El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de su cuenta de Truth Social que su administración ha autorizado la reactivación de la producción de carbón en el país.
Según el mandatario, esta medida busca recuperar la competitividad energética de Estados Unidos tras años de regulaciones ambientales que, a su juicio, han beneficiado a China y otros países. Trump señaló que China ha abierto cientos de plantas de carbón, obteniendo así una “enorme ventaja económica” sobre Estados Unidos. Para contrarrestar esta situación, su administración comenzará inmediatamente a producir energía con lo que él denominó “carbón hermoso y limpio”.
La industria del carbón en Estados Unidos ha sido, por décadas, un pilar fundamental en la generación de energía y el desarrollo industrial del país. Sin embargo, en los últimos años, ha experimentado una transformación significativa debido a factores económicos, ambientales y tecnológicos, lo que ha llevado a una disminución en su producción y consumo interno.
Tendencias en la industria del carbón en Estados Unidos: producción, consumo y exportaciones
De acuerdo con datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), en 2023 la producción de carbón alcanzó los 577,9 millones de toneladas cortas (MMst), lo que representó una caída del 2,7% respecto a 2022.
Para 2025, se proyecta una reducción adicional del 14,2%, situándose en 499 MMst. Esta tendencia a la baja responde a la creciente competitividad de otras fuentes de energía y a políticas medioambientales más estrictas.
El consumo interno de carbón también ha disminuido notablemente. En 2023, el consumo total fue de 425,9 MMst, una caída del 17,4% en comparación con el año anterior.
El sector eléctrico, que tradicionalmente ha sido el mayor consumidor de carbón, representó 387,2 MMst de este total. Se prevé que la participación del carbón en la generación de electricidad alcance un mínimo histórico del 16,1% en 2024, mientras que el gas natural, la energía nuclear y las energías renovables ganan terreno en la matriz energética del país.
A pesar de la disminución en la producción y el consumo interno, las exportaciones de carbón han mostrado una tendencia al alza. Según proyecciones de la EIA, en 2024 las exportaciones podrían alcanzar los 103 MMst, un incremento del 3% en comparación con 2023.
Gas natural: el principal competidor del carbón
Uno de los factores clave en la disminución del uso del carbón es la competitividad del gas natural. Por primera vez en la historia, se prevé que en 2024 el gas natural sea más barato que el carbón en Estados Unidos. La EIA estima que los precios al contado del gas se situarán en un promedio de 2,15 dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBTU), en comparación con los 2,45 dólares del carbón.
Esta ventaja en costos ha llevado a muchas plantas eléctricas a optar por el gas natural, reduciendo aún más la demanda de carbón.
Transición energética y sus desafíos
Desde la implementación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en 2022, Estados Unidos ha acelerado su transición hacia fuentes de energía más limpias. Esta legislación ha incentivado la expansión de la capacidad de energías renovables y ha atraído inversiones significativas en tecnologías limpias.
No obstante, este cambio también ha generado desafíos, particularmente en las regiones que dependen de la industria del carbón, donde las comunidades se enfrentan a la necesidad de adaptarse a nuevas realidades económicas.
Además, la industria del carbón está en el centro de debates políticos y legales. En noviembre de 2024, Texas y otros 10 estados republicanos presentaron una demanda contra BlackRock, Vanguard y State Street, acusándolos de prácticas anticompetitivas relacionadas con sus inversiones sostenibles.
Según los demandantes, estas compañías han conspirado para restringir el mercado del carbón, lo que ha resultado en un aumento en los costos de la electricidad.
El carbón en Estados Unidos se utiliza principalmente para tres fines clave: generación de electricidad, producción de acero y otras aplicaciones industriales. Aunque su consumo ha disminuido en los últimos años debido a la transición energética, sigue siendo un recurso importante en ciertos sectores.
1. Generación de Electricidad
Históricamente, el mayor uso del carbón en EE.UU. ha sido para la producción de energía eléctrica. Las plantas termoeléctricas queman carbón para calentar agua y producir vapor, que mueve turbinas generadoras de electricidad.
Aunque el porcentaje de electricidad generada a partir de carbón ha disminuido del 50% en 2005 a menos del 20% en la actualidad, sigue siendo una fuente relevante en algunos estados.
• Carbón térmico: Se usa en centrales eléctricas para generar electricidad.
• Impacto: En 2023, aproximadamente el 16% de la electricidad de EE.UU. provino del carbón, según la Administración de Información Energética (EIA).
2. Producción de Acero
El carbón metalúrgico (o coque) es fundamental para la producción de acero. Se calienta a altas temperaturas en ausencia de oxígeno para producir coque, que se utiliza en los altos hornos para fundir hierro y fabricar acero.
• Carbón metalúrgico: Se usa para la producción de coque, un ingrediente clave en la fabricación de acero.
• Demanda: A pesar de la reducción en la quema de carbón para energía, la industria del acero sigue siendo un consumidor importante.
3. Usos Industriales y Químicos
El carbón también tiene aplicaciones en otros sectores industriales, aunque en menor medida:
• Cemento y materiales de construcción: Se usa en la producción de cemento como fuente de calor en los hornos.
• Productos químicos: El carbón es una fuente de compuestos químicos usados en plásticos, fertilizantes y medicamentos.
• Gasificación del carbón: Se usa en procesos de conversión de carbón en gas sintético para diversas aplicaciones industriales.
• Filtros de carbón activado: Se emplean en purificación de agua y aire.
4. Exportaciones
Una parte significativa del carbón producido en EE.UU. se exporta a otros países, principalmente para generación eléctrica y producción de acero en mercados asiáticos y europeos.
En Estados Unidos, la producción de carbón es llevada a cabo por varias empresas destacadas que han sido fundamentales en el sector energético del país. A continuación, se presentan algunas de las principales compañías productoras de carbón en Estados Unidos:
Peabody Energy Corp Es una de las mayores empresas privadas de carbón en el mundo, con operaciones en Estados Unidos y Australia.
Su enfoque principal es la minería de carbón térmico y metalúrgico, suministrando a mercados industriales y de generación de energía.
Arch Coal Inc. Se especializa en la producción de carbón térmico y metalúrgico, operando minas en regiones clave de Estados Unidos. Arch Coal suministra carbón a plantas de energía y a la industria siderúrgica.
Alliance Resource Partners, L.P. Es una de las principales empresas de producción y comercialización de carbón en el este de Estados Unidos. Opera múltiples complejos mineros y se centra en la producción de carbón térmico para la generación de electricidad.
NACCO Industries, Inc. A través de su subsidiaria North American Coal Corporation, NACCO se dedica a la minería de carbón, proporcionando servicios de minería y gestión de recursos a diversas industrias.
Contura Energy Inc Se centra en la producción de carbón metalúrgico y térmico, operando principalmente en las regiones de los Apalaches y el Medio Oeste. Sus productos abastecen tanto a mercados nacionales como internacionales.
Drummond Company Fundada en 1935, Drummond es una empresa privada con operaciones en Estados Unidos y Colombia. Controla más de 2.000 millones de toneladas de reservas y vende aproximadamente 29 millones de toneladas de carbón al año.
La industria del carbón en Estados Unidos está en una trayectoria descendente, impulsada por factores económicos, ambientales y políticos. Mientras el país avanza hacia una matriz energética más sostenible, es fundamental abordar los desafíos asociados a esta transición.
Las comunidades dependientes del carbón requieren apoyo para adaptarse y prosperar en un futuro con menor dependencia de esta fuente de energía. En este contexto, el equilibrio entre sostenibilidad y estabilidad económica será clave en los próximos años.
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