La importancia de las evaluaciones de Doble Materialidad, una oportunidad para las empresas que avanzan en la transición energética

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Para muchas empresas el análisis de doble materialidad es nuevo y desafiante, pero debe asumirse de forma temprana y organizada, con un enfoque de estabilidad del negocio y acceso a mercados y recursos financieros.

Por: Mauricio Cuesta

En el ámbito de la sostenibilidad corporativa y las prácticas empresariales responsables, el
concepto de “doble materialidad” se ha convertido en el punto central para reportar los
avances de las empresas en cumplimiento de estándares internacionales, todo lo cual
permite una mayor confianza entre los grupos de interés dentro y fuera del país.

Comprender y realizar una evaluación de la doble materialidad es esencial para que las
empresas reporten adecuadamente sobre sus impactos, riesgos y oportunidades, y puedan
comprender la relevancia estratégica de los mismos relacionados con los temas de
Ambiente, Sociedad y Gobernanza.

El concepto de doble materialidad tiene dos dimensiones: materialidad de impacto y
materialidad financiera. La materialidad del impacto se refiere a la evaluación de los
impactos positivos o negativos reales o potenciales que una empresa tiene en las personas y el medio ambiente en diferentes períodos de tiempo, es decir, corto, mediano o largo plazo. La evaluación considera toda la cadena de valor, incluidas las operaciones, productos, servicios y relaciones comerciales de la empresa. Por otro lado, la materialidad financiera va más allá del concepto tradicional utilizado en los estados financieros. En esencia, la materialidad financiera se centra en identificar cuestiones de sostenibilidad que pueden influir significativamente en el desarrollo de una empresa, en términos de posición
financiera, desempeño, flujos de efectivo y acceso a financiamiento en el corto, mediano o
largo plazo. Estos efectos pueden surgir, por ejemplo, de la dependencia de los recursos
naturales, humanos y sociales.

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Para desarrollar un análisis de doble materialidad, hay que seguir un proceso estructurado
que puede considerar estas en cinco fases:

Fase 1: Evaluar el estado actual, para comprender la situación de la empresa y el contexto
externo en el que opera de cara a determinar y validar cuestiones de sostenibilidad.

Fase 2: Mapeo de la Cadena de Valor, para comprender los impactos comerciales y de la
cadena de valor de la empresa, los grupos de partes interesadas clave y su relación con los
asuntos de sostenibilidad definidos.

Fase 3: Comprender el impacto, los riesgos y las oportunidades, mediante el
involucramiento con partes interesadas internas y externas para recopilar percepciones
sobre los impactos, riesgos y oportunidades relacionados con cada asunto de sostenibilidad.

Fase 4: Priorizar los impactos, riesgos y oportunidades, a partir del conocimiento
recopilado y en función de los parámetros proporcionados por el estándar de reporte que se aplique, de tal manera que se determine su materialidad.

Fase 5: Validar y presentar informes de resultados, que requiere una verificación de los
resultados de la doble evaluación de materialidad con los ejecutivos, miembros de junta
directiva y otros partícipes de la empresa.

En el desarrollo de estos procesos de evaluación de doble materialidad hay algunos desafíos que resulta importante anticipar. En primer lugar, comprender las dos dimensiones
diferentes del concepto de doble materialidad (impacto y materialidad financiera) puede
traer complejidades tanto para las partes interesadas internas como para las externas. La
mayoría de las partes interesadas están familiarizadas con la materialidad del impacto, pero necesitan orientación para identificar y distinguir entre las dos nociones. Comprender
ambas perspectivas es crucial, ya que cada una representa un ángulo diferente del resultado de la evaluación de materialidad.

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En segundo lugar, hay desafíos en el enfoque; por ejemplo, el estándar de CSRD que obliga
a las empresas con presencia en Europa, se centra en identificar asuntos materiales de
sostenibilidad basándose en la evaluación de la materialidad de los impactos, riesgos y
oportunidades relacionados con ese asunto, en lugar de solo considerar la opinión de qué
tan importante se considera dicho asunto de material. Por lo tanto, se requiere suficiente
tiempo y atención para adoptar esta nueva forma de pensar, e involucrar a todos los
interesados desde el principio.

Para muchas empresas el análisis de doble materialidad es nuevo y desafiante, pero debe
asumirse de forma temprana y organizada, con un enfoque de estabilidad del negocio y
acceso a mercados y recursos financieros.

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