamente en el festejo del 28 de diciembre la policía tuvo que intervenir siete veces en distintos tendidos por altercados de personas, lo que ha provocado que en Colombia muchos taurinos no vayan a Cali, porque no les gusta la plaza, porque no entienden realmente las suertes del toreo, el proceso de una corrida.
No entienden la técnica que se hace para torear, lo que ha provocado que se genere una afectación a la feria taurina por parte de los gobiernos y antitaurinos, pero también cuando la feria empieza a dinamizarse por dentro por un mal público pues el final es inevitable. No se puede convertir a Cali en una ‘feria vulgar de pueblo’ o en una ‘becerrada’.
Está en cuestionamiento esta capacidad de una parte de la afición que va a Cañaveralejo para ver toros porque no entiende realmente el festejo, no comprende la majestad de la lidia y terminan sirviendo de muy mal ejemplo a los antitaurinos claramente para que ataquen a la fiesta taurina, entonces sí debería haber intervención de las autoridades de la plaza, mejorar las requisas al ingreso.
Es solo cuestión de comparar. ¿Por qué Manizales puede cobrar boletas a 600 mil pesos y tener mejores carteles? Pues, porque va mejor afición, tienen más patrocinios pero también a que tiene un mejor público y Cali, en Cañaveralejo, tiene que reflexionar sobre eso porque no son silbidos, no son gritos, no es la bulla lo que permite que una corrida se desarrolle en su plenitud y además ganarse mala fama con los toreros les puede estar costando muchísimo.