Cuidado con las encuestas

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EDITORIAL

Numerosas veces se ha comprobado que las encuestas se han convertido en una herramienta más de influencia, manipulación y tergiversación. Sorprende que aún muchas personas sigan creyendo en ellas como verdad absoluta, y peor, decidan su voto por dicha información.


Cada vez que nos acercamos más a las fechas de elecciones encontramos encuestas para todos los gustos, intereses y necesidades. No solo en Colombia se ha evidenciado que estos métodos de medición tienen como diana afectar a candidatos o favorecerlos, y bajo ese escenario en los últimos años han perdido mucha credibilidad, pues contrastando dichas mediciones con los escrutinios reales del día de elecciones, se comprueba que no reflejan la realidad del pulso que tienen los electores. Quizá la pregunta más frecuente entre los incrédulos es: ¿a usted lo encuestaron?, obteniendo en un 100% de los casos una respuesta negativa.

Fuera de que la opinión publicada no es la opinión pública, y que hoy existe una gran desconexión entre las personas y los tradicionales medios de comunicación, se cuenta con un acceso por parte de la población a un mundo online donde se tiene a la mano herramientas como redes sociales, cientos de alternativas de información, foros e investigación personal. El poder interactuar con personas de reconocimiento nacional, cuestionarlos, apoyarlos, analizar y debatir, ha creado todo un canal compuesto de igualdad, en donde el ciudadano adquiere preponderancia frente a los demás interlocutores.

Encuestas regionales en las elecciones del 2015 se pifiaron; las encuestas mismas de reelección tuvieron centenares de irregularidades; ni hablar de las que fueron publicadas para el plebiscito, y si vamos a escenarios internacionales, nos encontramos con sucesos como el Brexit o las elecciones presidenciales de EE. UU. La evolución del debate político ha mejorado considerablemente, pues ya se cuentan con más argumentos e información para defender posturas y cuestionar distintas temáticas.

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Hace poco se conoció una encuesta la cual tenía como único fin descartar al exprocurador Alejandro Ordoñez y al exministro de defensa Juan Carlos Pinzón. Muestra de ello es que los titulares ni mencionaron al que ganaba, sino que se concentraba en que Rodrigo Londoño “Timochenko” superaba a los dos exfuncionarios. La mayoría de medios de comunicación tradicionales de la capital tienen una agenda política y por ello se ven abocados a elaborar encuestas según necesidades de sus amigos políticos, para ir configurando el escenario electoral según les convenga a ellos y así influenciar en la opinión pública.

Queremos como siempre lo mejor para la democracia colombiana, por eso es menester recomendar a todos los ciudadanos para que las informaciones sobre encuestas, foros, debates y cuestionamientos a candidatos al congreso o presidenciales, sean cogidas con pinza y con un 50% de credibilidad. Que se atreva la persona a contrastar información, a cuestionar, investigar y crear una propia posición. La construcción de una política más sana puede partir desde cada elector, cuando tome posiciones claras y con bases solidas, no por informaciones que reciba y las adopte como realidad.

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